Esta semana estuve analizando un reporte publicado por el Foro Económico Mundial, elaborado por el equipo de EdTech del Banco Mundial en el que se expone la dramática realidad de las brechas digitales en el sector educación en América Latina. En esta oportunidad, me gustaría hacer énfasis en algunas estadísticas que se destacan en este reporte, y analizar los principales retos u oportunidades que tenemos por delante.
“América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. Aunque muchos países de la región han logrado avances significativos hacia la reducción de la desigualdad de ingresos en los últimos años, el decil más rico de latinoamericanos todavía posee el 71% de la riqueza de la región. Si se combina la desigualdad de ingresos de la región con la crisis de COVID-19, las familias de bajos ingresos se enfrentan ahora a desafíos sin precedentes”.
Una de las principales herramientas para luchar contra la desigualdad en el mundo es, sin lugar a dudas, el acceso a una educación de calidad e inclusiva; sin embargo, la pregunta que cabe plantearnos es ¿qué tan preparado está nuestro gobierno para asegurar las condiciones óptimas de conectividad en todo el país? La educación virtual ha demostrado su utilidad y eficiencia en una etapa de crisis en la que algunas instituciones de educación superior se vieron forzadas a adaptarse, y otras, por el contrario, veníamos implementando la tecnología educativa (EdTech) desde hace años con excelentes resultados.
“Según un informe de ORBA de la CEPAL, el 67% de la población de América Latina utiliza Internet, pero existen diferencias drásticas entre países. En los países que se consideran «bien conectados», la penetración de Internet en las zonas rurales todavía sólo alcanza al 40-50% de la población; en los países con conexiones deficientes, esa cifra se reduce a un promedio del 10%”.
Estamos de acuerdo con que hacen falta enfoques innovadores para superar los desafíos de la conectividad y garantizar también el acceso a la educación de las poblaciones más vulnerables de la región. Otros gobiernos en Latinoamérica como Colombia, Ecuador, Perú y El Salvador, están acortando las brechas digitales en la educación básica regular, a través de las infraestructuras de radio y televisión existentes. Otros, como República Dominicana, han establecido más de mil puntos de acceso público con wifi gratuito para facilitar también la conexión de los estudiantes de educación superior.
Estas iniciativas gubernamentales pueden brindar soluciones y recursos instantáneos a las familias necesitadas en un periodo de emergencia, sin embargo, el verdadero reto es garantizar que las nuevas soluciones de tecnología digital tengan un efecto positivo a largo plazo y aborden de manera efectiva las desigualdades existentes.
El Banco Mundial, en ese sentido, ha seleccionado los principales temas que los emprendedores que se dedican a brindar soluciones digitales pueden ofrecer en América Latina. Estos temas van desde: Cómo preparar la infraestructura digital de la región para un aumento significativo de la demanda; cómo pasar de la impartición de educación a un aprendizaje significativo; cómo preparar mejor a los educadores y padres para navegar este nuevo contexto; cómo combinar tecnologías de aprendizaje online y offline o estrategias multicanal (como TV y Whatsapp); cómo implementar la garantía de calidad en las nuevas circunstancias; cómo proteger la privacidad de los alumnos, etc. Vemos cómo se abre un abanico de posibilidades de emprendimiento e innovación para que las mismas startups y pymes puedan apoyar a los gobiernos en esta materia.
Por ejemplo, aquí en el Perú, el proyecto de portátiles Wawa está dotando a los estudiantes laptops con energía solar fabricados con materiales reciclados que funcionan con sistemas operativos Android y Linux gratuitos. Por otro lado, Alba, una start-up en Chile, lanzó recientemente Alba Live para ofrecer clases gratuitas en línea a niños menores de ocho años en un esfuerzo por ayudar a los padres a mantener a sus hijos aprendiendo y entretenidos mientras tienen que trabajar.
Por otro lado, si hacemos un análisis basado en el Ranking de conectividad a internet por regiones del 2019, tomamos en cuenta las cinco regiones con peor índice de conectividad y lo comparamos con su inversión pública, tenemos el siguiente resultado:
Región | Conectividad | Presupuesto asignado | Presupuesto ejecutado | Avance |
Huancavelica | 5.0 | 297.4 | 123.7 | 42% |
Cajamarca | 9.6 | 396.8 | 131.7 | 33% |
Ayacucho | 13.5 | 505.2 | 194.8 | 39% |
Pasco | 13.8 | 346.5 | 186.5 | 54% |
Puno | 14.6 | 399.6 | 207.2 | 52% |
Vemos con claridad que en estas regiones existe un presupuesto sin ejecutar muy elevado que tranquilamente podría ser destinado a empresas especialistas en conectividad y suministros tecnológicos. Debemos tomar como ejemplo el sistema de ejecución de presupuesto que se empleó en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019. Al cierre del 2018, informaron que se ejecutó al 97.3 % su presupuesto anual, a nivel total de actividades y proyectos. La ejecución se logró ahorrando el 20% del presupuesto autorizado. Ese dinero fue transferido a los distritos adyacentes para que puedan hacer obras, de acuerdo a lo comentado por Carlos Neuhaus, expresidente del Comité Organizador de Lima 2019. De la misma manera, el presupuesto que no es ejecutado por las regiones, debería ser empleado para repotenciar la conectividad de las zonas con más carencias tecnológicas. Un punto importante que deberíamos considerar es que, si hasta setiembre de cada año, la ejecución presupuestal de cada región viene a la baja, debería existir una ley que exija la inversión en pro de la educación regional. Para esto, debemos contar con un plan con proveedores seleccionados, cotizaciones, etc. actualizarlos siempre entre julio – agosto e inmediatamente ejecutarlo desde setiembre hasta diciembre del año en curso. Tengamos en cuenta que en las regiones que tomamos como ejemplo, hay aproximadamente 140 mil jóvenes entre 15 y 29 años como usuarios potenciales que podrían beneficiarse directamente de este servicio. Estoy segura que en menos de tres años podríamos tener resultados importantes en el desarrollo tecnológico de cada región.
La crisis del Covid-19 nos ha abierto una ventana de oportunidades para explotar desde muchos frentes. Debemos entender que hacer asequibles los recursos educativos es solo una parte del desafío. El desafío mayor es garantizar que la experiencia de aprendizaje también sea atractiva y significativa, para ello las mejoras de conectividad y la alfabetización digital deben desempeñar un papel central en la EdTech de América Latina. Tal como lo indica el Foro Económico Mundial, nunca ha habido un mejor momento para que las empresas emergentes se centren en soluciones innovadoras que ayuden a los estudiantes, maestros y familias a acceder a los recursos educativos independientemente de su ubicación.
*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 7 de octubre de 2020.