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Motivación y enseñanza de la matemática: un matrimonio indisoluble

18 febrero, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

Les planteo hacer un pequeño ejercicio (no se asusten, no es de matemática): cerremos los ojos y trasladémonos mentalmente a través del tiempo unos años atrás hasta nuestra época escolar. Nuestras mejores clases, ¿No eran aquellas en las cuáles nos gustaba intervenir y lo hacíamos participando con total libertad y comodidad? ¿O aquellas en las cuáles aprendíamos con mucho gusto? ¡Y lo mejor de todo es que conseguíamos buenas calificaciones! ¿Recuerdan haberse preguntado en alguna oportunidad por qué a este profesor de matemática sí le entendíamos y a este otro no? ¿Qué es lo que nos gustaba? ¿Qué nos movía?

La motivación es un vehículo metodológico que debe ser necesariamente implementado en el sistema de enseñanza-aprendizaje universitario, especialmente en los cursos de matemática.  La motivación no se reduce a unos minutos al inicio de las clases o al inicio del desarrollo de un tema en particular. Tampoco se centra en captar la atención de los alumnos solo por unos instantes al inicio de la clase. El proceso de la motivación es mucho más complejo y empieza desde la concepción del curso pasando, luego, por su diseño. La motivación no solo se dirige a la cognición de los alumnos; tiene, más bien, un alto componente emotivo, así como una gran relación con el rol del profesor, tanto dentro como fuera del salón de clase. Es por ello que el rol del docente debe centrarse, principalmente, en “inducir y provocar motivos en sus alumnos” (Díaz, Hernández; 1998). Es decir, motivarlos.

Para muchos entendidos en la docencia universitaria el sistema de enseñanza-aprendizaje, a diferencia de lo que ocurría antes, requiere de herramientas de motivación adicionales a la motivación propia por aprender que debe traer consigo cada estudiante. Solo de esta manera podrá apoderarse y hacer suyo el conocimiento impartido. Más aún en estos tiempos, ante la masificación de las universidades y la casi nula selección de los estudiantes que se proponen estudiar una carrera, es necesario contar con herramientas o vehículos metodológicos que formen parte del diseño del sistema de enseñanza-aprendizaje que capturen y sostengan la atención de los educandos. De esta manera, se optimiza la enseñanza y se alcanza el verdadero aprendizaje para un posterior desarrollo profesional competente. Los estudios de Gagné (1966) indican que estos vehículos serían la motivación y el vínculo que el docente puede llegar a establecer con sus alumnos.

Para justificar teóricamente la importancia de la motivación como vehículo metodológico en el sistema de enseñanza-aprendizaje, nos hemos basado en el planteamiento que, desde el punto de vista de la biología, hiciera Piaget en 1969. El estudio de Piaget giró en torno a las relaciones y similitudes existentes entre la vida orgánica y el conocimiento: el organismo biológico es el sujeto y el entorno o medio ambiente es el conjunto de objetos exteriores que este busca conocer.

El dictado de una clase sea cual sea la materia no garantiza el aprendizaje del alumno, pero sí debería ser desencadenante. La clase, por sí misma, no determina la adquisición de los conocimientos por parte de los estudiantes. Es el propio estudiante el que determina cuándo la clase es desequilibrante (motivadora) y, por lo tanto, cuándo logrará el cambio que se desea conseguir en él.

Si el sistema de enseñanza-aprendizaje no genera en el estudiante un desequilibrio cognoscitivo, no hay cambio ni aprendizaje por parte del sujeto. El entorno “bombardea” y el sujeto reproduce el estímulo de forma endógena. Nada del entorno representa instrucciones para él. Los organismos (y los sujetos) están dotados de autonomía para decidir cuándo llevar a cabo el cambio. La motivación y los estímulos externos ayudan a que ese cambio se produzca.

Para graficar lo anterior, voy a dar un ejemplo que un buen día, un profesor de la maestría, y amigo mío, me comentó: supóngase un gran barco que pasa por altamar y que, en su avance, genera grandes olas, de modo que los organismos que se encuentran en el fondo del mar reaccionan frente a este oleaje. Estos organismos, recálquese, no reaccionan frente al barco, sino frente al oleaje que este genera. No saben si lo que lo produjo fue un barco, un yate, un submarino, un nadador, o el paso de alguna otra especie animal más grande. Solo se estimulan ante la interacción (oleaje).

En un salón de clases, el alumno puede tener al frente, como profesor, al mejor especialista de ese curso. Pero si el docente no genera la interacción (motivación) necesaria para lograr el cambio en el alumno, el aprendizaje no se produce. También puede ocurrir lo contrario. Un profesor, aun no siendo tan especialista en determinada materia, puede tener las herramientas suficientes para generar la interacción (motivación) que logre el cambio en el estudiante.

