Existen empresarios de todo tipo. Desde analfabetos hasta doctores, magísteres y más estudios detrás del conocimiento.
Por: Yessica Centty
Todos los empresarios desean tener utilidad en su negocio, es por esto la creación de este: tener utilidad puede ir de la mano con la donación de un porcentaje de las ventas a una ONG o, como nombramos en el post “El propósito de tu negocio”, tener un propósito de ayuda social o one to one.
Pero, ¿estos empresarios han sido alguna vez clientes? Claro que sí, quizás no en el mismo rubro o con el mismo producto, pero sí han sido y son clientes. Todos los somos.
Para gerenciar y ser un empresario exitoso se debe de conocer el negocio. Con el tiempo y con el crecimiento del mismo existirá un momento en donde no se podrá manejar todo como se solía hacer y solo se podrá delegar de una manera eficiente y confiable conociendo cada manejo de las áreas. Para lograr esto muchos empresarios han empezado, como se dice, “desde abajo”.
Tenemos el caso de Howard Schultz, el presidente ejecutivo general de Starbucks. Howard creció en Brooklyn, Nueva York, junto a sus hermanos y papás. Su madre inculcó a sus hermanos y él a creer que contaban con la capacidad del éxito; y su padre creo en ellos el amor al deporte. Esto sirvió para que Howard consiguiera una beca de fútbol de la Northern Michigan University, convirtiéndose en la primera persona de su familia en ir a la universidad. Howard consiguió trabajo como empleado de Starbucks en la dirección de mercadotecnia en 1980 y con el tiempo ascendió. Fue bajo su liderazgo que la pequeña cadena de cafeterías de Seattle se convirtió en la mayor compañía de cafeterías del mundo, con 6000 cafeterías en 50 países y con la visión de abrir más en el tiempo.
Vístete de cliente, conoce como atiende tu personal, conoce la cadena que engloba tu negocio, ponte en los zapatos de tus trabajadores para que sea parte de ti el valor de esas horas extras por parte de ellos, la paciencia de un día sin que funcione el sistema, la preocupación de tener todo pulcro y acogedor. Vístete de cliente para dominar las áreas de tu empresa, para humanizar tu cargo. Vístete de cliente para conocer cómo se siente aquel individuo que hace que existas como empresa, para que puedas innovar y generarle valor al elegirte.