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Las nuevas maneras de incrementar tus ventas

3 septiembre, 2021 by Freddy Silva Tuesta Deja un comentario

El mundo comercial ha cambiado radicalmente a raíz de la pandemia del COVID-19. Antes de este suceso, el principal atributo para captar compradores era la ubicación. Sin embargo, cuando los locales comerciales se vieron obligados a cerrar de la noche a la mañana, este atributo pasó al último lugar de la importancia en la generación de ventas.

Las empresas que han logrado sobrevivir a este impacto negativo que está afectando a la humanidad han sido aquellas que han desarrollado de alguna manera la posibilidad de venderle al cliente sin tener un contacto físico. En este artículo quiero mostrarte dos distintas opciones que existen en la actualidad para mantener las ventas de tu negocio sin importar la ubicación física del local.

En primer lugar, se encuentran las redes sociales. Hoy, más que nunca la gente se encuentra conectada a sus equipos móviles durante gran parte del día, revisando redes como Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn y YouTube. Esto genera una gran oportunidad de exposición de tu marca de manera orgánica (gratuita). Generar cuentas empresariales en estas redes sociales es gratis y si creas un contenido atractivo e interesante para tu público objetivo, podrás generar interacción que finalmente se concrete en más ventas para tu negocio. Si quieres lograr atajos para tener ventas a mayor velocidad, puedes adquirir los servicios de anuncios pagados en estas redes (Ads), con la posibilidad de ultra segmentar el público al cual diriges tu publicidad, generando una mayor rentabilidad de tu inversión (ROI).

En segundo lugar, podemos mencionar al Marketing de Afiliados, que es un mecanismo para captar vendedores para tu negocio sin la necesidad de pagar sueldos fijos o mantenerlos en costosas planillas laborales (nóminas elevadas). El vendedor se convierte en tu socio, quien a cambio de una comisión que debe ser lo suficientemente atractiva, puede ofrecer y vender tu producto a sus amigos, familiares o red de contactos en sus propias redes sociales. Existen muchas formas de generar Marketing de Afiliados: a través de páginas web, plataformas especializadas, o generado tus propias redes de afiliación. Lo más importante para lograr este tipo de alianza es tener un producto y/o servicio potente y que el sistema de comisiones sea amigable y sobre todo que cumpla con tu afiliado.

Muchas empresas de renombre mundial tales como Amazon, Google, Booking, entre otras,  utilizan estos métodos para tener ventas cada vez mayores sin esperar a que los clientes toquen las puertas de sus locales. Este tipo de venta te genera una ventaja de que puedes ofrecer tu producto y/o servicio en cualquier lugar del planeta a un costo muy bajo.

Umbral, emoción y tradición

8 abril, 2021 by MariLú Pineda Deja un comentario

Se hace tan lejano pensar en los tiempos de clases presenciales. Con nostalgia, recordamos el atravesar el umbral del campus, y tras recorrer paisajes cotidianos, llegar finalmente a un umbral particular: nuestra aula. En arquitectura, un umbral marca un límite, definiendo qué se encuentra en el interior y qué en el exterior. Dar el paso adelante, atravesar el umbral hacia el interior de este espacio, hacía que nuestra emoción aumente: veíamos cada rostro y sonreíamos.

Hoy tenemos un umbral diferente, un umbral pequeñito pero muy presente: un umbral-pantalla. El abrir ese umbral virtual también nos emociona, y aún cuando no vivamos exactamente la misma experiencia, sabemos que el atravesarlo nos enfoca y hace que saquemos lo mejor de nosotros. Cuando estamos frente al umbral-pantalla, esperamos pacientemente y es nuestro corazón el que se activa en la espera, con ansias de (re) encontrarnos con nuestros estudiantes, tal como sucedía en aquella época anterior. Y es que, en una sesión de clase, los umbrales que atravesamos no necesariamente son físicos… son de descubrimiento.

