A propósito del escándalo de Facebook y Cambridge Analytica, el profesor Carlos Neyra reflexiona sobre las fake news y su impacto en el ejercicio del periodismo.
Por: Carlos Neyra ([email protected])
Un hecho noticioso o un dato se convierten en el elemento disparador de una investigación periodística. En la mayoría de los casos los reporteros inician sus indagaciones consultando en Internet con el objeto de hallar mayores elementos que les permitan formular las hipótesis y los objetivos que seguirán en su línea de investigación.
La pregunta natural que surge es qué tan confiable es la información de Internet. Un caso suscitado en el otro lado del continente puede ayudarnos a reflexionar acerca de la confiabilidad y el uso de la data consultada.
Tras estallar el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica (CA) se conoció que esta habría obtenido de la gigante estadounidense, de manera irregular, 87 millones de datos de usuarios registrados en esta red social. Los datos fueron sistematizados y agrupados tomando como referencia perfiles y con ellos se fabricaron noticias falsas o fake news que habrían sido utilizadas para manipular coyunturas electorales.
Luego de conocerse el escándalo del uso de las redes sociales en la política, los parlamentos de Estados Unidos y de Reino Unido abrieron una investigación a la intervención de CA en las elecciones de 2016. La hipótesis es que CA habría contribuido a cambiar la decisión del electorado estadounidense para llevar a Donald Trump a la Casa Blanca.
También se conoció que el FBI identificó una presunta vinculación del excandidato presidencial con expertos informáticos rusos, pesquisas que le costaron el cargo al exjefe de inteligencia James Comey en 2017.
Fue un grupo de reporteros de The Channel 4 News, quienes utilizando una cámara escondida y el método tradicional de investigación, revelaron el secreto mejor guardado de la compañía londinense. Haciéndose pasar como potenciales clientes interesados en contratar sus servicios, los periodistas concertaron una reunión con los ejecutivos de CA en un restaurante. Allí, afanados porque los supuestos clientes contrataran sus servicios, los representantes de CA les explicaron cómo hacían para manipular las campañas electorales y crear noticias falsas para cambiar tendencias en el electorado.
Perú no está ajeno a esta tendencia mundial y no necesita de una coyuntura electoral para identificar la presencia de noticias falsas. En la actual coyuntura política y judicial las redes sociales son un medio eficiente para filtrar información tendenciosa que luego forma parte de la agenda noticiosa. Esta data de origen desconocido se vuelve coyuntural, en muchos casos se convierte en tendencia y se hace de consulta frecuente, aunque luego puede transformarse en una espada de Damocles.
Entonces surgen otras interrogantes: ¿dónde está la responsabilidad de los editores que permiten a los medios la publicación de notas tendenciosas de origen desconocido?, ¿Cambridge Analytica opera en el Perú?, ¿quiénes difunden las notas tendenciosas y con qué propósito?
Cuando se descubre que una historia en realidad ha sido una fake new, esas son algunas de las preguntas que flotan en el ambiente y, así fueran respondidas, por lo general el daño ya ha sido hecho y la ‘noticia’, aunque falsa, quedará en los archivos de Internet para ser consultada por cualquier usuario y seguirá circulando. El célebre lingüista Noam Chomsky identificó diez diferentes formas de manipular a través de los medios de comunicación y las resumió así: “Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza grave”.
(Imagen tomada de https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/cambridge-analytica-sera-investigada-por-uso-indebido-de-datos-de-facebook-pesar)