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Cómo estudiar Matemática en un entorno virtual (y así, evitar un ataque de nervios) – 1era parte

17 diciembre, 2020 by Tito Viale Deja un comentario

La cuarentena decretada en varias regiones del mundo debido a la pandemia generada por el coronavirus Covid-19, nos cambió la vida a todos. En particular, a todos los que nos desenvolvemos en el ámbito de la educación. El sistema educativo, a nivel mundial, sufrió un fuerte impacto y la mayoría de las instituciones educativas no estuvieron preparadas para afrontar con éxito un entorno virtual. Debido a esto, los escolares actualmente se cuestionan si es que han logrado desarrollar las competencias académicas necesarias para ser promovidos al siguiente nivel educativo. Por otro lado, los escolares que terminan la secundaria este año se preguntan si han logrado consolidar los conocimientos para ingresar a la universidad y los que ya lo hicieron se están preguntando si podrán empezar con éxito su vida universitaria.

Lo que sí es cierto, es que el entorno virtual nos seguirá acompañando por un buen tiempo (o para toda la vida) y lo que debemos hacer es aprovechar al máximo dicho entorno. Para esto, debemos diseñar de manera óptima nuestros cursos de manera de colocar al estudiante en el centro del sistema de enseñanza aprendizaje. Debemos sacar, de nuestros alumnos, lo mejor de ellos. Hagámoslos autónomos y, además, responsables de su propio aprendizaje.

¿Cómo lo lograremos? El diseño de nuestros cursos virtuales debe contener una serie de recursos educativos para que nuestros alumnos puedan estudiar según sus propios estilos de aprendizaje. El diseño de nuestros cursos debe, también, contemplar horas sincrónicas y horas asincrónicas para que nuestros alumnos puedan estudiar a su propio ritmo. Adicionalmente, procuremos que todas nuestras evaluaciones sean retroalimentadas de manera individual (quien sabe que en un futuro no muy lejano la calificación del progreso académico de nuestros alumnos, en un entorno virtual, esté basado en esta retroalimentación individual).

En particular, en el mundo de la enseñanza de la matemática, es de conocimiento de todos los que nos encontramos inmersos en ese mundo que muchos estudiantes, no solamente escolares sino incluso de los primeros ciclos de la universidad, tienen problemas para aprender matemática porque nunca desarrollaron los adecuados hábitos de estudio que les permitiese tener éxito en esta disciplina. Pero lo peor de todo es que, en la gran mayoría de los casos, los estudiantes no aprenden matemática porque no saben cómo estudiarla y se enfrentan a estas asignaturas como lo hacen cuando estudian una asignatura de Historia o Lenguaje. Por otro lado, los padres de familia no saben cuáles son las razones por las cuales a sus hijos no les gusta estudiar un curso como matemática y los escolares, de quinto y cuarto de secundaria están buscando estudiar alguna carrera que no tenga relación alguna con la matemática (lo cual, dicho sea de paso, es prácticamente imposible).

Que el entorno virtual no sea una excusa más para no estudiar matemática.

Cuando nuestros alumnos se enfrenten a las horas asíncronas, digámosles que lean de manera cuidadosa y deliberadamente. Hagámosles saber que la manera de leer en matemática es muy diferente de la manera de leer, por ejemplo, un libro de historia, un periódico o una novela. En matemática se debe leer despacio, entendiendo y comprendiendo cada palabra, cada frase, cada oración. Es como entrar en una especie de comunicación interna con uno mismo. Muchas veces es necesario leer un texto o el enunciado de un caso contextualizado, cuatro, cinco, seis o más veces antes de encontrarle el sentido a lo que estamos leyendo. En ciertos tipos de lecturas, como en una novela, es deseable (y en algunos casos, recomendable) hacer una lectura rápida porque usualmente hay pocas ideas centrales a lo largo de muchas palabras. Sin embargo, al leer un texto de matemática, cada palabra es importante, porque hay varias ideas condensadas en pocas palabras. La lectura debe ser intencional; nunca se debe leer por leer. Se debe leer como si se estuvieran “masticando” las palabras. Incluso, si no se tienen los ánimos suficientes para hacerlo, es recomendable postergar la lectura para un momento en el que nuestros alumnos se encuentren en mejor estado anímico, pues si se fuerza la lectura lograrán el efecto contrario y terminarán odiando la matemática. Por otro lado, sugerimos que busquen un espacio que les resulte cómodo para leer, sin distracciones; que esté bien iluminado y ventilado.

