La profesora Fátima Castillo explica en qué consisten los objetivos SMART y por qué son importantes para obtener logros concretos en los diversos proyectos que los profesionales lideren.
Por: Fátima Castillo Botetano ([email protected], [email protected])
Cuando una organización se traza objetivos, estos no pueden estar a la deriva o solo reflejar las buenas intenciones de un grupo de profesionales. El propósito de plantearlos radica justamente en que se materialicen en acciones concretas, rentables y establecidas para ser cumplidas en un tiempo específico. Todo ello enfocado a alcanzar metas estratégicas que redunden en la ansiada rentabilidad de la empresa.
Por eso, un #MarketeroQueSeRespeta y busca consolidar su prestigio profesional debe comprender qué significa un objetivo SMART. Esto le ayudará a obtener logros concretos para los proyectos que lidere. Si bien la palabra en inglés podría confundirnos y pensar que se refiere a plantear objetivos “inteligentes”, resultará interesante analizar la estructura de este término, letra por letra:
Specific (Específico). Se debe definir claramente el objetivo. Nuestros esfuerzos necesitan concentrarse en un solo punto. De otro modo, estaremos dispersando las habilidades del equipo en lugar de contribuir a que trabajen como un solo engranaje, en armonía. Por ejemplo: dirigirse a un solo público, un solo grupo de clientes, un tipo de producto, etc.
Measurable (Medible). De nada servirá establecer el enfoque si no se tiene cómo medirlo. Esto involucra que la meta sea cuantificable para poder analizar los resultados y medir si los esfuerzos fueron los adecuados. Por ejemplo, plantearse que en seis meses se debe llegar a una determinada cifra de participación en el mercado a partir del uso de ciertos recursos y procesos.
Attainable (Alcanzable). Está bien ser ambicioso, pero los objetivos que uno proponga para la organización necesitan ser realistas y posibles. Si no, estaremos colocando en una situación de riesgo a la empresa. De no cumplir las grandes expectativas no solo peligra el trabajo de muchos, sino también la propia vida institucional. Por ejemplo, si una marca nueva entra por primera vez al mercado, paso a paso deberá construir su estrategia de penetración hasta acercarse al líder. No pensar en que “lo eliminará” en los primeros meses.
Relevant (Relevante). Innovar y renovar la categoría a la que nos dedicamos no puede volverse una excusa para intentar tergiversar la personalidad y la razón de ser de la empresa. Esta se desenvuelve dentro de un determinado negocio. Entonces, los objetivos particulares propuestos necesitan enfocarse hacia el objetivo final que representa la esencia de la organización. Si existe un divorcio entre ella y los objetivos de cada proyecto no habrá un futuro prometedor.
Timely (A tiempo). El objetivo debe tener un tiempo determinado y establecido en una línea temporal. Esto permite definir los conocidos deadlines de los proyectos para optimizar el uso de recursos y procesos dentro de la empresa. Eso sí, las fechas de cierre y entrega deben contemplar los factores externos e internos que pueden impactar durante la ejecución de las acciones. Y esto dependerá de un buen estudio del macroentorno y del microentorno del sector donde uno se esté desarrollando.
El uso adecuado de estas características, entonces, nos asegurará la efectividad de las estrategias de marketing que establezcamos a partir de los objetivos que se construyan en cada uno de los proyectos. Y esto, definitivamente, permitirá que el cliente se sienta atraído hacia la marca, la empresa y lo que esta le pueda ofrecer.
De ahora en adelante, sé firme y conviértete en un #MarketeroSMART ¡Asegura el éxito de cada una de tus acciones!
(Imagen tomada de https://www.inadem.gob.mx/objetivos-smart-para-tu-negocio/)
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