En las últimas semanas he visto en los medios de comunicación y redes sociales diversas reacciones respecto al uso de la tecnología 5G en todo el mundo. Algunas de ellas extremas y condenables como la quema de antenas en algunos países de Europa. El motivo de estos ataques nació a raíz de que se difundió en las redes sociales la existencia de una supuesta teoría conspirativa en la propagación del coronavirus mediante la instalación de antenas 5G.
¿Realmente las antenas 5G pueden transmitir el coronavirus?
Las ondas de radio involucradas en el 5G y otras tecnologías de telefonía celular se encuentran en la baja frecuencia del espectro electromagnético. Diversos expertos han salido a desmentir estas teorías, afirmando que es biológicamente imposible, como el Dr. Stephen Powis, director médico del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra. Por otro lado, el Dr. Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular de la Universidad de Reading, en Reino Unido, afirma que “la idea de que el 5G reduce la capacidad de tu sistema inmune no resiste al escrutinio”.
También es importante destacar la contradicción de estas teorías de conspiración. Según la BBC, “el coronavirus se está propagando por ciudades de Reino Unido que aún no cuentan con tecnología 5G, y en países como Irán, donde aún no existe esta tecnología”.
¿Qué es la tecnología 5G y qué beneficios puede brindar al sector educativo en el Perú?
El 5G es la quinta generación de tecnología móvil que permitirá un mejor rendimiento en la velocidad de las conexiones (hasta 10 veces más que el 4G actual del mercado), reducirá el tiempo de latencia (tiempo de respuesta de la web), y multiplicará exponencialmente el número de teléfonos conectados. Las redes 5G permitirán que los dispositivos se conecten entre sí directamente de una forma más eficiente y con un menor gasto de energía de la batería.
Respecto a dispositivos para el Internet de las Cosas, por ejemplo, la velocidad y el rendimiento superiores de las redes 5G desbloquearán características muy solicitadas como los comandos de voz, el reconocimiento facial, el procesamiento de imágenes y vídeo en tiempo real e interfaces basadas en gestos.
En un país como el nuestro, que ha sido forzado por la pandemia a migrar su educación al formato virtual, es imprescindible asegurar un nivel óptimo de calidad en la conectividad a internet. Este es un tema que ya he profundizado en otros artículos, y no debe dejar de ser una de las principales prioridades en la agenda del Gobierno. En este tiempo de confinamiento hemos visto que la educación virtual es una gran ayuda, pero debemos asegurarnos de que será sostenible en el tiempo, incluso después de la pandemia.
Países como Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur, se han adelantado a este lanzamiento, destinando parte de sus presupuestos al desarrollo de patentes relacionados con 5G. En Latinoamérica, desde el 2016, países como México, Chile, Colombia, Brasil y Argentina han hecho pruebas similares. Este año, Uruguay la implementó en dos ciudades con excelentes resultados. Empresas de telefonía como Telmex están realizando despliegues con 300 000 kms de fibra óptica dirigido, en una primera instancia, al segmento empresarial. El objetivo es empezar con la cobertura entre el hogar y las fábricas. En nuestro país, las empresas telefónicas aseguran que podría implementarse para el 2021, aunque solamente en el 2019, según cifras de la Sociedad Peruana de Comercio Exterior (Comex), la conectividad móvil del 60% de dispositivos sigue siendo 3G y 4G.
La legislación muchas veces suele ir a un ritmo muy lento, respecto a los avances tecnológicos en el mundo, y aquí el Estado tiene el reto de prepararse en el desarrollo de la conectividad, y para ello debe ajustar el marco legal de banda ancha existente, promover el despliegue de la infraestructura de telecomunicaciones, eliminar la burocracia que hay de por medio en los procesos, y ser un facilitador de las asociaciones público – privadas. Solo de esta manera podremos asegurarnos que realmente estamos siendo inclusivos con la educación. Si el Estado no permite aún que las universidades, que han demostrado un serio compromiso con la calidad, lleven su oferta al interior del país, debe permitir que los alumnos estudien la totalidad de sus carreras profesionales a distancia. Para esto es necesaria la conectividad, y la red 5G será clave en este proceso en el largo plazo.
Finalmente, no permitamos que falsas noticias y pseudo teorías desinformen a las personas, incitando en ellos odios, miedos y preocupaciones sin fundamento. Investiguemos por nuestra propia cuenta y emitamos un juicio de valor objetivo con base en las evidencias científicas.
*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 18 de junio de 2020.