Por otro lado, pidámosles a nuestros alumnos que tengan siempre a la mano un lápiz y un papel de borrador y que los utilicen cuando lean y estudien matemática. Que comprueben, siempre, en el papel de borrador, lo que el autor del libro les está diciendo. Cuando en el texto se proponga alguna pregunta o se plantee algún ejercicio de cálculo o problema, que traten de responderlos sin continuar con la lectura y antes de que el autor del texto les dé la respuesta. Que no vean los resultados antes de haber hecho el esfuerzo por llegar a él. A pesar de que el ejemplo pueda estar completamente resuelto en el texto del libro o en el aplicativo del curso virtual, nuestros alumnos deben trabajarlo por su propia cuenta en el papel de borrador. Esto les ayudará a articular las ideas y procedimientos en su mente antes de empezar a resolver los ejercicios. Después de que, de manera cuidadosa, hayan leído y releído el problema, y si aún no saben qué hacer, que no se queden sentados ni se queden contemplando el problema. Que tomen el lápiz y, en el papel de borrador, traten de resolver el problema cuantas veces sea necesario, intentando llegar a la respuesta. Y, si tratando de resolver el problema, no tienen nada escrito en el papel, seguramente aún no han hecho el esfuerzo suficiente como para justificar la búsqueda de alguien que pueda ayudarles. La búsqueda de alguien que pueda ayudarlos a resolver un problema y así llegar a la respuesta, debe darse cuando, de manera individual, se han agotado todos los recursos y esfuerzos por llegar a ella. Que utilicen la misma estrategia cuando estudien de su propio cuaderno. El diseño de nuestros cursos virtuales debe considerar la posibilidad de derivar a los alumnos a problemas más sencillos, que evalúen las mismas competencias, pero en un nivel inicial.

Y, para terminar, al menos esta primera parte, pidámosles a nuestros alumnos que procuren dominar cada tema del curso sin la ayuda de ningún compañero ni del profesor de la asignatura. Pidámosles, también, que sean independientes; el entorno virtual puede ser un gran aliado en este aspecto. Uno de los principales problemas al estudiar matemática es la búsqueda inmediata de ayuda de manera innecesaria, ya se trate incluso de algún compañero o del profesor mismo. Nuestros alumnos deben dedicarle varios minutos al estudio individual y esto debemos considerarlo en el diseño de las horas asíncronas de nuestros cursos. Tratando de hacer una analogía con las actividades deportivas, se sabe que para desarrollar los músculos deben hacerse varios y diversos ejercicios físicos. Nadie podrá desarrollar sus músculos a través de los ejercicios físicos que hace el propio entrenador o que haga alguna otra persona. Los ejercicios debe hacerlos uno mismo. Por otro lado, otro problema que se presenta con frecuencia es el omitir preguntar cuando sí es necesario hacerlo. Muchas veces, pequeñas cosas no entendidas causan, más adelante, grandes confusiones. No debe temerse que la pregunta que podamos plantear pueda parecer tonta. La única acción tonta que debemos temer es no preguntar en relación con un tema que uno realmente ha tratado de entender y sin embargo no se pudo hacer. Algunos estudiantes piden ayuda muy pronto y otros, esperan mucho tiempo para hacerlo. En estos casos, será necesario hacer uso del sentido común para preguntar en el momento oportuno y para esto, nuestros cursos deben ofrecer los medios para que el estudiante plantee sus dudas de manera asíncrona.

Artículo traducido y adaptado de http://schools.lwsd.org/rhs/classes/Prince/

La crisis del Covid-19 como oportunidad para la educación virtual

13 octubre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Esta semana estuve analizando un reporte publicado por el Foro Económico Mundial, elaborado por el equipo de EdTech del Banco Mundial en el que se expone la dramática realidad de las brechas digitales en el sector educación en América Latina. En esta oportunidad, me gustaría hacer énfasis en algunas estadísticas que se destacan en este reporte, y analizar los principales retos u oportunidades que tenemos por delante.