Cada vez que atravesamos el umbral de descubrimiento percibimos un espacio diferente; y, si estamos realmente presentes, nos sumergimos en una dinámica en la que demostramos que somos seres de emoción y tradición. ¿Cómo saber si nos sumergimos en ello? Pienso que sucede en aquel momento cuando se generan acciones continuas con una gran dosis de emoción y que quedan grabadas en nuestra memoria, conectando directamente con nuestro corazón. Me refiero a aquellas acciones que, al repetirse, se convierten en tradiciones diarias que nos hacen ser nosotros mismos y también parte de un grupo. Este es un punto importante y creo incluso indispensable para el aprendizaje dentro del aula, porque el aprendizaje viene de un intercambio, un compartir, no sólo de conocimiento; sino también de emoción y conexión entre nosotros.

Si nos percatamos, en nuestro día a día, tenemos presente esta triada de umbral, emoción y tradición; llegando incluso a convertirse en momentos sagrados. ¿Cómo podríamos activar esta triada en nuestras sesiones de clase, en esta coyuntura? Generar tradiciones con nuestros estudiantes, colocar nuestra emoción en ello, podría resultar sencillo; pero paradójicamente nuestro umbral-pantalla, el mismo que nos permite conectarnos, también nos separa al acentuar el frío de la distancia, y se convierte en algo que debemos romper para conectar realmente.

Podríamos empezar comprobando si las tradiciones en la enseñanza presencial se pueden replicar en el mundo online. ¿Cuántos de nosotros hemos intentado llevar algunos momentos que normalmente disfrutábamos en nuestro día a día, al mundo virtual? En mi caso particular, una tradición común en los talleres de diseño en arquitectura es que los estudiantes escriban su nombre en una lista para conseguir ser los primeros en recibir “críticas” (feedback) de sus diseños. Hoy, aun cuando la pizarra es virtual, todos seguimos sintiendo esa misma emoción.

Y, ¿si aprovechamos otras circunstancias? ¿Qué pasaría si el esperar a que terminen de conectarse nuestros estudiantes se convierte en un espacio para (re)conectar con nosotros mismos y entre todos? Antes pensaba que esos minutos de espera previos a la clase se convertirían en umbrales no necesariamente atravesables y que aterrizaríamos con algo de turbulencia a la sesión. Sin embargo, esos minutos de espera se convierten en esa oportunidad para generar espacios de tradición cuando le agregamos nuestra “sazón” personal y decidimos convertirnos en DJs y relajarnos con un buen playlist de bienvenida, preguntas rápidas y amenas que nos divierten y a la par permiten conocernos más… y, de paso, el mejor logro: aprender a ser puntuales, ¡para disfrutar ese momento! Esta actividad se convirtió en una tradición con emoción: el umbral se atravesó y conectamos de tal manera que se convirtió en el espacio esperado por todos y cada uno de nosotros.

Pienso que el trasladar tradiciones y generarlas nos hace ser más humanos y también nos permite conectar, emocionarnos y atravesar los umbrales. Esto no debería quedarse en ese espacio virtual, sino también pensar a futuro y ver cómo las nuevas tradiciones podrían trascender a los espacios no virtuales. Recuerdo otra de mis nuevas tradiciones, cerrar cada sesión online de taller de diseño con uno de los tips del libro The Architecture School survival guide. Pude comprobar en las siguientes semanas cómo varios de los tips que fui leyendo, calaron en algunos estudiantes y su pasión por la lectura también empezó a crecer. De pronto, aparecieron mensajes con pedidos de recomendaciones de libros de arquitectura porque querían empezar el tip “Lee al menos 30 minutos al día sobre arquitectura”. Inclusive, una vez se molestaron conmigo… ¡porque no hubo tiempo para leer la frase del día! Tuve que enviarla por correo a todos, quienes estaban esperándola con ansias.

Recordemos que muchas veces, somos los docentes quienes llevamos a nuestros estudiantes cerca de los umbrales y les alentamos a atravesarlos. La emoción y las tradiciones son las que nos ayudan a reforzar nuestros vínculos, y qué mejor que mantenerlas y crear nuevas en nuestros espacios virtuales. Nada es más enriquecedor que sentir y comprobar que la experiencia de atravesar los umbrales de descubrimiento es compartida, y más aún cuando son nuestros estudiantes quienes nos invitan a atravesarlos. Dejarse llevar y atravesar umbrales junto a ellos, nos permite disfrutar de este descubrimiento y continuar aprendiendo. Solo hay que confiar y emocionarnos.

