Desde hace buen tiempo vemos que la innovación, la transformación y el cambio cultural es lo que domina cuando hablamos de seguir evolucionando y aprendiendo a ser flexibles y ágiles frente a los cambios, los cuáles son cada vez más intensos y se dan con mayor frecuencia y usualmente vienen acompañados de un factor tecnológico, un ejemplo trillado y ya clásico es cuando hablamos de Blockbuster vs Netflix o Kodak vs Kodak (desarrollar la 1ra. cámara digital y no utilizarla), hasta ejemplos más recientes como Taxis vs Uber u Hoteles vs Airbnb.
Bajo este contexto y ya en el 2019 (casi 2020) es que muchas empresas están tratando de subirse a la ola de las nuevas formas de enfrentar y entender las nuevas economías, donde todas ellas tienen un componente digital. Por ejemplo, si les preguntase, ¿cuál es el negocio de Domino’s Pizzas hoy?, ¿qué sería lo que me responderían? ¡Pues obvio que pizzas! Y lo dirían en coro y en voz alta, pues les comento que no, que el negocio de Domino’s HOY es ser un ecommerce, en donde su producto estrella es la pizza, y en donde muestran retroalimentación en todos los pasos, desde la recepción de la orden, pasando por la preparación, hasta la salida y entrega final, un Amazon de las pizzas.
Y con los ejemplos anteriores es que ahora, en muchas empresas, se están dando espacios para poder reunirse, sean clientes, staff o ambos, y lograr, con nuevas técnicas metodológicas, entender mejor a la persona a la cual le dan un servicio o le están brindando un producto. Sin embargo, ese sólo es el paso uno, entender a las personas, y en este paso podemos capacitar, desarrollar e implementar talleres en donde, por supuesto, se usarán muchos post-its, plumones y papelógrafos, pero ¿qué pasa con los siguientes pasos?, ¿qué sucede con toda la información que hemos recogido?, ¿qué ideas nuevas y accionables han surgido? Entonces, ponemos las fotos en nuestras redes sociales sobre el taller, los miles de post-its que usamos, pero luego ¿qué viene después?
Por lo que, si ya estamos dedicando tiempo a entender a la persona, ¿por qué no cerrar el círculo hasta llegar a un prototipo?, que sea el entregable final del taller un producto o servicio tangible como resultado de toda esta información que hemos recopilado y que ha costado tiempo y esfuerzo obtenerla, ¿no sería mejor tomarle fotos al prototipo que a varios posts-its? En IDEO, consultora especializada en mejorar la experiencia (quizás la agencia UX más famosa del mundo), tienen como cultura que, si se genera una reunión de trabajo, esta no puede acabar sin tener un prototipo, ¿no les parece genial?, y es por eso que deberíamos exigir más prototipos y menos post-its.
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