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Estrategias docentes (¿tips?) para el primer día de clases virtuales en la universidad

15 marzo, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

Para la mayoría de los docentes, y por diversas razones, el primer día de clases en la universidad siempre ha sido el día más esperado e importante del ciclo. Tan así, que nos preparamos con muchas expectativas para ese día. Es el día en el cual nos presentamos y establecemos el primer contacto con nuestros alumnos con quienes vamos a convivir durante las 16 semanas de duración que tiene el semestre académico. ¿Nos ponemos nerviosos? Pues seguramente que sí (a pesar de los tantos años que tenemos como docentes universitarios). Pero este nerviosismo no debe inmovilizarnos sino, todo lo contrario, debe llevarnos a la acción.

En cierta forma, las estrategias para el primer día de clases dependerán del estilo del docente, del público objetivo, del medio que utilicemos para comunicarnos, etc. Pero sean cuales sean las estrategias, estas no están escritas en piedra. Lo que veremos a continuación es una recopilación de las mejores prácticas para el primer día de clases recogidas (y practicadas) por los autores del presente artículo.

Para empezar, podemos afirmar que el primer día de clases empieza antes del primer día de clases.

¿Qué significa esto? Que debemos tener todo listo antes del primer día de clases. Es muy importante que el curso que vamos a dictar esté completamente diseñado con la debida anticipación y, además, debe estar alojado en el aula virtual con la cual trabajaremos de modo que durante el ciclo nuestra principal preocupación será el aprendizaje de nuestros alumnos y no el diseño del curso. Es muy importante que nos enfoquemos al 100% en el aprendizaje de nuestros alumnos.

Por otro lado, debemos añadir que debemos conocer bastante bien la plataforma con la cual vamos a trabajar de modo que podamos aprovecharla al máximo y así optimizar el uso de todas sus herramientas. Ojo: no se trata de usar por usar las herramientas del aula virtual. Estas deben estar alineadas con las competencias que queremos desarrollar en nuestros estudiantes. Según un documento de la universidad de Palermo (2015)1, esta elección debe ser consciente, intencional y selectiva. De esta manera, nos preparamos para orientar a nuestros estudiantes a familiarizarse con el entorno virtual.

Recomendamos, también, y previo al inicio de clases, averiguar por el perfil de nuestros futuros alumnos: ¿son cachimbos?, ¿qué porcentaje de repitentes tenemos?, ¿son alumnos de los últimos ciclos?, ¿cuál es la distribución por género?, ¿trabajan o están haciendo sus prácticas profesionales?, etc.

Llegado el primer día de clases, ingresemos al aula virtual unos 20 minutos antes del inicio de clases. Verifiquemos que todo esté en orden. Luego, ingresamos a la videoconferencia (con unos diez minutos de anticipación) y vemos que los alumnos van ingresando uno por uno y nosotros los vamos saludando por su nombre a través del chat o haciendo uso del micrófono.

Llegada la hora de inicio de la clase, prendamos la cámara para darle la bienvenida a los alumnos al curso y a la universidad. Si son “cachimbos”, felicitémoslos por el inicio de su carrera y por la decisión que han tomado de estudiar en la universidad. Aprovechemos, también, para explicarles brevemente la estructura académica de la universidad; deben saber que tienen un(a) coordinador(a) de curso, el(la) director(a) de la carrera, el(la) vicerrector(a) académico(a), etc. Seamos cálidos y cordiales. Digámosles que estamos para ayudarlos en su aprendizaje y que como consecuencia de ese aprendizaje deben aprobar el curso. Luego, durante la clase se puede apagar la cámara (esto, para evitar que se sature el Internet) y podemos encenderla, nuevamente, al momento de despedirnos.

Presentémonos de manera muy breve. En esta presentación hagámosle ver al alumno que conocemos el curso de “cabo a rabo” y que tenemos mucha experiencia docente y profesional (de ser el caso). Esto le inspira confianza y tranquilidad al estudiante. Procuremos siempre, y de manera muy breve (no se trata de generar debate), hacer un comentario de la actualidad que estamos viviendo. Actualmente, podemos dirigirles unas palabras en relación con la pandemia. Desearles que ellos y sus familiares se encuentren bien de salud y pedirles que se cuiden usando mascarilla, guardando distanciamiento social y siguiendo los protocolos del caso.