Estrategias para combatir el plagio académico

8 abril, 2021 by María de los Ángeles Sánchez Trujillo Deja un comentario


Estrategias para combatir el plagio académico


Es evidente la necesidad de formar estudiantes universitarios íntegros y con las competencias requeridas para que puedan desenvolverse en la sociedad en la que viven y aportar significativamente en su desarrollo. Sin embargo, es preciso afirmar que, en el ámbito universitario, los alumnos recién ingresantes presentan diversas dificultades que les impiden lograr las competencias deseadas. Una de estas limitaciones se vincula con su incapacidad de diferenciar las ideas ajenas de las propias en los trabajos de investigación que realizan y, por tal motivo, incurren al plagio. En muchos casos, estos estudiantes no son conscientes de la falta que cometen y, más bien, su error se debe a la falta de habilidades de investigación que les permitan buscar información confiable, procesarla de manera adecuada y generar un texto propio a partir de los insumos leídos. A partir de lo anterior, es preciso considerar, desde los cursos en los que los estudiantes deban leer fuentes diversas y producir textos académicos, ciertas estrategias orientadas a desarrollar sus competencias de investigación y de expresión escrita. Tales estrategias deben estar orientadas a la formación de habilidades de búsqueda, procesamiento y análisis de información, así como de redacción y revisión textual.

En primer lugar, se puede considerar la aplicación de estrategias de búsqueda de información, las cuales deben permitir que los estudiantes identifiquen los criterios esenciales de identificación de fuentes confiables, adquieran habilidades para buscar información en repositorios digitales y buscadores académicos especializados, y valoren la importancia del uso de palabras clave en los motores de búsqueda. Asimismo, una estrategia relevante es el registro de la información hallada, por ejemplo, en un portafolio digital en el que deberán consignar los datos de la fuente, entre los que se incluyen el tipo de fuente, el autor, el link de acceso, entre otros. De esta forma, la citación posterior de las fuentes se realizará con mayor facilidad al contar con todos los datos requeridos para tal efecto.

En segundo lugar, las estrategias de procesamiento de información cobran especial relevancia, por lo que se puede incentivar a resaltar las ideas claves, realizar resúmenes adecuados, y a elaborar organizadores gráficos sintéticos de la información leída. En este grupo de estrategias, se puede emplear matrices de procesamiento en las que el estudiante, en una primera columna, traslade la información literal clave de las fuentes, acompañada de los datos bibliográficos respectivos, y, en una segunda, la parafrasee de manera constructiva. De este modo, los docentes podrán identificar si las paráfrasis son correctas al compararlas con las ideas textuales procesadas.

En tercer lugar, las estrategias de análisis permiten evaluar la información hallada y, dependiendo de la consigna de su trabajo académico, identificar si cuenta con la información suficiente para realizarlo o si debe buscar fuentes extras para complementar su labor. Para tal caso, se puede emplear listas de cotejo en las que se evalúen las fuentes halladas y la información procesada. Para ello, se puede proponer ciertos criterios de evaluación, tales como pertinencia, actualidad, solidez, nivel de profundización de las explicaciones, entre otros.

En cuarto lugar, es preciso aplicar estrategias de redacción que permitan al estudiante trasladar adecuadamente sus ideas parafraseadas a un texto propio, de acuerdo con la naturaleza del escrito que deba redactar. Por ejemplo, si se trata de un ensayo, deberá conocer cuál es la estructura que suele poseer este tipo de texto, y, sobre la base de ello, planificar su trabajo con un esquema de redacción, teniendo en cuenta los insumos que posee. A partir de ello, irá clasificando la información procesada y podrá redactar con un orden y secuencia adecuados. Asimismo, dado que ya cuenta con la información bibliográfica de cada idea, podrá trasladarla de manera más fácil al texto, considerando el sistema de citación con el que se esté trabajando. Es preciso, asimismo, incentivar que el estudiante incluya reflexiones propias (si el tipo de texto lo permite), aclaraciones, inferencias, ejemplos, entre otros. Todos estos recursos le permitirán “apropiarse” de su texto y hacerlo más explícito al lector. Igualmente, si, durante el proceso de redacción, cree necesario reemplazar alguna expresión previamente construida o buscar más información de complemento, se le debe permitir hacerlo. En tal sentido, la redacción debe concebirse principalmente como un proceso de ida y vuelta, el cual demanda cierto tiempo de análisis y revisión continuos.

