Una semblanza del fotógrafo Eugène Atget a cargo de la profesora Mariana Montalvo, directora de la Carrera de Comunicación y Fotografía.
Por: Mariana Montalvo Man ([email protected])
Eugène Atget (1857-1927) fue un fotógrafo francés que se hizo conocido por su trabajo documental de finales del siglo XIX y principios del siglo XX en París. Desde la década de 1880 hasta su muerte documentó sistemáticamente las calles y los habitantes de París con una cámara fotográfica que utilizaba placas de bromuro de gelatina-plata que requerían un largo tiempo de exposición. También capturaba escaparates de tiendas y pequeños comercios. De esta manera, hizo decenas de miles de fotografías que vendió a propietarios de tiendas o a los artistas por un pequeño precio. Era el momento del auge de la pintura, por lo que vivió en la absoluta pobreza y fue recién después de su muerte que su fantástico trabajo fue descubierto y apreciado en su real dimensión.
Atget representa la vocación del comediante, del artista, el sueño de ser pintor por un momento. Apasionado por el teatro, quería ser actor, pero gracias a una enfermedad de las cuerdas vocales tuvo que cambiar de vocación. Atget entiende rápidamente que los pintores, arquitectos y diseñadores gráficos necesitaban documentación; es así como descubre la fotografía. Comienza a fotografiar sistemáticamente con la intención de vender y documentar a los pintores y dibujantes de la época.
Va a lo esencial del acto fotográfico: mirar la luz del sol y experimentar. Fue él quien tomó literalmente todas las calles y esquinas de París, miles de imágenes temprano en la mañana, la vida cotidiana de la calle en todas sus formas, los pequeños comercios, los carros, los interiores, los trabajadores, los burgueses, las mansiones, los árboles y los parques.
A fines del siglo XIX la fotografía acababa de ser inventada, era la prehistoria del medio. Los fotógrafos trataban de imitar la estética de la pintura impresionista mientras Atget se para allí, frente al motivo: no piensa, él refleja lo real. Así nace el Homo Photographicus. Eugène Atget es uno de los primeros en lograr imágenes claras y detalladas. Por eso se dice que él es uno de los precursores de la fotografía moderna.
Las lecturas más instructivas sobre la vida y obra de Atget las encontraremos en los escritores, poetas, periodistas, marchantes de arte e historiadores de la época. Todos conocen y veneran su obra. Mac Orlan describe, evocando el misterio de sus imágenes, su «maravilla puramente visual». Desnos destaca las «visiones de un poeta legadas a los poetas”. Pero, de nuevo, y este es quizás el punto esencial, Atget representa por sí mismo la historia de la fotografía. Siempre nos preguntaremos si él mismo se consideraba artista, si quizás habría querido ser documentalista. Nunca lo sabremos. La única certeza que tenemos hoy es que se trató de un virtuoso precursor que nos ofrece imágenes a través de las cuales vemos el final de un mundo antiguo y el comienzo de una nueva era, no muy lejos de nuestro hoy.
(Imagen tomada de https://www.moma.org/artists/229)