No. Esta no es una lista de las 20 películas o de los 50 libros que alguien debe leer. Esto es algo peor: un listado corto, a título personal y sin rigor académico ni estadístico que lo avale, hecha de obras de diversa índole que ayudarían mucho a entender el mundo en el que vivimos (o en el que podríamos vivir).
Por: Giovanni Lamarca ([email protected])
¿Cómo sería Londres –o Nueva York o Tokio o Lima– si un gobierno autoritario se hiciera con el poder? ¿Y qué sucedería si además controlara los medios? ¿Y si usara la tecnología para espiar a sus ciudadanos? ¿Y a sus propios ciudadanos para denunciar cualquier sospecha (repito: sospecha) de discrepar contra el partido? ¿Y si usara el aparato público para borrar la historia o moverla a su favor?
Este libro futurista fue escrito en 1948 y desde luego nos pinta el mundo antes descrito, con sus ciudadanos y sus rebeldes… y sus traidores. La condición humana se pone en cuestión en un estado de guerra donde se duda hasta del año en que se vive. ¿Alguien dijo posverdad? Restringido para personas con depresión.
2) Un mundo feliz, de Aldous Huxley
Quien ha leído 1984 y no ha leído Un mundo feliz, no ha leído 1984. Y viceversa. Huxley nos muestra el anverso del mundo descrito por Orwell (aunque su obra data de 1932). Se trata de un mundo gobernado por científicos donde, genéticamente, predisponen a los humanos para ser felices con el trabajo que ya se sabe realizarán en el futuro. Todos aman su trabajo. Todos aman el placer. De hecho, todos viven en un mundo feliz donde la familia no existe y donde el sexo se practica como deporte. ¿Qué podría salir mal?
Huxley nos muestra implícitamente la diferencia entre ser feliz y estar anestesiado. Quizá el tema de fondo del relato sea el dolor, intrínseco en las relaciones humanas (quien está o ha estado enamorado, lo sabe) sin que por ello signifique su búsqueda (buscar el dolor por el dolor es una enfermedad). Con esa premisa, vale preguntarse qué nos muestran hoy los medios. ¿Cómo tratan el dolor? ¿Cómo tratan el placer? ¿Qué hacen con lo que saben de nosotros? ¿Y hacia qué mundo nos empujan a vivir?
3) El señor de los anillos, de J.R. Tolkien
Por indicadores (cifras), los hobbits llevaban las de perder. No eran tan fuertes como los enanos ni tan sofisticados como los elfos. Vivían en Tierra Media y eran buenos para esconderse de los humanos, pero así y todo fue un hobbit (Bilbo) quien encontró un anillo y fue otro (Frodo) a quien se le encarga una misión. ¿Qué hacer con un arma tan poderosa? ¿Destruirla y perder la oportunidad de derrotar a un enemigo? ¿Usarla para derrotar a un enemigo a riesgo de embriagarse de poder? ¿A quién darle el encargo? ¿¡A un hobbit!?
Este libro trata sobre la vida; sobre las oportunidades que te regala y el costo de aprovecharlas o dejarlas pasar. Pero también trata sobre la amistad y el concepto clásico de héroe, donde el éxito no se define por los recursos económicos que uno tenga sino por la relevancia de tu vida para los demás. Como comprenderán, en Tierra Media no había ni periodistas ni publicistas, pero a veces veo, en mis alumnos y en algunos practicantes, auténticos hobbits de Tierra Media.
Aunque no es propiamente un relato sino un conjunto de viñetas, éstas, a pesar de su brevedad, nos han permitido identificarnos con los personajes, encariñarnos con ellos y –esto es lo más importante– tratar temas profundos en el lenguaje de los niños.
Cuando un comunicador se enfrenta a un brief o a una coyuntura política, pienso que le ayudaría mucho pensar cómo lo diría Quino. Seguro que con cariño y con respeto a una audiencia, con humor e ironía inteligente, incluso cuando desespera a sus personajes. Muy alejado de una conducta visceral que busca llamar la atención para no decir nada. Es verdad: era la década prodigiosa, pero todavía hoy nos quedan niños de quienes aprender. Incluso, aunque lo olvidemos, llevamos uno dentro.
(Imagen tomada de https://www.bodleian.ox.ac.uk/weston/news/2016/may-03)
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