Finalmente, es preciso incentivar la aplicación de estrategias de revisión textual, las cuales se orientar a que, por ejemplo, el estudiante sea capaz de diferenciar las ideas de los autores de sus fuentes de las otras, y de asegurarse de que los datos de referencia están adecuadamente consignados. Igualmente, el alumno debe asegurarse de que toda la información incluida en su texto sea comprensible; caso contrario, deberá “traducirla”, empleando un estilo propio de redacción. Para tales procesos, se puede aplicar fichas de autoevaluación y coevaluación, contando con la mediación del docente. Este proceso puede estar acompañado del uso de algún software antiplagio, pero no como medida punitiva, sino como medio de corroboración de la originalidad del trabajo, de modo que se le pueda brindar al estudiante la posibilidad de mejorar su trabajo, si fuera el caso, antes de la presentación del producto final.

En suma, es evidente la importancia de la aplicación de estrategias didácticas diversas orientadas a combatir el plagio académico. Para ello, se requiere incorporarlas, en la medida de lo posible, en la propia práctica docente y realizar un seguimiento continuo al estudiante.

La Realidad Virtual (RV) en el futuro de la educación

7 abril, 2021 by Marisol Suárez Deja un comentario

Una de las principales tendencias que mostramos en mi blog a inicios de este año era el fortalecimiento de la experiencia de aprendizaje a través de herramientas tecnológicas como la Realidad Virtual (RV), la cual crea entornos que simulan la realidad, y producen una interacción inmersiva con los usuarios. Las empresas la utilizan con éxito en sus estrategias de prospección, activaciones, capacitaciones, etc. pues, tiene un componente lúdico que lo hace bastante atractivo y entretenido para los usuarios.

Posiblemente, una de las mejores aplicaciones de realidad virtual es utilizarla para probar un producto. En el rubro de autos, Volvo Test Drive, por ejemplo, incluye paisajes de 360 grados, lo que permite a los potenciales clientes asociar los términos “aventura” y “Volvo” como posicionamiento en sus mentes.

Cuando hablamos del desarrollo de las EdTech, las perspectivas de utilizar la Realidad Virtual en la educación son enormes y las predicciones de los expertos también son bastante optimistas. Es más, podemos asegurar que la pandemia ha acelerado significativamente el desarrollo y la adaptación de tecnologías en el proceso educativo. Un informe publicado en noviembre por la consultora IDC estimó que el gasto en realidad virtual durante 2020 alcanzaría los US$18.800 millones, un 78% más que en 2019.          

La RV tiene una gran capacidad de estimular los trabajos y las experiencias de aprendizaje en un entorno educativo. El año pasado, cuando el Gobierno decretó el estado de emergencia, y muchas universidades se vieron forzadas a adaptar sus cursos a un formato virtual, nosotros, que ya veníamos desarrollando la transformación digital desde hace diez años, aprovechamos la oportunidad para ejecutar la Realidad Virtual en nuestros cursos. Por ejemplo, en la carrera de Arquitectura, los alumnos, desde la comodidad de sus casas, participaron en visitas guiadas a museos y al Centro Histórico de Lima, gracias a la aplicación de RV en dichos programas. En otras carreras como Medicina e Ingeniería, se utiliza para el entrenamiento de los estudiantes en cirugías, diseño y construcción de edificaciones.

