¿Por qué el rendimiento académico de la mayoría de los estudiantes de primer ingreso a la universidad es menor que en la escuela, a pesar de haber sido buenos alumnos en la misma? ¿Por qué un alto porcentaje de los alumnos recién ingresados a la universidad la abandonan? ¿Es responsabilidad de la universidad? ¿Qué podemos hacer desde la universidad para revertir esta situación? Si articulamos las actividades de las distintas unidades que reciben a los alumnos recién ingresados a la universidad, ¿lograremos disminuir la deserción? ¿Las autoridades universitarias creen en los programas de inserción a la universidad?
La deserción estudiantil universitaria no es un problema nuevo ni exclusivo del Perú. Este fenómeno se da en todo el mundo, es un viejo problema que tiene muchas variables y el cual no es preocupación exclusiva del mundo académico. La deserción estudiantil universitaria trae como consecuencia el aumento del número de alumnos con educación superior incompleta que se incorporan al mundo laboral y se convierten en sub empleados sin obtener los ingresos deseados; lo cual, perjudica al mismo estudiante, a sus familiares, al país y a la universidad pues esta ve afectado su presupuesto.
El estudio de la deserción estudiantil universitaria es muy complejo e importante pues está empezando a considerarse como un indicador de la calidad de la gestión universitaria. De hecho, la tasa de abandono de estudios universitarios figura como indicador de calidad en numerosos modelos de evaluación de la institución universitaria. Según Cabrera et al (2006), las altas tasas de deserción estudiantil son un indicador de baja calidad pues se entiende que la universidad no hizo lo necesario para que sus alumnos terminaran la carrera.
Cada universidad ha diseñado sus propios programas para facilitar la adaptación a la vida universitaria de los estudiantes nuevos pero, en la mayoría de los casos, estos programas pertenecen a departamentos o áreas académicas diferentes, con estructuras organizacionales diferentes; con lo cual, la orientación al alumno recién ingresado se hace desde distintos puntos de vista. Esto, en vez de ayudar al estudiante termina por confundirlo más y no se alcanza el objetivo de facilitar su inserción a la universidad.
La complejidad del análisis de la deserción radica en que se trata de un problema de varias variables las cuales se pueden agrupar según Tejedor y García-Valcárcel (2007), en aquellas que pertenecen al área pedagógica y aquellas que pertenecen al área no pedagógica. Un adecuado programa de inserción a la vida universitaria debe contemplar las variables de ambas áreas. Por otro lado, creemos que estos programas, en su etapa de diseño, deben contar con la participación de las autoridades escolares pues son ellas las que han tenido a nuestros futuros alumnos 12 años, en promedio, en sus escuelas.
Entonces, nos preguntamos: ¿tomamos acción frente a la potencial deserción estudiantil o reaccionamos frente al abandono de los estudiantes?
Para mayor profundización sobre este tema, te invito a leer mi artículo “UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA A LA DESERCIÓN ESTUDIANTIL UNIVERSITARIA”: https://revistas.upc.edu.pe/index.php/docencia/article/view/366/346
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