“América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. Aunque muchos países de la región han logrado avances significativos hacia la reducción de la desigualdad de ingresos en los últimos años, el decil más rico de latinoamericanos todavía posee el 71% de la riqueza de la región. Si se combina la desigualdad de ingresos de la región con la crisis de COVID-19, las familias de bajos ingresos se enfrentan ahora a desafíos sin precedentes”.

Una de las principales herramientas para luchar contra la desigualdad en el mundo es, sin lugar a dudas, el acceso a una educación de calidad e inclusiva; sin embargo, la pregunta que cabe plantearnos es ¿qué tan preparado está nuestro gobierno para asegurar las condiciones óptimas de conectividad en todo el país? La educación virtual ha demostrado su utilidad y eficiencia en una etapa de crisis en la que algunas instituciones de educación superior se vieron forzadas a adaptarse, y otras, por el contrario, veníamos implementando la tecnología educativa (EdTech) desde hace años con excelentes resultados.

“Según un informe de ORBA de la CEPAL, el 67% de la población de América Latina utiliza Internet, pero existen diferencias drásticas entre países. En los países que se consideran «bien conectados», la penetración de Internet en las zonas rurales todavía sólo alcanza al 40-50% de la población; en los países con conexiones deficientes, esa cifra se reduce a un promedio del 10%”.

Estamos de acuerdo con que hacen falta enfoques innovadores para superar los desafíos de la conectividad y garantizar también el acceso a la educación de las poblaciones más vulnerables de la región. Otros gobiernos en Latinoamérica como Colombia, Ecuador, Perú y El Salvador, están acortando las brechas digitales en la educación básica regular, a través de las infraestructuras de radio y televisión existentes. Otros, como República Dominicana, han establecido más de mil puntos de acceso público con wifi gratuito para facilitar también la conexión de los estudiantes de educación superior.

Estas iniciativas gubernamentales pueden brindar soluciones y recursos instantáneos a las familias necesitadas en un periodo de emergencia, sin embargo, el verdadero reto es garantizar que las nuevas soluciones de tecnología digital tengan un efecto positivo a largo plazo y aborden de manera efectiva las desigualdades existentes.

El Banco Mundial, en ese sentido, ha seleccionado los principales temas que los emprendedores que se dedican a brindar soluciones digitales pueden ofrecer en América Latina. Estos temas van desde: Cómo preparar la infraestructura digital de la región para un aumento significativo de la demanda; cómo pasar de la impartición de educación a un aprendizaje significativo; cómo preparar mejor a los educadores y padres para navegar este nuevo contexto; cómo combinar tecnologías de aprendizaje online y offline o estrategias multicanal (como TV y Whatsapp); cómo implementar la garantía de calidad en las nuevas circunstancias; cómo proteger la privacidad de los alumnos, etc. Vemos cómo se abre un abanico de posibilidades de emprendimiento e innovación para que las mismas startups y pymes puedan apoyar a los gobiernos en esta materia.

Por ejemplo, aquí en el Perú, el proyecto de portátiles Wawa está dotando a los estudiantes laptops con energía solar fabricados con materiales reciclados que funcionan con sistemas operativos Android y Linux gratuitos. Por otro lado, Alba, una start-up en Chile, lanzó recientemente Alba Live para ofrecer clases gratuitas en línea a niños menores de ocho años en un esfuerzo por ayudar a los padres a mantener a sus hijos aprendiendo y entretenidos mientras tienen que trabajar.

Por otro lado, si hacemos un análisis basado en el Ranking de conectividad a internet por regiones del 2019, tomamos en cuenta las cinco regiones con peor índice de conectividad y lo comparamos con su inversión pública, tenemos el siguiente resultado:

RegiónConectividadPresupuesto asignadoPresupuesto ejecutadoAvance
Huancavelica5.0297.4123.742%
Cajamarca9.6396.8131.733%
Ayacucho13.5505.2194.839%
Pasco13.8346.5186.554%
Puno14.6399.6207.252%
Fuentes: ENAHO – IDEP 2019 | MEF – TRANSPARENCIA ECONÓMICA 2019