Imagínense que un estudiante de medicina, en medio del confinamiento, tuviera que llevar cursos prácticos sobre procedimientos quirúrgicos. Si el Gobierno tomara alguna medida de fuerza mayor que impidiera la presencialidad de los cursos prácticos, los estudiantes de la UPC no atrasarían su plan de estudios, gracias a estas herramientas tecnológicas. Al simular diversas situaciones en entornos controlados, los estudiantes tienen una oportunidad única de acumular “horas de vuelo” en perfeccionar sus habilidades profesionales de cara al futuro. La RV resuelve estos problemas ofreciendo a los estudiantes la oportunidad de equilibrar la teoría y la práctica de una manera segura y de bajo costo. En el siguiente video podrán ver cómo un país como Corea del Sur aplica la RV en el sector educativo: Clic aquí

Las emociones juegan un papel importante en el proceso de aprendizaje. Generalmente, nosotros aprendemos más cuando nos encontramos con situaciones que nos impactan y generan una impronta positiva en nuestro cerebro. La RV tiene esa capacidad de hacer foco en los pequeños detalles que ocasionan recuerdos y emociones positivas asociadas al estudio. Es una herramienta muy interesante para capturar la atención de una generación millennial que, prácticamente, usa las herramientas tecnológicas como una extensión de sí mismos.

Por el lado docente, estas tecnologías permiten la creación de aulas virtuales, de esta manera los profesores pueden proyectar sus clases a estos espacios. Por ejemplo, las conferencias de los principales profesores de Harvard y Yale pueden estar disponibles para cualquier estudiante que tenga gafas de RV y la app correspondiente en su teléfono móvil. Además, la capacidad de rentabilizar un curso de capacitación dentro de la RV es muy interesante para el modelo de generación de ingresos de las universidades.

Como hemos visto, las oportunidades para usarla en la educación no se limitan a algunos cursos o aplicaciones. Si realmente tenemos un espíritu innovador y mucha curiosidad por explorar diferentes alternativas, veremos la manera de aplicar la RV a cualquier área que sea de nuestro interés. El reto será tener la cultura de innovación adecuada que facilite la creación de estos entornos virtuales, desarrollar cursos de calidad con RV, invertir en el equipo necesario y realizar los cambios necesarios en el plan de estudios. Les aseguro que valdrá la pena intentarlo, y los estudiantes lo recordarán por el resto de sus vidas.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 30 de marzo de 2021.

Estrategias docentes (¿tips?) para el primer día de clases virtuales en la universidad

15 marzo, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

Para la mayoría de los docentes, y por diversas razones, el primer día de clases en la universidad siempre ha sido el día más esperado e importante del ciclo. Tan así, que nos preparamos con muchas expectativas para ese día. Es el día en el cual nos presentamos y establecemos el primer contacto con nuestros alumnos con quienes vamos a convivir durante las 16 semanas de duración que tiene el semestre académico. ¿Nos ponemos nerviosos? Pues seguramente que sí (a pesar de los tantos años que tenemos como docentes universitarios). Pero este nerviosismo no debe inmovilizarnos sino, todo lo contrario, debe llevarnos a la acción.

En cierta forma, las estrategias para el primer día de clases dependerán del estilo del docente, del público objetivo, del medio que utilicemos para comunicarnos, etc. Pero sean cuales sean las estrategias, estas no están escritas en piedra. Lo que veremos a continuación es una recopilación de las mejores prácticas para el primer día de clases recogidas (y practicadas) por los autores del presente artículo.

Para empezar, podemos afirmar que el primer día de clases empieza antes del primer día de clases.

¿Qué significa esto? Que debemos tener todo listo antes del primer día de clases. Es muy importante que el curso que vamos a dictar esté completamente diseñado con la debida anticipación y, además, debe estar alojado en el aula virtual con la cual trabajaremos de modo que durante el ciclo nuestra principal preocupación será el aprendizaje de nuestros alumnos y no el diseño del curso. Es muy importante que nos enfoquemos al 100% en el aprendizaje de nuestros alumnos.

Por otro lado, debemos añadir que debemos conocer bastante bien la plataforma con la cual vamos a trabajar de modo que podamos aprovecharla al máximo y así optimizar el uso de todas sus herramientas. Ojo: no se trata de usar por usar las herramientas del aula virtual. Estas deben estar alineadas con las competencias que queremos desarrollar en nuestros estudiantes. Según un documento de la universidad de Palermo (2015)1, esta elección debe ser consciente, intencional y selectiva. De esta manera, nos preparamos para orientar a nuestros estudiantes a familiarizarse con el entorno virtual.

