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Reactivemos el país sin retrocesos

30 junio, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Legislar es una labor que requiere un conocimiento profundo de la realidad social, pero sobre todo una evaluación a priori, responsable y transparente de los efectos inmediatos que producen las iniciativas legislativas, mayor aun en esta coyuntura de pandemia y crisis de un gran sector de la economía nacional.

Al parecer, poco o nada se ha tomado en cuenta al redactar el proyecto de Ley 5039: Ley de Continuidad Laboral durante la declaratoria de emergencia sanitaria producida por el COVID-19 y hasta 30 días hábiles después. Con ello se pretenden frenar las decisiones empresariales vinculadas a los contratos laborales.

Iniciativas de Ley como la propuesta pueden parecer en un momento altamente beneficiosas para trabajadores formales pero en la práctica generan exactamente el efecto contrario, pudiendo incluso contribuir -en tiempos de coronavirus- a un quiebre sistémico de nuestra economía y peor aún, contrario al régimen económico de nuestra Constitución.

Los efectos de la situación de emergencia nacional y mundial se han sentido desde los primeros días de marzo, las empresas de distintos rubros de la economía nacional se están reinventando en esta coyuntura, amparándose en la libre iniciativa privada,  la libertad de trabajo, la libertad contractual y la estabilidad jurídica que propician adecuarse y a futuro generar inclusive nuevos puestos de trabajo.

Es contraproducente detenernos, cerrando los ojos ante una realidad, poniendo ataduras a las empresas para condenarlas a morir, cerrando las posibilidades de tomar decisiones que promuevan a futuro reactivar la economía y generar empleo, inclusive en mejores condiciones para los trabajadores.

Medidas como la propuesta por el FREPAP en el corto plazo pueden generar despidos masivos, que como medida extrema seguramente adoptarán la pequeña, mediana y gran empresa, en el afán de anticiparse al congelamiento de los contratos laborales y lo que es peor, un llamado a la informalidad de diversos sectores. 

Señores congresistas, es una realidad que la economía se está viendo seriamente afectada y lo que necesitamos son fórmulas legislativas innovadoras que nos permitan superar esta crisis y que el Perú se enrumbe nuevamente hacia el crecimiento económico.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 4 de junio de 2020.

A las oficinas del mundo entero; dales, señor, descanso eterno

4 junio, 2020 by Tito Viale Deja un comentario

El concepto de oficina, tal como lo conocemos actualmente, se origina en el modelo que el empresario estadounidense Henry Ford (1863-1947) implementó en su fábrica automotriz de producción en línea en 1913 para, años después, y como consecuencia de esto, convertirse en oficinas abiertas, con varios puestos de trabajo donde el espíritu del empresario era maximizar los espacios y los recursos. Había, también, una obsesión explícita por la eficiencia y el control del personal aprovechando al máximo el tiempo del colaborador.

Esto ha llevado a que los empleados sientan que viven en la oficina, pues la mayor parte del día la pasan en ella. Ven con más frecuencia a sus colegas que a su propia familia. Prácticamente, la oficina se ha convertido en su segundo hogar con lo cual, actualmente, las empresas no solamente buscan un mejor rendimiento sino una mayor comodidad para sus colaboradores que antes no se tenía en cuenta. En este tema, las áreas de recursos humanos dieron un gran salto cualitativo.

Sin embargo, a varios empleados se les escucha decir que, prácticamente, el trabajo se ha convertido en su vida generándoles altos niveles de stress. Y, ¿esto es bueno? ¿Queremos vivir encadenados a nuestro escritorio?

El ensayista inglés, Charles Lamb (1775-1834) manifestó su experiencia laboral cuando trabajaba en la British East India Company de la siguiente manera: “Usted no imagina el cansancio que supone respirar el aire encerrado entre cuatro paredes día tras día, sin alivio”. A esto, habría que sumarle el hecho que él y sus compañeros de trabajo tenían que firmar, no solamente al entrar y salir de la oficina, sino cada 15 minutos con la finalidad de dejar constancia de que estaban en la oficina.

La pandemia nos ha llevado de una manera brusca, casi de un día para otro, al aislamiento sanitario y, con esto, a cambiar muchos de nuestros hábitos y costumbres. Entre ellos, la forma de trabajar y de relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo y con nuestro centro laboral. En estos días, ha cobrado gran importancia la tecnología de la información y comunicación. El concepto de oficina está cambiando y, probablemente, cambiará después de la cuarentena. El mundo post pandemia ya no será el mismo.

En una reciente encuesta, en plena cuarentena, publicada por el diario El Comercio (Lima, 2020) se señala que solamente el 7% de los empleados desearía seguir trabajando en su casa y que el resto desearía regresar a su oficina. ¿Por qué razón el 93% desea regresar a su oficina? ¿No tiene las comodidades ni el espacio en el hogar como para mantener una relación laboral a distancia? ¿Hay muchas distracciones en el hogar? ¿Qué buscamos en la oficina que no encontramos en nuestro hogar? ¿Estructura para nuestra vida? ¿Disciplina? ¿Propósito? Si este fuere el caso, ¿no podemos, nosotros mismos, ser autónomos en ese sentido y prescindir de un agente externo para que le brinde propósito a nuestra vida? ¿No podemos auto disciplinarnos?

Es conocido por todos que el aislamiento sanitario en el que vivimos marcará por siempre nuestras vidas a tal extremo que, probablemente, cuando se levante la cuarentena nos seguiremos cuidando.