Si bien algunas universidades ya caminaban en la dirección de la virtualidad, todos nos vimos impactados por la pandemia generada por el Covid-19. Esto empujó al sistema educativo peruano a un entorno virtual. Debido a esto, sugerimos destacar los aspectos positivos de esta situación. Hay que decirle al alumno que un curso virtual sacará lo mejor de ellos y que los colocará en el centro del sistema de enseñanza aprendizaje. Digámosles que uno de los objetivos que queremos lograr en ellos es que se hagan responsables de su propio aprendizaje. Para esto, presentémosle a los alumnos la estructura de nuestro curso en el aula virtual, de modo que el estudiante pueda ingresar a cualquier unidad en cualquier momento y sepa atender los requerimientos del curso. Es muy importante que se familiaricen con el aula virtual. Establezcamos los medios de comunicación que usaremos fuera de las horas síncronas, tal vez indicarles que se podría crear un grupo en alguna red social o usar alguna que ya está creada. Comprometámonos a responder sus consultas realizadas durante las horas asincrónicas (aprendizaje autónomo) en un plazo no mayor de 24 horas.

A continuación, presentemos el curso con palabras sencillas. Esta presentación debe ser altamente motivadora (podemos apoyarnos con algún video o PPT). Luego, leemos las partes más saltantes del sílabo junto con los alumnos destacando aquellas en las que se señalan los logros y las competencias. A continuación, sugerimos presentar claramente “las reglas del juego”. Hay que decirle al alumno cómo será evaluado. ¿Qué competencias adquirirá? El alumno debe tener claro que cuando acabe el curso se irá con un añadido que no tenía antes de empezarlo. Digámosles, también, que la clase se grabará para que aquellos que tengan problemas de conexión o no pudieron asistir a la clase la vean en cualquier momento. Antes de terminar la clase orientemos al alumno en las actividades que debe realizar de manera asíncrona antes de la siguiente sesión síncrona.

Luego, es importante presentar las “Reglas de convivencia” (micrófono y cámaras apagados). Puntualidad. Levantar la mano para intervenir. Entrega de los trabajos y evaluaciones a la hora establecida y a través del canal establecido. Uso del chat.

Cuando las clases eran presenciales, podíamos retener el nombre de algunos alumnos y llamarlos por su nombre. Esto generaba un fuerte impacto, pero ahora que las sesiones son virtuales y tenemos el nombre de nuestros alumnos a la vista, esto ya no genera el mismo impacto. Lo que sugerimos, es referirnos a los comentarios hechos por nuestros alumnos de modo que los alumnos a pesar del supuesto anonimato se sienten identificados porque el profesor valora su comentario. En el transcurso de la clase podemos plantear preguntas dirigidas a todos, pero también dirigidas con nombre propio.

Los dejamos con una frase muy conocida (tal vez trillada), pero que cobra vital importancia en nuestra presentación como profesores el primer día de clases. Debemos tener en cuenta que “no hay una segunda oportunidad para una buena primera impresión.”

¡Muchos éxitos en el primer día de clases!

Artículo escrito por:
Héctor Viale, Director de la Oficina de Prospección Académica de la UPC.
Armando Novoa, Profesor a tiempo completo del Departamento de Ciencias – Campus San Miguel.

1 Extraído de Summer Training (2021)

¿Qué es ser realmente una universidad digital?

17 septiembre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Las universidades hoy tienen que prepararse para ser universidades digitales. Una universidad digital no solo es aquella que puede dar las clases online, es aquella que tiene todas las clases muy bien planificadas con las herramientas adecuadas, con los materiales digitalizados, y es capaz de guardar las evidencias de esas clases en un buen repositorio, y también poder tener todo el historial académico del alumno y las evidencias de su avance en sistemas de educación como Blackboard, Banner, CRM, UPLanner, etc. No se trata simplemente dar clases a distancia por Zoom, Teams o Skype, esto puede funcionar en un modelo de emergencia, pero ahora ya es tiempo de dar el siguiente paso.

Tenemos que entender que la nueva norma sobre las clases online aprobada por el Congreso, va a demandar que todas las instituciones se transformen y brinden todos sus servicios online. Esto implica ofrecer al alumno una experiencia universitaria completa de manera virtual, desde atender sus solicitudes de información, como también poder darle soporte psicopedagógico, asesoría en su matrícula o asegurarnos que todo el proceso de retención se está haciendo de manera automatizada para saber qué hacer con cada tipo de alumno. Hay alumnos que, por la naturaleza de sus requerimientos, necesitan una atención personalizada, y el sistema debe ser capaz de reconocerlo y clasificarlo de manera virtual. Aquí es clave contar con un buen equipo de retención y un sistema predictivo basado en modelos estadísticos con toda la historia del alumno. En un entorno de CRM debemos poder conocer cuál es su rendimiento académico, si tiene pagos pendientes, su nivel de asistencia a clases. Esta información nos ayudará a saber si el alumno tiene un elevado riesgo de deserción, y de qué manera tenemos que accionar nosotros para retenerlo.