La motivación es mucho más que dirigirse al sentimiento de los alumnos. Es una completa articulación de las actividades llevadas a cabo dentro y fuera del aula, desempeñando el profesor un rol preponderante.

Las investigaciones en torno a los desafíos o retos en las clases de matemática dan cuenta de la fuerte motivación generada en los alumnos: un entorno de clase que incentiva a los estudiantes a adoptar metas de aprendizaje (en lugar de buscar resultados) promueve el desarrollo de la motivación intrínseca. Los salones de clase deben facilitar la motivación intrínseca al enfatizar la autonomía de los alumnos, ofreciendo desafíos óptimos y la competencia necesaria que promueva la retroalimentación, comunicando una actitud de respeto y afecto hacia los alumnos.

Para mayor profundización sobre este tema, te invito a leer mi artículo https://www.researchgate.net/publication/299402518_IMPORTANCIA_DE_LA_MOTIVACION_COMO_VEHICULO_DESEQUILIBRANTE_EN_LA_ENSENANZA_DE_LA_MATEMATICA

Un hallazgo relevante: ¿Qué variables son las que más se relacionan con los resultados de las encuestas académicas?

1 febrero, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

Descubrir qué influye en los resultados de la encuesta académica nos permite estar conscientes en qué es lo que hay que trabajar más y, adicionalmente, valorar el sentido que tiene nuestra metodología de enseñanza-aprendizaje. Es por ello, que en este artículo les presentamos los resultados que encontramos al relacionar algunas de las variables de la encuesta académica con su respectivo análisis. Para esto, hemos utilizado la función “COEF.DE.CORREL” o “PEARSON” del Excel.

Todos los docentes, en algún momento, nos hemos preguntado por las variables que mueven los resultados de las encuestas académicas (siempre quisimos saber cuáles son las variables que tienen una alta correlación con los resultados finales). Determinar esas variables puede llevarnos a mejorar notablemente aquello que los alumnos necesitan para un óptimo aprendizaje y, por qué no decirlo, a mejorar notablemente los resultados de los docentes en sus encuestas académicas.

Las encuestas académicas son instrumentos de medición utilizados por las instituciones educativas que tienen como norte la excelencia y la mejora continua como parte de su ADN institucional. El diseño de estas encuestas ha ido variando en el tiempo y, en base a la experiencia y a juicio de los expertos, se fueron eliminando preguntas e introduciendo mejoras hasta llegar a la encuesta tal como la conocemos hoy en día. Este documento final arroja resultados que, efectivamente, reflejan la práctica docente en el aula y fuera de ella (Zabalza, 2005).

¿Qué fue lo que hicimos? Hemos analizado los resultados de las encuestas académicas en un curso de matemática de una universidad peruana en el segundo periodo del año 2019 (cuando las sesiones de clases eran presenciales con una componente virtual (curso blended)) y, también, en el segundo periodo del 2020 (en la coyuntura actual con las sesiones de clases virtuales debido al Covid-19). Este curso tuvo 56 secciones en el ciclo académico 2019-2 y 47, en el ciclo académico 2020-2. Lo que veremos a continuación no obedece a una exhaustiva investigación científica. Son hallazgos que forman parte de una investigación mayor que verá la luz muy pronto. Los hallazgos que encontramos hablan por sí solos y se los vamos mostrando por delante.

Encontramos que la variable “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aprender por mí mismo” y la variable “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aplicar en la práctica lo que he aprendido en el curso” muestran una relación positiva muy alta con la variable “Promedio docente. (ver Gráfico N° 1 y Gráfico N° 2).

En el Gráfico N° 1, obtenido del análisis de los resultados del periodo 2019-2, observamos que la correlación entre la variable “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aprender por mí mismo” y la variable “Promedio docente” tienen una relación positiva muy alta (r = 0,98). En el Gráfico N° 2, obtenido del análisis de los resultados del periodo 2020-2, observamos, también, que la relación entre las mismas variables es muy fuerte (r = 0,98).