Recomendamos, también, y previo al inicio de clases, averiguar por el perfil de nuestros futuros alumnos: ¿son cachimbos?, ¿qué porcentaje de repitentes tenemos?, ¿son alumnos de los últimos ciclos?, ¿cuál es la distribución por género?, ¿trabajan o están haciendo sus prácticas profesionales?, etc.

Llegado el primer día de clases, ingresemos al aula virtual unos 20 minutos antes del inicio de clases. Verifiquemos que todo esté en orden. Luego, ingresamos a la videoconferencia (con unos diez minutos de anticipación) y vemos que los alumnos van ingresando uno por uno y nosotros los vamos saludando por su nombre a través del chat o haciendo uso del micrófono.

Llegada la hora de inicio de la clase, prendamos la cámara para darle la bienvenida a los alumnos al curso y a la universidad. Si son “cachimbos”, felicitémoslos por el inicio de su carrera y por la decisión que han tomado de estudiar en la universidad. Aprovechemos, también, para explicarles brevemente la estructura académica de la universidad; deben saber que tienen un(a) coordinador(a) de curso, el(la) director(a) de la carrera, el(la) vicerrector(a) académico(a), etc. Seamos cálidos y cordiales. Digámosles que estamos para ayudarlos en su aprendizaje y que como consecuencia de ese aprendizaje deben aprobar el curso. Luego, durante la clase se puede apagar la cámara (esto, para evitar que se sature el Internet) y podemos encenderla, nuevamente, al momento de despedirnos.

Presentémonos de manera muy breve. En esta presentación hagámosle ver al alumno que conocemos el curso de “cabo a rabo” y que tenemos mucha experiencia docente y profesional (de ser el caso). Esto le inspira confianza y tranquilidad al estudiante. Procuremos siempre, y de manera muy breve (no se trata de generar debate), hacer un comentario de la actualidad que estamos viviendo. Actualmente, podemos dirigirles unas palabras en relación con la pandemia. Desearles que ellos y sus familiares se encuentren bien de salud y pedirles que se cuiden usando mascarilla, guardando distanciamiento social y siguiendo los protocolos del caso.

Si bien algunas universidades ya caminaban en la dirección de la virtualidad, todos nos vimos impactados por la pandemia generada por el Covid-19. Esto empujó al sistema educativo peruano a un entorno virtual. Debido a esto, sugerimos destacar los aspectos positivos de esta situación. Hay que decirle al alumno que un curso virtual sacará lo mejor de ellos y que los colocará en el centro del sistema de enseñanza aprendizaje. Digámosles que uno de los objetivos que queremos lograr en ellos es que se hagan responsables de su propio aprendizaje. Para esto, presentémosle a los alumnos la estructura de nuestro curso en el aula virtual, de modo que el estudiante pueda ingresar a cualquier unidad en cualquier momento y sepa atender los requerimientos del curso. Es muy importante que se familiaricen con el aula virtual. Establezcamos los medios de comunicación que usaremos fuera de las horas síncronas, tal vez indicarles que se podría crear un grupo en alguna red social o usar alguna que ya está creada. Comprometámonos a responder sus consultas realizadas durante las horas asincrónicas (aprendizaje autónomo) en un plazo no mayor de 24 horas.

A continuación, presentemos el curso con palabras sencillas. Esta presentación debe ser altamente motivadora (podemos apoyarnos con algún video o PPT). Luego, leemos las partes más saltantes del sílabo junto con los alumnos destacando aquellas en las que se señalan los logros y las competencias. A continuación, sugerimos presentar claramente “las reglas del juego”. Hay que decirle al alumno cómo será evaluado. ¿Qué competencias adquirirá? El alumno debe tener claro que cuando acabe el curso se irá con un añadido que no tenía antes de empezarlo. Digámosles, también, que la clase se grabará para que aquellos que tengan problemas de conexión o no pudieron asistir a la clase la vean en cualquier momento. Antes de terminar la clase orientemos al alumno en las actividades que debe realizar de manera asíncrona antes de la siguiente sesión síncrona.