Si hablamos de la parte de la gestión digital, obviamente tiene que ser una universidad que sepa perfectamente y que pueda medir la calidad de todo lo que hace en tiempo real, para así poder solucionar rápidamente cualquier problema que se presente. En una institución de servicio como la nuestra, pueden surgir muchos imprevistos, pero el reto es tener capacidad y velocidad de respuesta sin que nuestros estudiantes lo noten. Para ello, es importante contar con sistemas de IA que atiendan a los alumnos de inmediato, y que con modelos predictivos nos acerquemos a ofrecerles a los alumnos lo que ellos necesitan.

Por el lado contable y financiero, los dashboards te ayudan a ver con claridad los indicadores, si estamos cumpliendo con nuestras metas, si estamos cumpliendo con los SLA del servicio en cada tipo de canal, etc. Todo el entorno de gestión también tiene que ser digitalizado, imagínense tener que atender solicitudes de personas cuya información solo la manejamos en formatos físicos. En esta coyuntura nos demoraríamos semanas en hallar la información y responderles.

Cuando uno piensa en una universidad digital, no solo tiene que pensar en las clases y la experiencia dentro del aula, tiene que pensar en toda la experiencia 360 fuera del aula, y en toda la gestión de la institución. De esta manera, realmente podremos decir que estamos ofreciendo un servicio universitario 100% digital. Como líderes de nuestras instituciones educativas, ¿dónde sentimos que estamos? ¿sentimos que ya estamos preparados para poder ofrecer todo el servicio universitario online? ¿contamos con la gestión de atención al alumno para solucionar sus requerimientos, reclamos, pagos y actividades extra curriculares de manera integrada?  ¿tenemos un control total de todas las variables e indicadores que influyen en el desarrollo de la universidad de manera automatizada, disponible 24/7 y con acceso para todos los líderes? Si no encontramos una respuesta afirmativa a estas interrogantes no podemos estar listos para ser una universidad online, más aún, si pensamos en esta nueva legislatura que se permiten clases semi presenciales.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 7 de setiembre de 2020.

La educación a distancia: de mito a realidad

30 junio, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Lo que hoy vivimos ha despertado al sector educación y su modalidad a distancia, la cual era injustamente menospreciada e incluso limitada por la Ley Universitaria. Sin embargo, se ha demostrado que esta es la mejor alternativa en el contexto actual.

De un lado, tenemos las medidas implementadas por el gobierno para que nuestros niños no pierdan el año escolar, lo que es un esfuerzo digno de apreciar. La colaboración de distintas organizaciones y el compromiso del sector han sido clave. Por otro lado, observamos instituciones educativas que utilizan plataformas de comunicación online de libre acceso intentando lograr la conectividad requerida y, así, salvar el año escolar o universitario de miles de estudiantes.

Pero estas estrategias empleadas para responder ante la emergencia, distan de los modelos implementados en países líderes en educación y de lo que una educación online de calidad debe ser.

La educación a distancia debe ser planificada. Necesita de una plataforma digital educativa especializada para esta modalidad. Las aplicaciones de contactabilidad no son suficientes. Asimismo, los cursos deben estar relacionados a prácticas que cuenten con aplicaciones o softwares a los cuales el alumno pueda acceder desde un dispositivo móvil a través de laboratorios virtuales; los materiales deben estar íntegramente digitalizados en un aula virtual para que el estudiante pueda volver a ellos en cualquier momento; las evaluaciones deben estar diseñadas para desarrollarse a distancia. Existen softwares para ello, que emplean el reconocimiento facial, la detección de movimiento para identificar la interferencia de terceras personas y la detección de búsquedas inapropiada en buscadores.

Para implementar esto necesitamos una visión clara que permita llevar la educación de presencial a la modalidad a distancia. Si con lo que soñamos es con un Perú inclusivo, también necesitamos brindar mayor accesibilidad a la conectividad para acercar el más alto nivel de educación virtual a todo nuestro país.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 1 de junio de 2020.