Gráfico N° 1. 2019-2. Relación entre las variables “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aprender por mí mismo” versus “Promedio docente”. (Fuente propia)
Gráfico N° 2. 2020-2. Relación entre las variables “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aprender por mí mismo” versus “Promedio docente”. (Fuente propia)

A pesar de que se trata de un análisis únicamente de dos semestres académicos, podemos adelantar algunas conclusiones que obtenemos de estos valores. De todas las variables que se evalúan en la encuesta académica, la que mayor relación tiene con el resultado final del profesor es la que se refiere a que el profesor desarrolló actividades que permitieron (al alumno) aprender por sí mismo. Por otro lado, a la luz de estos resultados, y por el lado de los docentes, podemos aventurarnos a sugerir que deben tomar en cuenta estos resultados en la etapa de planificación del curso porque ya sabemos que influyen directamente, más que otras variables, en el resultado de la encuesta y así, mejorar el diseño de actividades con materiales y herramientas que le permitan al estudiante estudiar por sí mismo.

Algo similar ocurre con la relación entre la variable “El profesor desarrolló actividades que me permitieron aplicar en la práctica lo que he aprendido en el curso” y la variable “Promedio docente”. Para el semestre académico 2020-2, los análisis llevados a cabo arrojaron una correlación de 0,97; igual que en el semestre académico 2019-2.

Por otro lado, en el breve estudio que hicimos, obtuvimos un resultado interesante y es la correlación entre las variables “Porcentaje de aprobados en el curso” versus “Promedio docente” (ver Gráfico N° 3). Para el semestre académico 2019-2, este valor de correlación está en el orden de 0,12; mientras que para el semestre académico 2020-2, está en el orden de 0,03. Estadísticamente hablando, estas correlaciones son muy débiles; y la lectura que hacemos es que no hay una relación directa entre esas variables, con lo cual se rompe el mito de que el profesor que aprueba a la mayoría de sus alumnos está muy bien calificado en las encuestas académicas y, por lo tanto, es un buen profesor.

Gráfico N° 3. 2019-2. Relación entre las variables “Porcentaje de aprobados” versus “Promedio docente”. Como puede observarse en el gráfico, no existe una correlación lineal entre ambas variables. (Fuente propia)

Algo similar ocurre con la variable “La bibliografía me sirvió en el curso” y la variable “Promedio docente” (ver Gráfico N° 4). No hay una correlación significativa entre ambas variables.

Gráfico N° 4. Relación entre las variables “La bibliografía me sirvió en el curso” versus “Promedio docente”. Como puede observarse en el gráfico, no existe una correlación lineal entre ambas variables. (Fuente propia)

Como habrán podido observar, hay variables que están altamente relacionadas con el promedio docente las cuales podemos (y debemos) ir mejorando cada semestre académico, desde el rol que nos compete: como docentes o como gestores. Esto, con la finalidad de facilitar y mejorar el aprendizaje de nuestros alumnos y brindarle “tranquilidad” a nuestros docentes. Por otro lado, si usted ha escuchado que el profesor que regala notas es bien evaluado por sus alumnos, no se preocupe pues no hay ninguna relación entre las variables “Porcentaje de aprobados” y “Promedio docente”.  ¡Les deseamos muchos éxitos en la siguiente encuesta académica!

(https://support.microsoft.com/es-es/office/funci%C3%B3n-pearson-0c3e30fc-e5af-49c4-808a-3ef66e034c18)

Artículo escrito por:
Héctor Viale, Director de la Oficina de Prospección Académica de la UPC.
Armando Novoa, Profesor a tiempo completo del Departamento de Ciencias – Campus San Miguel
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Cómo estudiar Matemática en un entorno virtual (y así, evitar un ataque de nervios) – 1era parte

17 diciembre, 2020 by Tito Viale Deja un comentario

La cuarentena decretada en varias regiones del mundo debido a la pandemia generada por el coronavirus Covid-19, nos cambió la vida a todos. En particular, a todos los que nos desenvolvemos en el ámbito de la educación. El sistema educativo, a nivel mundial, sufrió un fuerte impacto y la mayoría de las instituciones educativas no estuvieron preparadas para afrontar con éxito un entorno virtual. Debido a esto, los escolares actualmente se cuestionan si es que han logrado desarrollar las competencias académicas necesarias para ser promovidos al siguiente nivel educativo. Por otro lado, los escolares que terminan la secundaria este año se preguntan si han logrado consolidar los conocimientos para ingresar a la universidad y los que ya lo hicieron se están preguntando si podrán empezar con éxito su vida universitaria.

Lo que sí es cierto, es que el entorno virtual nos seguirá acompañando por un buen tiempo (o para toda la vida) y lo que debemos hacer es aprovechar al máximo dicho entorno. Para esto, debemos diseñar de manera óptima nuestros cursos de manera de colocar al estudiante en el centro del sistema de enseñanza aprendizaje. Debemos sacar, de nuestros alumnos, lo mejor de ellos. Hagámoslos autónomos y, además, responsables de su propio aprendizaje.

