Todos tenemos derecho a un nombre. Lo dice la constitución dentro de la categoría de derechos fundamentales.
Y qué mejor que las personas que te conozcan te llamen por tu nombre. Quizás suelas pedir que te llamen por tu apellido o algún “apodo” entre los amigos. Las empresas, por su parte, deben de tomarse el tiempo de conocer a sus clientes, a los consumidores y los prospectos. Poco a poco formar un esquema de la persona, saber cuáles son sus sueños, sus gustos, sus hobbies.
Cuando pasamos a ser clientes o consumidores, nos suelen llegar correos personalizados electrónicos o impresos y poco a poco vemos como lo que nos ofrecen nuestras “marcas” se complementan con nuestros gustos y deseos. Aquella base de datos que se está formando sobre nosotros en la empresa es usada a nuestro beneficio. Y nos gusta. Poco a poco nos sentimos “escuchados”. Poco a poco empezamos a ser más leales al marca elegida ya que se preocupa por nosotros, nos tiene “mimados” ha creado una relación con nosotros.
Captar a un cliente no es tarea fácil, pero una vez captado este evaluará si lo prometido (la ventaja competitiva que ofrecemos) es verdadera. Si lo es, se sentirá feliz y es muy probable que se vuelva un cliente redituable. Pero, ¿si a eso le sumamos una relación cercana? Estaremos en camino a ser parte de una lovemark del cliente.
Pongámoslo en la vida diaria: ¿tienes un restaurante preferido? ¿Sueles ir? ¿Te reconocen? ¿Te saludan por tu nombre? ¿Te brindan beneficios? Tanto en los negocios como en la vida personal es recomendable que cuando invitemos a comer a una persona la llevemos a un lugar donde nos sintamos seguros y conocedores, más aún si por el otro lado nos conocen, saben nuestros gustos y quizás hasta nuestras alegrías.
En los bancos suele suceder de la misma manera. Solemos saludar a nuestro sectorista o a los cajeros y personal de la puerta, con el tiempo ya nos reconocen. Interbank está cambiando sus oficinas y colocando un trato personalizado; Cuando entras al banco podrás elegir un turno de atención después de registrar tu llegada con tu DNI. Allí reconocerán tus datos y cuando uno de los trabajadores esté listo para atenderte te llamara por tu nombre. Mientras esperas puedes sentarte en cómodos sillones y beberte un café gratis, ver unos videos o leer una revista. La relación cliente-empresa ha sido “trasladada” de un banco a una sala de espera cómoda y con un café. Interbank está creando relaciones duraderas con sus clientes. Captar al cliente es felicitarle y crear una relación con el mismo es aplaudible.
¿Alguna empresa ha creado una fuerte relación cliente-empresa contigo?