Vemos con claridad que en estas regiones existe un presupuesto sin ejecutar muy elevado que tranquilamente podría ser destinado a empresas especialistas en conectividad y suministros tecnológicos. Debemos tomar como ejemplo el sistema de ejecución de presupuesto que se empleó en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019. Al cierre del 2018, informaron que se ejecutó al 97.3 % su presupuesto anual, a nivel total de actividades y proyectos. La ejecución se logró ahorrando el 20% del presupuesto autorizado. Ese dinero fue transferido a los distritos adyacentes para que puedan hacer obras, de acuerdo a lo comentado por Carlos Neuhaus, expresidente del Comité Organizador de Lima 2019. De la misma manera, el presupuesto que no es ejecutado por las regiones, debería ser empleado para repotenciar la conectividad de las zonas con más carencias tecnológicas. Un punto importante que deberíamos considerar es que, si hasta setiembre de cada año, la ejecución presupuestal de cada región viene a la baja, debería existir una ley que exija la inversión en pro de la educación regional. Para esto, debemos contar con un plan con proveedores seleccionados, cotizaciones, etc. actualizarlos siempre entre julio – agosto e inmediatamente ejecutarlo desde setiembre hasta diciembre del año en curso. Tengamos en cuenta que en las regiones que tomamos como ejemplo, hay aproximadamente 140 mil jóvenes entre 15 y 29 años como usuarios potenciales que podrían beneficiarse directamente de este servicio. Estoy segura que en menos de tres años podríamos tener resultados importantes en el desarrollo tecnológico de cada región.

La crisis del Covid-19 nos ha abierto una ventana de oportunidades para explotar desde muchos frentes. Debemos entender que hacer asequibles los recursos educativos es solo una parte del desafío. El desafío mayor es garantizar que la experiencia de aprendizaje también sea atractiva y significativa, para ello las mejoras de conectividad y la alfabetización digital deben desempeñar un papel central en la EdTech de América Latina. Tal como lo indica el Foro Económico Mundial, nunca ha habido un mejor momento para que las empresas emergentes se centren en soluciones innovadoras que ayuden a los estudiantes, maestros y familias a acceder a los recursos educativos independientemente de su ubicación.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 7 de octubre de 2020.

Tecnología 5G en el sector de educación superior

30 junio, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

En las últimas semanas he visto en los medios de comunicación y redes sociales diversas reacciones respecto al uso de la tecnología 5G en todo el mundo. Algunas de ellas extremas y condenables como la quema de antenas en algunos países de Europa. El motivo de estos ataques nació a raíz de que se difundió en las redes sociales la existencia de una supuesta teoría conspirativa en la propagación del coronavirus mediante la instalación de antenas 5G.

¿Realmente las antenas 5G pueden transmitir el coronavirus?

Las ondas de radio involucradas en el 5G y otras tecnologías de telefonía celular se encuentran en la baja frecuencia del espectro electromagnético. Diversos expertos han salido a desmentir estas teorías, afirmando que es biológicamente imposible, como el Dr. Stephen Powis, director médico del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra. Por otro lado, el Dr. Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular de la Universidad de Reading, en Reino Unido, afirma que “la idea de que el 5G reduce la capacidad de tu sistema inmune no resiste al escrutinio”.

También es importante destacar la contradicción de estas teorías de conspiración. Según la BBC, “el coronavirus se está propagando por ciudades de Reino Unido que aún no cuentan con tecnología 5G, y en países como Irán, donde aún no existe esta tecnología”.

¿Qué es la tecnología 5G y qué beneficios puede brindar al sector educativo en el Perú?

El 5G es la quinta generación de tecnología móvil que permitirá un mejor rendimiento en la velocidad de las conexiones (hasta 10 veces más que el 4G actual del mercado), reducirá el tiempo de latencia (tiempo de respuesta de la web), y multiplicará exponencialmente el número de teléfonos conectados. Las redes 5G permitirán que los dispositivos se conecten entre sí directamente de una forma más eficiente y con un menor gasto de energía de la batería.

Respecto a dispositivos para el Internet de las Cosas, por ejemplo, la velocidad y el rendimiento superiores de las redes 5G desbloquearán características muy solicitadas como los comandos de voz, el reconocimiento facial, el procesamiento de imágenes y vídeo en tiempo real e interfaces basadas en gestos.

En un país como el nuestro, que ha sido forzado por la pandemia a migrar su educación al formato virtual, es imprescindible asegurar un nivel óptimo de calidad en la conectividad a internet. Este es un tema que ya he profundizado en otros artículos, y no debe dejar de ser una de las principales prioridades en la agenda del Gobierno. En este tiempo de confinamiento hemos visto que la educación virtual es una gran ayuda, pero debemos asegurarnos de que será sostenible en el tiempo, incluso después de la pandemia.