¿Cómo lo lograremos? El diseño de nuestros cursos virtuales debe contener una serie de recursos educativos para que nuestros alumnos puedan estudiar según sus propios estilos de aprendizaje. El diseño de nuestros cursos debe, también, contemplar horas sincrónicas y horas asincrónicas para que nuestros alumnos puedan estudiar a su propio ritmo. Adicionalmente, procuremos que todas nuestras evaluaciones sean retroalimentadas de manera individual (quien sabe que en un futuro no muy lejano la calificación del progreso académico de nuestros alumnos, en un entorno virtual, esté basado en esta retroalimentación individual).

En particular, en el mundo de la enseñanza de la matemática, es de conocimiento de todos los que nos encontramos inmersos en ese mundo que muchos estudiantes, no solamente escolares sino incluso de los primeros ciclos de la universidad, tienen problemas para aprender matemática porque nunca desarrollaron los adecuados hábitos de estudio que les permitiese tener éxito en esta disciplina. Pero lo peor de todo es que, en la gran mayoría de los casos, los estudiantes no aprenden matemática porque no saben cómo estudiarla y se enfrentan a estas asignaturas como lo hacen cuando estudian una asignatura de Historia o Lenguaje. Por otro lado, los padres de familia no saben cuáles son las razones por las cuales a sus hijos no les gusta estudiar un curso como matemática y los escolares, de quinto y cuarto de secundaria están buscando estudiar alguna carrera que no tenga relación alguna con la matemática (lo cual, dicho sea de paso, es prácticamente imposible).

Que el entorno virtual no sea una excusa más para no estudiar matemática.

Cuando nuestros alumnos se enfrenten a las horas asíncronas, digámosles que lean de manera cuidadosa y deliberadamente. Hagámosles saber que la manera de leer en matemática es muy diferente de la manera de leer, por ejemplo, un libro de historia, un periódico o una novela. En matemática se debe leer despacio, entendiendo y comprendiendo cada palabra, cada frase, cada oración. Es como entrar en una especie de comunicación interna con uno mismo. Muchas veces es necesario leer un texto o el enunciado de un caso contextualizado, cuatro, cinco, seis o más veces antes de encontrarle el sentido a lo que estamos leyendo. En ciertos tipos de lecturas, como en una novela, es deseable (y en algunos casos, recomendable) hacer una lectura rápida porque usualmente hay pocas ideas centrales a lo largo de muchas palabras. Sin embargo, al leer un texto de matemática, cada palabra es importante, porque hay varias ideas condensadas en pocas palabras. La lectura debe ser intencional; nunca se debe leer por leer. Se debe leer como si se estuvieran “masticando” las palabras. Incluso, si no se tienen los ánimos suficientes para hacerlo, es recomendable postergar la lectura para un momento en el que nuestros alumnos se encuentren en mejor estado anímico, pues si se fuerza la lectura lograrán el efecto contrario y terminarán odiando la matemática. Por otro lado, sugerimos que busquen un espacio que les resulte cómodo para leer, sin distracciones; que esté bien iluminado y ventilado.

Por otro lado, pidámosles a nuestros alumnos que tengan siempre a la mano un lápiz y un papel de borrador y que los utilicen cuando lean y estudien matemática. Que comprueben, siempre, en el papel de borrador, lo que el autor del libro les está diciendo. Cuando en el texto se proponga alguna pregunta o se plantee algún ejercicio de cálculo o problema, que traten de responderlos sin continuar con la lectura y antes de que el autor del texto les dé la respuesta. Que no vean los resultados antes de haber hecho el esfuerzo por llegar a él. A pesar de que el ejemplo pueda estar completamente resuelto en el texto del libro o en el aplicativo del curso virtual, nuestros alumnos deben trabajarlo por su propia cuenta en el papel de borrador. Esto les ayudará a articular las ideas y procedimientos en su mente antes de empezar a resolver los ejercicios. Después de que, de manera cuidadosa, hayan leído y releído el problema, y si aún no saben qué hacer, que no se queden sentados ni se queden contemplando el problema. Que tomen el lápiz y, en el papel de borrador, traten de resolver el problema cuantas veces sea necesario, intentando llegar a la respuesta. Y, si tratando de resolver el problema, no tienen nada escrito en el papel, seguramente aún no han hecho el esfuerzo suficiente como para justificar la búsqueda de alguien que pueda ayudarles. La búsqueda de alguien que pueda ayudarlos a resolver un problema y así llegar a la respuesta, debe darse cuando, de manera individual, se han agotado todos los recursos y esfuerzos por llegar a ella. Que utilicen la misma estrategia cuando estudien de su propio cuaderno. El diseño de nuestros cursos virtuales debe considerar la posibilidad de derivar a los alumnos a problemas más sencillos, que evalúen las mismas competencias, pero en un nivel inicial.

