Buscar trabajo siempre ha sido visto como una oportunidad o una amenaza.
Por: Yessica Centty
A veces, nos preguntamos: con una carrera, con una especialización, con un grado de magister y sin trabajo, ¿me ofrecen este puesto? O quizás, ¿me ofrecen este salario? Y nos repetimos: no voy a retroceder, no voy a aceptar, mis condiciones son mucho más altas. Pero esto nos lleva a fijamos en la forma más no en el contenido.
Si tienes hambre y quisieras una manzana, pero solo te ofrecen una naranja: ¿la tomarías? o ¿esperarías a encontrar una manzana? Y qué pasa si tomas la naranja, la exprimes y haces jugo: ¿creaste valor a lo que te ofrecieron? Sí, pues allí está el secreto.
Las oportunidades están para tomarlas y demostrar que puedes ser mejor. Retroceder es solo un movimiento para tomar empuje y crecer.
A grandes empresarios les ha pasado. Por ejemplo, Steve Jobs, creador de Apple, quien después de trabajar en su empresa por unos años fue despedido. ¿Qué hizo? Decidió empezar de nuevo.
“Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia”. (Steve Jobs, graduación Stanford)
Si empiezas a ver la forma, pero no el contenido, no podrás tener la experiencia de poder buscar más allá de la costumbre, de exigirte. Si retrocedes que sea solo para tomar impulso.