Entendemos por cocreación el acto de involucrar directamente a los consumidores en una producción creativa o en un proceso de innovación.
Por: Yessica Centty
“Las empresas se comprometen con los consumidores a producir unos conceptos o ideas iniciales, y utilizan a los consumidores como recursos durante todo el proceso de desarrollo del ciclo de vida de un producto”. (Doug Williams, Forrester Research).
Unilever utilizó la cocreación y gracias a esto rediseñó la línea de productos champú Sunsilk. Por su parte, Starbucks lanzó una plataforma online, donde sus clientes podían aportar ideas y existía un diálogo. Ambas empresas escuchan: cocrean. Los trabajadores y los clientes piensan juntos con la finalidad de crear y ofrecer valor a los consumidores formando empresas más humanas y más cercanas a los clientes. Este es el espíritu de la cocreación. Gracias a la misma se generan nuevas ideas; se desarrollan mejoras en las formas de trabajar; se crean nuevos modelos de negocio; se estrechan las relaciones con el cliente, ya que estos se sienten escuchados y descubren productos y servicios que desconocían. La marca tiene más fuerza y mejora su imagen. Podemos afirmar que la cocreación suma en lugar de restar.