Y, para terminar, al menos esta primera parte, pidámosles a nuestros alumnos que procuren dominar cada tema del curso sin la ayuda de ningún compañero ni del profesor de la asignatura. Pidámosles, también, que sean independientes; el entorno virtual puede ser un gran aliado en este aspecto. Uno de los principales problemas al estudiar matemática es la búsqueda inmediata de ayuda de manera innecesaria, ya se trate incluso de algún compañero o del profesor mismo. Nuestros alumnos deben dedicarle varios minutos al estudio individual y esto debemos considerarlo en el diseño de las horas asíncronas de nuestros cursos. Tratando de hacer una analogía con las actividades deportivas, se sabe que para desarrollar los músculos deben hacerse varios y diversos ejercicios físicos. Nadie podrá desarrollar sus músculos a través de los ejercicios físicos que hace el propio entrenador o que haga alguna otra persona. Los ejercicios debe hacerlos uno mismo. Por otro lado, otro problema que se presenta con frecuencia es el omitir preguntar cuando sí es necesario hacerlo. Muchas veces, pequeñas cosas no entendidas causan, más adelante, grandes confusiones. No debe temerse que la pregunta que podamos plantear pueda parecer tonta. La única acción tonta que debemos temer es no preguntar en relación con un tema que uno realmente ha tratado de entender y sin embargo no se pudo hacer. Algunos estudiantes piden ayuda muy pronto y otros, esperan mucho tiempo para hacerlo. En estos casos, será necesario hacer uso del sentido común para preguntar en el momento oportuno y para esto, nuestros cursos deben ofrecer los medios para que el estudiante plantee sus dudas de manera asíncrona.

Artículo traducido y adaptado de http://schools.lwsd.org/rhs/classes/Prince/

El poder de la IA en el sistema de educación peruano

28 octubre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Si nos ponemos a analizar la gran parte de los cambios educativos del siglo XXI han estado marcados por cambios tecnológicos en el mundo del trabajo y la vida social. En este contexto en que las universidades hemos migrado nuestras clases a un formato virtual, es importante resaltar e impulsar la utilidad de las nuevas tecnologías de IA para reducir las barreras de acceso, automatizar la gestión, y optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje digital.

En los últimos treinta años, los intentos por integrar tecnologías digitales en la gestión del aprendizaje han sido objeto de políticas públicas en muchos países, pero el ritmo de adopción ha sido mucho más lento de lo esperado, debido a factores determinantes como el presupuesto que el Gobierno asigna actualmente a la Innovación y Desarrollo (I+D), centrado en el 0.08% del PBI. En otras partes del mundo se están realizando inversiones de gran envergadura para liderar la innovación en IA, al mismo tiempo que se invierte en desarrollar profesionales con habilidades digitales, capaces de adaptarse al cambio radical que enfrentamos cada cierto tiempo. China, por ejemplo, lanzó en 2016 un plan para convertirse en un polo de desarrollo de IA y ordenó a las agencias a cargo de la educación en los gobiernos locales invertir el 8% de su presupuesto en la digitalización de las escuelas según UNESCO.

En otros países desarrollados, la IA ha adquirido una relevancia cada vez mayor en las agendas de investigación, innovación empresarial y desarrollo educativo. La IA ha demostrado su aporte especialmente en la personalización del aprendizaje y al análisis de datos a nivel de los sistemas educativos. Algunas de ellas van desde la corrección automática de pruebas de selección múltiple, hasta la verificación de asistencia de los estudiantes, entre otras. Una aplicación muy útil de la IA son los chatbots adaptativos en la que los estudiantes pueden absolver sus inquietudes, hacer reclamos o dar seguimiento a procedimientos administrativos, como por ejemplo el trámite para solicitar un proceso de recategorización. El uso de estos chatbots ha sido implementado principalmente en instituciones de educación superior para ayudar a los estudiantes a planificar sus cursos. Esto ha generado una disminución del tiempo requerido para realizar dichas tareas, así como un aumento en la tasa de retención del estudiantado según el World Economic Forum. En nuestro caso, creamos nuestro chatbot Alma UPC, a través de esta personificación del sistema, logramos una experiencia más familiar y cercana utilizando un lenguaje natural en la comunicación con los estudiantes.