Luego, es importante presentar las “Reglas de convivencia” (micrófono y cámaras apagados). Puntualidad. Levantar la mano para intervenir. Entrega de los trabajos y evaluaciones a la hora establecida y a través del canal establecido. Uso del chat.

Cuando las clases eran presenciales, podíamos retener el nombre de algunos alumnos y llamarlos por su nombre. Esto generaba un fuerte impacto, pero ahora que las sesiones son virtuales y tenemos el nombre de nuestros alumnos a la vista, esto ya no genera el mismo impacto. Lo que sugerimos, es referirnos a los comentarios hechos por nuestros alumnos de modo que los alumnos a pesar del supuesto anonimato se sienten identificados porque el profesor valora su comentario. En el transcurso de la clase podemos plantear preguntas dirigidas a todos, pero también dirigidas con nombre propio.

Los dejamos con una frase muy conocida (tal vez trillada), pero que cobra vital importancia en nuestra presentación como profesores el primer día de clases. Debemos tener en cuenta que “no hay una segunda oportunidad para una buena primera impresión.”

¡Muchos éxitos en el primer día de clases!

Artículo escrito por:
Héctor Viale, Director de la Oficina de Prospección Académica de la UPC.
Armando Novoa, Profesor a tiempo completo del Departamento de Ciencias – Campus San Miguel.

1 Extraído de Summer Training (2021)

¿Es (in)útil la bibliografía tal como la conocemos actualmente?

3 marzo, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

En un artículo anterior (https://enfoque.upc.edu.pe/2021/02/01/un-hallazgo-relevante-que-variables-son-las-que-mas-se-relacionan-con-los-resultados-de-las-encuestas-academicas/), relacionamos algunas de las variables de la encuesta académica con el fin de conocer qué aspectos tienen mayor relación con el resultado final del profesor.

En este artículo, analizaremos la variable o constructo que tiene menos relación con el resultado final del profesor y propondremos algunos modelos e ideas que podrían mejorar su relación con el resultado de la encuesta académica.

Una verdad que no podemos ignorar es que todo ha cambiado y que ahora más que nunca debemos tener presente que “en educación, nada está terminado”. ¿Cuándo terminará la pandemia y volveremos a reunirnos presencialmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Volverá todo a ser como en el 2019? ¿Estaremos capacitados y tendremos las competencias necesarias para los nuevos retos que se vienen? Tenemos muchas preguntas y, tal vez, debido a la incertidumbre en la cual vivimos, ninguna respuesta. Lo que podría ocurrir es que la nueva normalidad implique cambios en el sistema de enseñanza aprendizaje. Es por esto que debemos aprovechar lo aprendido en este último año y motivar en nuestros alumnos nuevas destrezas y habilidades.

Para el rediseño de los cursos, en la etapa de planificación, debemos tener en cuenta los resultados finales, no solo en lo que se refiere a las notas de los alumnos o porcentajes de aprobados de nuestra sección, sino también a los resultados de la encuesta académica; así como los comentarios de los alumnos, los intercambios de ideas en las reuniones con los delegados, las opiniones de los profesores, etc.

¿Qué hemos encontrado en esta oportunidad? Que existen algunas variables que aportan más a un mejor resultado en la encuesta académica y otras que claramente se relacionan fuertemente con el resultado de la encuesta académica y otras no. ¿Qué debemos hacer entonces? Detectar cuáles son las mejoras posibles que hagan que todas las variables tengan una mejor relación con el resultado de la encuesta del profesor.

¿Qué evidencia tenemos? En el Gráfico N° 1, se evidencia que la variable “La bibliografía me sirvió en el curso” es la que menos promedio tiene en la Encuesta Académica (en el gráfico solo mostramos las dos variables con mayor promedio y las dos con menor promedio; las variables expresadas como preguntas son bastante más).

Gráfico N° 1. Ciclo académico 2020-2. Promedio de diversas variables de la encuesta académica. (Fuente propia)

En el Gráfico N° 2, se muestra las dos variables que tienen una mayor relación con el Promedio Docente y las dos que tienen menos relación.