Y seguramente ya no nos saludaremos con un apretón de manos ni dándoles un  beso en la mejilla a nuestras compañeras de trabajo. La pandemia nos ha marcado. No vamos a querer estar en ambientes cerrados con  muchas personas en el interior. Nos lavaremos las manos con mayor frecuencia y probablemente sigamos usando mascarillas. ¿Iremos al cine tal como lo hacíamos antes de la pandemia? (Dicho sea de paso, ¿regresarán los autocines?)

Es muy probable, entonces, que las labores desde nuestro hogar se extiendan por unos meses más con lo cual, ambas partes (empresas y colaboradores) debemos hacernos la idea de continuar con este tipo de relación laboral completamente nuevo para todos. La relación entre la empresa y sus colaboradores debe basarse en una relación de confianza y en el cumplimiento de objetivos claros, bien definidos y medibles. La tecnología de la información y comunicación ayuda en ese sentido. Los tableros de control, los celulares, las videoconferencias, el correo electrónico, el WhatsApp, el acceso a internet con una buena conectividad, etc., hace que no se sienta la diferencia.

El hecho de trabajar en el hogar y no en la oficina, tiene grandes ventajas para el colaborador como, por ejemplo, aumentará su rendimiento, ahorrará en el costo y tiempo en el transporte (ya sea que utilice transporte público o privado), tendrá una alimentación más sana, tendrá una mayor comodidad, tendrá un menor nivel de stress, mejorará sus relaciones familiares al compatibilizar su vida profesional con la familiar, tendrá mayor flexibilidad de horarios, entre otras ventajas.

Pero la empresa también tendría grandes ventajas como, por ejemplo, mejores resultados laborales, mejorará la calidad de vida de sus colaboradores con el consecuente mejor rendimiento, no gastará en alquiler de oficinas, promueve la inclusión de personas con condiciones de discapacidad, los espacios se pueden aprovechar para otras actividades, entre otras.

Pero habría, también, un tercer ganador: la sociedad en su conjunto y, en particular, el medio ambiente pues se aliviaría el tránsito vehicular con la consecuente disminución de la contaminación ambiental, disminuirían los enormes edificios llenos de oficinas que dominan el paisaje en varios de nuestros distritos, etc.

Y a usted, querido lector, cuando se levante el aislamiento sanitario, ¿no le gustaría seguir trabajando desde la comodidad de su hogar?

Fuente:

  • https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130731_serie_oficina_como_se_invento_finde
  • https://oftegaab.wordpress.com/2017/02/06/269/
  • https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/trabajo-y-tiempo-libre/ventajas-del-teletrabajo-para-los-empleados
  • https://www.teletrabajo.gov.co/622/w3-article-11180.html

Liderazgo responsable en tiempos de crisis

30 abril, 2020 by Jack Zilberman Deja un comentario

David Kessler ha publicado diversos libros sobre grief, cuya traducción sería duelo, aflicción o dolor. Este tiene varios niveles. Desde la incertidumbre por un mundo que ha cambiado, pasando por la ansiedad, la negación y luego la aceptación de la pandemia hasta el control adquirido por el lavado de manos, por mantener la distancia, por el trabajo remoto, por comprar lo necesario, por quedarse en casa. El sexto nivel, sin embargo, nos impulsa a maneras diferentes y más empáticas de responder.

El Gobierno ha liderado esta etapa aplicando un plan económico muy audaz, sin precedentes, poniendo como prioridad la salud de todos los peruanos, según palabras de la ministra de Economía, María Antonieta Alva. La solidez macroeconómica, luego de tres décadas de disciplina fiscal y de aprovechamiento de la globalización, permitirá aplicar medidas de estímulo y apoyo social por más de 25,000 millones de dólares equivalentes al 12% de nuestro PBI. El costo del necesario y oportuno estado de emergencia, según el IPE, significa la paralización del 50% del PBI.

Las libertades individuales de todos los peruanos han colocado por delante al bienestar de la comunidad, se ha recuperado no solamente el respeto y solidaridad con el prójimo, sino también un nuevo sentido de autoridad con el Gobierno, Policía y Fuerzas Armadas. Nos duele tener más de 30,000 infectados, 33,000 detenidos y, en especial, cada uno de los fallecidos. Nos preocupa mucho la supervivencia de las empresas y la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo.

Hoy estamos, como sostiene Harari, frente a una crisis global en la cual las decisiones que las personas, empresas y Gobierno tomen en las próximas semanas probablemente darán forma a nuestra realidad económica, social y política de los próximos años. Este momento representa una gran oportunidad de cambio para las empresas, consumidores y sociedad.

La crisis va a pasar y los líderes responsables tendrán una verdadera ventaja competitiva para sus empresas e instituciones, una vez que la economía se reactive. La sociedad necesita que las empresas e instituciones sean impulsores de soluciones y los consumidores confiarán en aquellas que tengan un propósito elevado con valores sociales y éticos. Los empleados necesitan un trabajo digno que los desarrolle profesionalmente y los proveedores de apoyo para poder sobrevivir a la crisis.

Tenemos ya consensos sobre la relevancia de la salud y la educación, sobre la necesaria reducción de la informalidad y el incremento de la competitividad, así como sobre la priorización de las inversiones en proyectos de infraestructura y saneamiento. Recordemos que toda crisis tiene una fecha de vencimiento, una solución y un aprendizaje.

*Artículo publicado en el Diario Gestión en la sección Opinión, 6 de abril de 2020.

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