Países como Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur, se han adelantado a este lanzamiento, destinando parte de sus presupuestos al desarrollo de patentes relacionados con 5G. En Latinoamérica, desde el 2016, países como México, Chile, Colombia, Brasil y Argentina han hecho pruebas similares. Este año, Uruguay la implementó en dos ciudades con excelentes resultados. Empresas de telefonía como Telmex están realizando despliegues con 300 000 kms de fibra óptica dirigido, en una primera instancia, al segmento empresarial. El objetivo es empezar con la cobertura entre el hogar y las fábricas. En nuestro país, las empresas telefónicas aseguran que podría implementarse para el 2021, aunque solamente en el 2019, según cifras de la Sociedad Peruana de Comercio Exterior (Comex), la conectividad móvil del 60% de dispositivos sigue siendo 3G y 4G.

La legislación muchas veces suele ir a un ritmo muy lento, respecto a los avances tecnológicos en el mundo, y aquí el Estado tiene el reto de prepararse en el desarrollo de la conectividad, y para ello debe ajustar el marco legal de banda ancha existente, promover el despliegue de la infraestructura de telecomunicaciones, eliminar la burocracia que hay de por medio en los procesos, y ser un facilitador de las asociaciones público – privadas. Solo de esta manera podremos asegurarnos que realmente estamos siendo inclusivos con la educación. Si el Estado no permite aún que las universidades, que han demostrado un serio compromiso con la calidad, lleven su oferta al interior del país, debe permitir que los alumnos estudien la totalidad de sus carreras profesionales a distancia. Para esto es necesaria la conectividad, y la red 5G será clave en este proceso en el largo plazo.

Finalmente, no permitamos que falsas noticias y pseudo teorías desinformen a las personas, incitando en ellos odios, miedos y preocupaciones sin fundamento. Investiguemos por nuestra propia cuenta y emitamos un juicio de valor objetivo con base en las evidencias científicas.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 18 de junio de 2020.

Reactivemos el país sin retrocesos

30 junio, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Legislar es una labor que requiere un conocimiento profundo de la realidad social, pero sobre todo una evaluación a priori, responsable y transparente de los efectos inmediatos que producen las iniciativas legislativas, mayor aun en esta coyuntura de pandemia y crisis de un gran sector de la economía nacional.

Al parecer, poco o nada se ha tomado en cuenta al redactar el proyecto de Ley 5039: Ley de Continuidad Laboral durante la declaratoria de emergencia sanitaria producida por el COVID-19 y hasta 30 días hábiles después. Con ello se pretenden frenar las decisiones empresariales vinculadas a los contratos laborales.

Iniciativas de Ley como la propuesta pueden parecer en un momento altamente beneficiosas para trabajadores formales pero en la práctica generan exactamente el efecto contrario, pudiendo incluso contribuir -en tiempos de coronavirus- a un quiebre sistémico de nuestra economía y peor aún, contrario al régimen económico de nuestra Constitución.

Los efectos de la situación de emergencia nacional y mundial se han sentido desde los primeros días de marzo, las empresas de distintos rubros de la economía nacional se están reinventando en esta coyuntura, amparándose en la libre iniciativa privada,  la libertad de trabajo, la libertad contractual y la estabilidad jurídica que propician adecuarse y a futuro generar inclusive nuevos puestos de trabajo.

Es contraproducente detenernos, cerrando los ojos ante una realidad, poniendo ataduras a las empresas para condenarlas a morir, cerrando las posibilidades de tomar decisiones que promuevan a futuro reactivar la economía y generar empleo, inclusive en mejores condiciones para los trabajadores.

Medidas como la propuesta por el FREPAP en el corto plazo pueden generar despidos masivos, que como medida extrema seguramente adoptarán la pequeña, mediana y gran empresa, en el afán de anticiparse al congelamiento de los contratos laborales y lo que es peor, un llamado a la informalidad de diversos sectores. 

Señores congresistas, es una realidad que la economía se está viendo seriamente afectada y lo que necesitamos son fórmulas legislativas innovadoras que nos permitan superar esta crisis y que el Perú se enrumbe nuevamente hacia el crecimiento económico.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 4 de junio de 2020.