Gráfico N° 2. Ciclo académico 2020-2. Relaciones entre diversas variables y Promedio Docente (Fuente propia)

Queda claro entonces que, bajo cualquier análisis, el constructo “La bibliografía me sirvió en el curso” necesita nuestra atención al momento de planificar el curso. Creemos que, así como aquí hemos analizado un curso de matemática de una universidad limeña, este punto debe estarse repitiendo también en los otros cursos y por ello es necesario su análisis y propuesta de soluciones.

¿Por qué se están dando estos resultados? Es difícil saberlo, pero creemos que tiene relación con 2 temas interesantes:

  • Los alumnos están cambiando su sistema de aprendizaje, valorando las actividades para comprender, aprender, aplicar, ser motivados, etc., (ver Gráfico N° 2) y los libros “tradicionales” han cambiado mucho en su forma (exquisitos gráficos, cuidadosa tipografía, cuidado en contenido teórico referido a la carrera hacia donde vaya orientado el libro, etc.) pero no incluyen, en su gran mayoría actividades que permitan que el alumno aprenda, ni lecturas muy motivadoras,  o relaciones con sus carreras o con la realidad del país y de su entorno.
  • Los alumnos valoran mucho (ver Gráfico N° 1) el dominio del profesor en el curso y el ambiente que crean durante la sesión de clase, esto conlleva a que prefieran revisar el documento de la clase (PPT) o la grabación antes que revisar la bibliografía que más bien tiende a complicarlos.

La bibliografía que tanto valorábamos los estudiantes que ya pasamos los 50s (o incluso menos…) ahora resultan documentos que los alumnos no los encuentran atractivos ni necesarios de revisar pues su profesor lo explicó mucho mejor, lo entendieron y tienen el clima de aprendizaje adecuado para preguntar, pedir más ejemplos, pedir que repita algún tema, valoran el clima y dominio del profesor.

¿Qué hacer? Nos parece que debemos revisar qué entendemos como bibliografía para un curso universitario y qué posibilidades tenemos dentro de nuestras casas de estudios para poder técnicamente usar estos recursos. La RAE indica que bibliografía es la “Relación o catálogo de libros o escritos referentes a una materia determinada”. Más adelante, la misma RAE, en otra definición señala que estos escritos pueden proceder de “diversos soportes”, por lo que entonces no debemos solo entender como bibliografía a los libros de las editoriales acaso podamos a partir de ahora verlos como bibliografía complementaria. O tal vez, sea mejor llamarlos recursos de aprendizaje. Concluyendo, sabemos que nuestros alumnos valoran mucho el contacto y la forma en la que enseñamos de manera síncrona, pero ¿seremos capaces de crear materiales de cada sesión o unidad del curso, que además de la teoría, ejercicios resueltos y propuestos, incluya motivaciones y actividades que le permitan organizar su autoaprendizaje y su fase de transferencia? ¿Seremos capaces de hacerlo no solo como un libro tradicional pasado a PDF a todo color, sino que además tenga vínculos a actividades que se puedan desarrollar personalmente o en equipos de manera asíncrona y que se depositen en algún repositorio donde incluso se puedan mostrar luego, que vincule con las grabaciones de clase y que incluso permitan compartir con el profesor asincrónicamente algún tema que no está claro en la bibliografía? ¿Podremos usar otras plataformas multimedia sabiendo que nuestros alumnos se sienten cómodos en esos medios y actualmente tenemos herramientas que antes solo las tenían los profesionales de la edición o de tecnología? ¿Podremos trabajar en equipo para hacer estos nuevos documentos incluyendo a ex alumnos y especialistas en la materia?

El profesor ya no es el que únicamente dicta, tampoco el que orienta el trabajo, el profesor debe desarrollar otras competencias acordes con nuestro tiempo. Nuestros alumnos creen en nosotros.

Artículo escrito por:
Héctor Viale, Director de la Oficina de Prospección Académica de la UPC.
Armando Novoa, Profesor a tiempo completo del Departamento de Ciencias – Campus San Miguel.

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