Otra de las fortalezas de la IA aplicadas a la gestión educativa son los modelos predictivos. Por ejemplo, en el Perú, la UPC fue la primera universidad en implementar un algoritmo de IA alimentado por una base de datos histórica con más de 60 mil alumnos, que nos permitía conocer, de acuerdo a un comportamiento predictivo, cuáles serían las dificultades académicas de los alumnos en cada ciclo. De esta manera nos asegurábamos de darles la ayuda y el acompañamiento necesario en las áreas que requerían reforzamiento, logrando reducir considerablemente el porcentaje de deserción estudiantil.

Pienso que el Estado podría replicar este modelo predictivo, creando una gran base de datos educativos acumulados a nivel de Perú. Esta base podría ser alimentada por cada UGEL y Dirección Educativa Regional, favoreciendo de una forma ágil a las decisiones de política educativa nacional e igualmente optimizando la gestión pedagógica de los administradores locales y docentes. Para esto es crucial que el Estado desarrolle e incorpore nuevos algoritmos de IA capaces de identificar patrones y predecir escenarios que apoyen estos procesos de toma de decisiones. En Latinoamérica se destaca el ejemplo de Uruguay, país que posee uno de los sistemas educativos mejor digitalizados de la región. En 2016, allí se dio inicio a un proyecto apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dirigido a sentar las bases de un sistema nacional de analítica del aprendizaje que permita monitorear y procesar los datos educativos disponibles en el país. Esto con el objeto de adaptar las prácticas de enseñanza y así mejorar los desempeños escolares y disminuir la deserción.

Si realmente queremos transformar el sistema educativo, debemos ser capaces de visualizar el futuro de la educación y anticiparnos hoy con los indicios y evidencias de otros sistemas educativos en el mundo que están impactando positivamente en el desarrollo de la sociedad como Finlandia, Nueva Zelanda o Australia. Esta transformación está centrada básicamente en una mayor personalización del aprendizaje gracias a sistemas adaptativos como la IA.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 22 de octubre de 2020.

La educación peruana y su impacto en el futuro del trabajo

23 octubre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Diversos autores han analizado el rol de la educación en la economía digital del S.XXI durante esta pandemia. Algunos de ellos, como los profesores británicos Ewart Keep y Phillip Brown, en un artículo publicado recientemente, Rethinking the Race Between Education and Technology, coinciden en que las transformaciones tecnológicas del pasado condujeron a la generación de nuevos puestos de trabajo, nuevas profesiones y un mejor desarrollo económico; sin embargo, es necesario que, para garantizar este crecimiento en el futuro, la economía emergente debe ir acompañada de mejores oportunidades educativas que sean de calidad e inclusivas para todos.

Ambos autores predicen que la Inteligencia Artificial (IA) modificará profundamente la naturaleza del trabajo, lo cual significa que, en un país como el Perú, donde se invierte apenas el 0.08% del PBI a Investigación y Desarrollo (I+D), es una situación alarmante. La preocupación que intento trasladarles en este artículo no pasa solamente por el presupuesto exiguo que el Estado tiene destinado a esta área que impacta directamente a nuestro sector educativo, la preocupación mayor aquí es ver qué estamos haciendo hoy para asegurarnos de que los peruanos del futuro podrán encontrar empleo en un mercado laboral dominado por la IA.

Muchas industrias están encontrando en la IA una ventaja en la automatización de procesos y en el desarrollo de modelos predictivos que optimicen la toma de decisiones. La innovación tecnológica, por tanto, nos exige desde ahora el desarrollo de nuevas habilidades para la generación del empleo del mediano plazo. Así lo entendimos nosotros en la UPC, cuando fuimos fundados hace 26 años, nos anticipamos a nuestro tiempo e incorporamos en nuestro modelo educativo el aprendizaje basado en competencias, las cuales están alineadas a las expectativas, a las necesidades sociales y a las del mercado laboral. Estas competencias componen el perfil de nuestros graduados, es decir, son parte del ADN innovador de todo profesional UPCino.

Saber en qué habilidades necesarias tenemos que invertir, es vital para afrontar los retos tecnológicos y laborales que determinan el desarrollo económico de un país. En muchos colegios públicos y privados del interior del Perú, por ejemplo, no se cuenta con los recursos necesarios, ni los docentes capacitados para desarrollar programas de emprendimiento, innovación y desarrollo tecnológico con base en la demanda laboral del futuro.

