Por: Ada Leyva
Hoy las marcas aspiran a convertirse en una experiencia en la vida de los consumidores. En este contexto, el Branding debe aportarle a esta experiencia mayor amplitud y profundidad, dejando su sello y huella en renovados puntos de contacto, esparciendo su esencia dentro y fuera de la empresa, propiciando las oportunidades para crear los “momentos de marca” para sus clientes en los diversos canales de distribución y medios de comunicación.
Para entender mejor la propuesta que quisiera compartir, analicemos cual ha sido el rol del Branding y el papel que le toca asumir. Usando la metáfora del Big Bang, les presento la teoría del Big Bang Branding.
Querámoslo o no, inconscientemente, ya estamos dejando una “impresión” de nuestra marca, producto, servicio, empresa, persona, en los diferentes entornos donde nos desenvolvemos. El Branding tangibiliza en sí la esencia, la identidad y la estrategia de la marca.
En el entorno empresarial, hablamos de su aplicación en una marca corporativa, la marca interna o marca empleadora, una marca producto o marca servicio. Mientras tanto, en el ámbito de las personas, nos referimos a los conceptos de la marca personal y profesional. También existen la marca país, la marca política, la marca equipo deportivo, la marca banda musical, en fin, toda persona o grupo, entidad, organización, producto o servicio puede identificarse con su propia marca. Una marca batalla por lograr la mejor posición dentro de un amplio campo de percepciones que tienen los consumidores y clientes sobre esta, la que debería ser garantía de cumplimiento y performance.
Branding es un capítulo dentro del área de Marketing. También es uno de los procesos de Marketing que crea, construye y mantiene una marca, logrando un valor percibido por el cliente. Esta percepción que captamos por los sentidos no es fruto del azar, es producto de un trabajo arduo que se expresa en diversos elementos, encarnando en sí la mejor alternativa para el cliente. Representa un valor ponderado para el propietario de la marca, el cual es calculado por diversas metodologías, según diversos autores y de acuerdo con los parámetros e indicadores de cada empresa.
La gestión de Branding tradicional en muchas empresas está centrada únicamente en la correcta aplicación del también tradicional manual de identidad de marca (definido por diversas identidades que la integran, visual, verbal, etc. y expresada en sus diferentes elementos; logotipo, isotipo, símbolos, eslogan, iconos, empaque, punto de venta, merchandising, entre otros), cuidando de los aspectos más palpables como el logo, la letra, el color, etc., para su comunicación y publicidad, es decir, los aspectos tácticos y operativos que dependen de los temas estratégicos de Branding de los que pocas veces se habla.
Es importante señalar que antes de aplicar Branding de manera consciente, debe haberse definido previamente todos los elementos que constituirán el posicionamiento diferencial de la marca.
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