Cada 5 de octubre se celebra el Día de la Medicina Peruana en conmemoración a la muerte de Daniel Alcides Carrión, mártir de nuestra medicina, que falleció en 1885 luego de inocularse con sangre de una de las lesiones verrucosas de un paciente con la llamada “verruga peruana”. Dicha acción permitió conocer que la Fiebre de La Oroya y la Verruga Peruana eran la misma enfermedad –producida por la bacteria Bartonella bacilliformis– por lo que también se le denomina Enfermedad de Carrión, en honor a su sacrificio.
Así como él, hay otros casos a nivel mundial de héroes que apostaron por ir más allá de lo establecido en aras de investigar, objetivo común de la medicina y la ciencia. Esto ha permitido conocer numerosas pruebas de laboratorio que contribuyen al diagnóstico precoz de las enfermedades. No es difícil prever que, en el futuro, el desarrollo tecnológico nos permitirá generar cierto grado de inteligencia artificial que ayude al profesional médico a interpretar estudios que usan tecnología digital, pues se tiene la gran ventaja de almacenar mucha información y con ello generar más investigación y nuevos procesos diagnósticos.
No solo las investigaciones médicas se han complejizado a lo largo de los años, sino también el propio ejercicio de la medicina y de otras profesiones de la salud, que se han hecho más específicas, generando nuevas especialidades, sub o supra especialidades o dobles especialidades. Todo esto implica un trabajo interprofesional que beneficia al paciente con mejores alternativas para el manejo de su enfermedad, así como de su tratamiento.
Si bien todos estos cambios se dan buscando la mejora en la calidad de vida del paciente, la empatía y el compromiso del médico con su paciente no deben ser descuidados, pues son parte fundamental de la estrategia de tratamiento. Las enfermedades de larga duración requieren un acompañamiento y una relación médico-paciente sólida, donde ambas partes son responsables. El mayor conocimiento de la enfermedad por ambas partes en una relación horizontal de respeto y confianza mutua consolidará el tratamiento. Seamos conscientes de que no toda enfermedad tiene solución, pero se puede enfrentar la evolución si el paciente se encuentra acompañado por el médico.
La salud es el estado de bienestar físico y mental de la persona. El futuro debe permitir el desarrollo de esta relación médico-paciente, para que a pesar del desarrollo tecnológico no se despersonalice y sea cada vez más útil a la sociedad.
*Artículo publicado en el Diario Publimetro en la sección Vida Sana, 22 de octubre de 2019.