Actualmente, en el Perú existen 46 Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica – CITE en la mayoría de regiones, que se dedican a promover la innovación e impulsar el uso de nuevas tecnologías entre los productores, empresas, asociaciones, cooperativas, etc. Este año, con motivo de la pandemia, a fin de impulsar la reactivación y el desarrollo de las mipymes de la región Ica, el Ministerio de la Producción invirtió cerca de S/ 36, 775 892.64, beneficiando a más de 1,000 empresas locales ligadas a la producción frutícola, de granos andinos, vitivinícola y hortalizas. Parte de este presupuesto también podría ser invertido en el fortalecimiento de programas de innovación en alianza con las universidades locales, y abrir nuevos CITEs en aquellas regiones donde aún no operan, y que, además, concentran una gran población estudiantil. Este es el caso de Áncash, el año pasado un grupo de estudiantes chimbotanos quedaron en el tercer puesto en la experiencia Shark Tank UPC que desarrollamos con Sony por primera vez en el Perú. Su proyecto de macroalgas, que consiste en convertir las algas marinas en abono para la agricultura, no tiene un acompañamiento técnico hasta el momento, justamente porque no existe un CITE en su región. Pienso que así existen muchos jóvenes en edad escolar con grandes ideas pero que se pierden por la falta de apoyo. ¿por qué no trabajar de la mano con las universidades, para crear o repotenciar los programas de innovación de los colegios locales? Contando con el presupuesto y la voluntad política para hacerlo, creo que aquí tenemos un abanico amplio de oportunidades de desarrollo.

Por otro lado, en otros países como el Reino Unido, el gobierno ha dispuesto de Essential Digital Skills Framework, una herramienta que define las habilidades necesarias para beneficiarse, participar y contribuir al mundo digital. El marco incluye cinco categorías de habilidades: comunicarse, colaborar y compartir en línea; manejar información y contenido de forma segura; compra, venta y gestión de transacciones; encontrar soluciones a problemas utilizando herramientas digitales; y ser seguro y legal en línea. El Gobierno peruano también podría crear su propia plataforma online y gratuita para fortalecer las habilidades digitales de los estudiantes, más aún, en estos tiempos de pandemia en los que miles de ellos llevan clases a distancia.

Si queremos desarrollar habilidades más avanzadas para que las personas mejoren su empleabilidad de cara al futuro, el reto fundamental sigue siendo la reforma del sistema educativo, como lo hemos venido sosteniendo en otros artículos. Tenemos que ser capaces de preparar a la fuerza laboral futura para aprovechar las nuevas oportunidades que surgen dentro de una economía tecnológicamente avanzada. En ese desafío, las instituciones educativas tenemos un rol importante, como también lo tienen el Estado, las empresas, y la ciudadanía.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 16 de octubre de 2020.

La crisis del Covid-19 como oportunidad para la educación virtual

13 octubre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Esta semana estuve analizando un reporte publicado por el Foro Económico Mundial, elaborado por el equipo de EdTech del Banco Mundial en el que se expone la dramática realidad de las brechas digitales en el sector educación en América Latina. En esta oportunidad, me gustaría hacer énfasis en algunas estadísticas que se destacan en este reporte, y analizar los principales retos u oportunidades que tenemos por delante.

“América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. Aunque muchos países de la región han logrado avances significativos hacia la reducción de la desigualdad de ingresos en los últimos años, el decil más rico de latinoamericanos todavía posee el 71% de la riqueza de la región. Si se combina la desigualdad de ingresos de la región con la crisis de COVID-19, las familias de bajos ingresos se enfrentan ahora a desafíos sin precedentes”.

Una de las principales herramientas para luchar contra la desigualdad en el mundo es, sin lugar a dudas, el acceso a una educación de calidad e inclusiva; sin embargo, la pregunta que cabe plantearnos es ¿qué tan preparado está nuestro gobierno para asegurar las condiciones óptimas de conectividad en todo el país? La educación virtual ha demostrado su utilidad y eficiencia en una etapa de crisis en la que algunas instituciones de educación superior se vieron forzadas a adaptarse, y otras, por el contrario, veníamos implementando la tecnología educativa (EdTech) desde hace años con excelentes resultados.

“Según un informe de ORBA de la CEPAL, el 67% de la población de América Latina utiliza Internet, pero existen diferencias drásticas entre países. En los países que se consideran «bien conectados», la penetración de Internet en las zonas rurales todavía sólo alcanza al 40-50% de la población; en los países con conexiones deficientes, esa cifra se reduce a un promedio del 10%”.

Estamos de acuerdo con que hacen falta enfoques innovadores para superar los desafíos de la conectividad y garantizar también el acceso a la educación de las poblaciones más vulnerables de la región. Otros gobiernos en Latinoamérica como Colombia, Ecuador, Perú y El Salvador, están acortando las brechas digitales en la educación básica regular, a través de las infraestructuras de radio y televisión existentes. Otros, como República Dominicana, han establecido más de mil puntos de acceso público con wifi gratuito para facilitar también la conexión de los estudiantes de educación superior.