A las oficinas del mundo entero; dales, señor, descanso eterno

4 junio, 2020 by Tito Viale Deja un comentario

El concepto de oficina, tal como lo conocemos actualmente, se origina en el modelo que el empresario estadounidense Henry Ford (1863-1947) implementó en su fábrica automotriz de producción en línea en 1913 para, años después, y como consecuencia de esto, convertirse en oficinas abiertas, con varios puestos de trabajo donde el espíritu del empresario era maximizar los espacios y los recursos. Había, también, una obsesión explícita por la eficiencia y el control del personal aprovechando al máximo el tiempo del colaborador.

Esto ha llevado a que los empleados sientan que viven en la oficina, pues la mayor parte del día la pasan en ella. Ven con más frecuencia a sus colegas que a su propia familia. Prácticamente, la oficina se ha convertido en su segundo hogar con lo cual, actualmente, las empresas no solamente buscan un mejor rendimiento sino una mayor comodidad para sus colaboradores que antes no se tenía en cuenta. En este tema, las áreas de recursos humanos dieron un gran salto cualitativo.

Sin embargo, a varios empleados se les escucha decir que, prácticamente, el trabajo se ha convertido en su vida generándoles altos niveles de stress. Y, ¿esto es bueno? ¿Queremos vivir encadenados a nuestro escritorio?

El ensayista inglés, Charles Lamb (1775-1834) manifestó su experiencia laboral cuando trabajaba en la British East India Company de la siguiente manera: “Usted no imagina el cansancio que supone respirar el aire encerrado entre cuatro paredes día tras día, sin alivio”. A esto, habría que sumarle el hecho que él y sus compañeros de trabajo tenían que firmar, no solamente al entrar y salir de la oficina, sino cada 15 minutos con la finalidad de dejar constancia de que estaban en la oficina.

La pandemia nos ha llevado de una manera brusca, casi de un día para otro, al aislamiento sanitario y, con esto, a cambiar muchos de nuestros hábitos y costumbres. Entre ellos, la forma de trabajar y de relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo y con nuestro centro laboral. En estos días, ha cobrado gran importancia la tecnología de la información y comunicación. El concepto de oficina está cambiando y, probablemente, cambiará después de la cuarentena. El mundo post pandemia ya no será el mismo.

En una reciente encuesta, en plena cuarentena, publicada por el diario El Comercio (Lima, 2020) se señala que solamente el 7% de los empleados desearía seguir trabajando en su casa y que el resto desearía regresar a su oficina. ¿Por qué razón el 93% desea regresar a su oficina? ¿No tiene las comodidades ni el espacio en el hogar como para mantener una relación laboral a distancia? ¿Hay muchas distracciones en el hogar? ¿Qué buscamos en la oficina que no encontramos en nuestro hogar? ¿Estructura para nuestra vida? ¿Disciplina? ¿Propósito? Si este fuere el caso, ¿no podemos, nosotros mismos, ser autónomos en ese sentido y prescindir de un agente externo para que le brinde propósito a nuestra vida? ¿No podemos auto disciplinarnos?

Es conocido por todos que el aislamiento sanitario en el que vivimos marcará por siempre nuestras vidas a tal extremo que, probablemente, cuando se levante la cuarentena nos seguiremos cuidando.

Y seguramente ya no nos saludaremos con un apretón de manos ni dándoles un  beso en la mejilla a nuestras compañeras de trabajo. La pandemia nos ha marcado. No vamos a querer estar en ambientes cerrados con  muchas personas en el interior. Nos lavaremos las manos con mayor frecuencia y probablemente sigamos usando mascarillas. ¿Iremos al cine tal como lo hacíamos antes de la pandemia? (Dicho sea de paso, ¿regresarán los autocines?)

Es muy probable, entonces, que las labores desde nuestro hogar se extiendan por unos meses más con lo cual, ambas partes (empresas y colaboradores) debemos hacernos la idea de continuar con este tipo de relación laboral completamente nuevo para todos. La relación entre la empresa y sus colaboradores debe basarse en una relación de confianza y en el cumplimiento de objetivos claros, bien definidos y medibles. La tecnología de la información y comunicación ayuda en ese sentido. Los tableros de control, los celulares, las videoconferencias, el correo electrónico, el WhatsApp, el acceso a internet con una buena conectividad, etc., hace que no se sienta la diferencia.