Estas iniciativas gubernamentales pueden brindar soluciones y recursos instantáneos a las familias necesitadas en un periodo de emergencia, sin embargo, el verdadero reto es garantizar que las nuevas soluciones de tecnología digital tengan un efecto positivo a largo plazo y aborden de manera efectiva las desigualdades existentes.

El Banco Mundial, en ese sentido, ha seleccionado los principales temas que los emprendedores que se dedican a brindar soluciones digitales pueden ofrecer en América Latina. Estos temas van desde: Cómo preparar la infraestructura digital de la región para un aumento significativo de la demanda; cómo pasar de la impartición de educación a un aprendizaje significativo; cómo preparar mejor a los educadores y padres para navegar este nuevo contexto; cómo combinar tecnologías de aprendizaje online y offline o estrategias multicanal (como TV y Whatsapp); cómo implementar la garantía de calidad en las nuevas circunstancias; cómo proteger la privacidad de los alumnos, etc. Vemos cómo se abre un abanico de posibilidades de emprendimiento e innovación para que las mismas startups y pymes puedan apoyar a los gobiernos en esta materia.

Por ejemplo, aquí en el Perú, el proyecto de portátiles Wawa está dotando a los estudiantes laptops con energía solar fabricados con materiales reciclados que funcionan con sistemas operativos Android y Linux gratuitos. Por otro lado, Alba, una start-up en Chile, lanzó recientemente Alba Live para ofrecer clases gratuitas en línea a niños menores de ocho años en un esfuerzo por ayudar a los padres a mantener a sus hijos aprendiendo y entretenidos mientras tienen que trabajar.

Por otro lado, si hacemos un análisis basado en el Ranking de conectividad a internet por regiones del 2019, tomamos en cuenta las cinco regiones con peor índice de conectividad y lo comparamos con su inversión pública, tenemos el siguiente resultado:

RegiónConectividadPresupuesto asignadoPresupuesto ejecutadoAvance
Huancavelica5.0297.4123.742%
Cajamarca9.6396.8131.733%
Ayacucho13.5505.2194.839%
Pasco13.8346.5186.554%
Puno14.6399.6207.252%
Fuentes: ENAHO – IDEP 2019 | MEF – TRANSPARENCIA ECONÓMICA 2019

Vemos con claridad que en estas regiones existe un presupuesto sin ejecutar muy elevado que tranquilamente podría ser destinado a empresas especialistas en conectividad y suministros tecnológicos. Debemos tomar como ejemplo el sistema de ejecución de presupuesto que se empleó en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019. Al cierre del 2018, informaron que se ejecutó al 97.3 % su presupuesto anual, a nivel total de actividades y proyectos. La ejecución se logró ahorrando el 20% del presupuesto autorizado. Ese dinero fue transferido a los distritos adyacentes para que puedan hacer obras, de acuerdo a lo comentado por Carlos Neuhaus, expresidente del Comité Organizador de Lima 2019. De la misma manera, el presupuesto que no es ejecutado por las regiones, debería ser empleado para repotenciar la conectividad de las zonas con más carencias tecnológicas. Un punto importante que deberíamos considerar es que, si hasta setiembre de cada año, la ejecución presupuestal de cada región viene a la baja, debería existir una ley que exija la inversión en pro de la educación regional. Para esto, debemos contar con un plan con proveedores seleccionados, cotizaciones, etc. actualizarlos siempre entre julio – agosto e inmediatamente ejecutarlo desde setiembre hasta diciembre del año en curso. Tengamos en cuenta que en las regiones que tomamos como ejemplo, hay aproximadamente 140 mil jóvenes entre 15 y 29 años como usuarios potenciales que podrían beneficiarse directamente de este servicio. Estoy segura que en menos de tres años podríamos tener resultados importantes en el desarrollo tecnológico de cada región.

La crisis del Covid-19 nos ha abierto una ventana de oportunidades para explotar desde muchos frentes. Debemos entender que hacer asequibles los recursos educativos es solo una parte del desafío. El desafío mayor es garantizar que la experiencia de aprendizaje también sea atractiva y significativa, para ello las mejoras de conectividad y la alfabetización digital deben desempeñar un papel central en la EdTech de América Latina. Tal como lo indica el Foro Económico Mundial, nunca ha habido un mejor momento para que las empresas emergentes se centren en soluciones innovadoras que ayuden a los estudiantes, maestros y familias a acceder a los recursos educativos independientemente de su ubicación.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 7 de octubre de 2020.

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