El hecho de trabajar en el hogar y no en la oficina, tiene grandes ventajas para el colaborador como, por ejemplo, aumentará su rendimiento, ahorrará en el costo y tiempo en el transporte (ya sea que utilice transporte público o privado), tendrá una alimentación más sana, tendrá una mayor comodidad, tendrá un menor nivel de stress, mejorará sus relaciones familiares al compatibilizar su vida profesional con la familiar, tendrá mayor flexibilidad de horarios, entre otras ventajas.

Pero la empresa también tendría grandes ventajas como, por ejemplo, mejores resultados laborales, mejorará la calidad de vida de sus colaboradores con el consecuente mejor rendimiento, no gastará en alquiler de oficinas, promueve la inclusión de personas con condiciones de discapacidad, los espacios se pueden aprovechar para otras actividades, entre otras.

Pero habría, también, un tercer ganador: la sociedad en su conjunto y, en particular, el medio ambiente pues se aliviaría el tránsito vehicular con la consecuente disminución de la contaminación ambiental, disminuirían los enormes edificios llenos de oficinas que dominan el paisaje en varios de nuestros distritos, etc.

Y a usted, querido lector, cuando se levante el aislamiento sanitario, ¿no le gustaría seguir trabajando desde la comodidad de su hogar?

Fuente:

  • https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130731_serie_oficina_como_se_invento_finde
  • https://oftegaab.wordpress.com/2017/02/06/269/
  • https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/trabajo-y-tiempo-libre/ventajas-del-teletrabajo-para-los-empleados
  • https://www.teletrabajo.gov.co/622/w3-article-11180.html

Accionar en escenarios adversos e impredecibles

28 mayo, 2020 by Guillermo Quiroga Deja un comentario

El contexto actual que enfrentamos a raíz del Covid -19 nos ha llevado a una situación global sin precedentes. Se habla de la “nueva normalidad”. Caracterizada por ser touchless y con una contact free economy.  Una mayor regulación estatal y “protocolos”.

Empresas constantemente juzgadas y siempre en el candelero. Así como cambios estructurales en muchas industrias. En conclusión, las cosas no serán como antes por más que queramos. Sin dramatizar, podemos decir que es el fin de una época caracterizada por la globalización y lo cercano del mundo.

A nivel macro, es un hecho que estamos en un mundo VUCA. Volátil, por la rapidez y magnitud de los cambios que se producen. Incierto, por no poder prever con cierta aproximación el posible resultado. Complejo, por cuanto los problemas tienen múltiples aristas y jugadores. Por último, ambiguo, porque el resultado nunca es definitivo.

Ante esta realidad, nos puede ser útil considerar la Adaptabilidad como una buena estrategia. Tener una visión clara y así no perder nunca el norte. Además, para enfrentar la volatilidad, trabajar en base a mercados futuros y redundancias.  Contra la incertidumbre, buscar la mejor y mayor cantidad de información fiable. Si eres líder además comunica con claridad.

De otro lado, para enfrentar la complejidad, escucha a los expertos y avanza de lo simple a lo más complejo. Finalmente, ten agilidad para encarar la ambigüedad. Experimenta a bajo costo. Tolerando el error y aprendiendo de él.

A nivel micro, ante la crisis que estamos viviendo, una idea para reinventarnos es pasar a modo emprendedor. Ver sobre todo oportunidades, más que problemas. Visión de largo plazo y pasión por el día a día. Resiliencia para no rendirnos y manejo inteligente de las emociones. Lo bueno celebrarlo y comunicarlo. Ante lo malo calma. Que mejor ejemplo la historia de Ernest Shackleton. El explorador del polo sur que ante un cambio brusco del entorno, tuvo que vivir una odisea de resiliencia y de auténtico liderazgo con la finalidad de salvar de la muerte a su equipo.

Finalmente, hemos de innovar el modelo de negocio. Hoy más que nunca reinventar el negocio es para todos vital. Para eso, repensar cómo crear, entregar y ofertar verdadero valor para esta nueva normalidad. Si tenemos un camino claro avanzaren él de prisa, no hay tiempo que perder.

*Artículo publicado en el Diario Gestión en la sección Negocios, 26 de mayo de 2020.

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