De modo presencial a modo virtual: Como afrontar el cambio en la forma de enseñar

29 mayo, 2020 by Guillermo Quiroga Deja un comentario

Hay eventos que disparan el cambio y hoy en el sector educación estamos ante uno de ellos. Pienso que para la educación virtual se ha abierto una gran oportunidad. Te animo a sumarte a este viaje al futuro.

Por esta razón, les comparto algunas ideas que pueden ayudar a todos los profesores a enfrentar el desafío de enseñar en formato on line cuando gran parte de su vida han dictado presencial. Como ha sido mi caso. Para animarnos, no se olviden que nuestro cerebro es plástico, eso significa que si queremos podemos aprender nuevas cosas a pesar de la edad o costumbre. Todo depende de la actitud.

Además, les comento que he revisado muchos sitios especializados con ideas y consejos para enseñar en forma virtual. La mayoría se centra en los factores ambientales. Conexión, vestimenta, iluminación etc. Son muy importantes esos consejos, pero esto es sólo el piso o lo mínimo. Por ello, pienso que conversar sobre temas de fondo es muy pertinente.

Quizás la primera idea fuerza a tener presente es que no hay segunda oportunidad para una primera impresión. En ese sentido, es vital empezar las clases on line con la actitud y energía correcta. Abiertos a la tecnología y sobre todo a las sorpresas. Con esto no quiero minimizar los inconvenientes técnicos o problemas que surgirán. Simplemente el mensaje consiste en no perder perspectiva. Los alumnos con el tiempo puede que no se acuerden mucho de lo que se les enseño. Pero jamás olvidarán como se hizo.

La segunda idea importante es intensidad: Qué cada clase cuente. Para mí esto es lo más importante de todo. Al final de la sesión tanto nosotros como los alumnos digan, a pesar del esfuerzo ha valido la pena. Si nosotros como docentes hemos dado nuestro mejor esfuerzo y los alumnos han aprendido algo que les sirva para su crecimiento profesional; se ha producido un aprendizaje significativo y el logro está cumplido.

Hemos de transmitir a los alumnos seguridad. Sobre todo, al principio. Vamos despacio construyendo paso a paso. Tanto ellos como nosotros con el tiempo y la repetición lo haremos cada día mejor en formato virtual. Es muy oportuno enfocar la clase como si fuese una conversación uno a uno. Esta forma de enseñanza lo permite. Un dato importante es que bajo la modalidad on line muchos alumnos pierden el miedo escénico. Por tanto, es una gran oportunidad para que nosotros y ellos descubramos juntos nuevos talentos. No nos olvidemos que el poder de la educación radica en la transformación personal de cada alumno.

Planificar muy bien la clase en segmentos determinados y hacer breves pausas activas. Tener ejemplos e historias relacionadas al curso preparadas para comentar. Compartir videos cortos que dan frescura a la clase. Usar poco a poco todas las herramientas que la plataforma nos ofrece. Experimentar, será divertido para nosotros y los alumnos. No nos angustiemos por la evaluación. Apelemos a su responsabilidad y profesionalidad. Son ellos los principales interesados en aprender. En tal sentido, las evaluaciones deben ir en la línea del desarrollo del pensamiento crítico y de las competencias del curso. Ya no hace falta aprender de memoria como antes, todo está al alcance de la mano en la red. 

Finalmente, paciencia y buen humor. Hay cosas que no controlamos: conectividad, suministro de energía eléctrica nuestra y la de los alumnos. Por ello, ante un problema técnico tomarlo con calma. No nos angustiemos si perdemos 10 minutos. Luego los recuperamos. Volver a intentarlo hasta que funcione. Los alumnos valorarán más nuestro esfuerzo y buen humor ante la adversidad. Si transmitimos energía negativa por más que tengamos la mejor tecnología la experiencia no será la mejor.

A medida que avancemos en el proceso estoy seguro de que surgirán excelentes aprendizajes. Por lo tanto, lo mejor es empezar e ir un día a la vez y veremos cómo nuestras clases on line se convierten en una excelente alternativa de formación.

*Artículo publicado en el LinkedIn: https://pe.linkedin.com/in/guillermoquirogap , 23 de marzo de 2020.

Presente y Futuro Blended en Educación de Postgrado

21 marzo, 2019 by Guillermo Quiroga Deja un comentario

Hace pocos días me pidieron de un medio unos comentarios sobre la educación on line, en particular de maestrías. Luego de reflexionar al respecto quiero compartir algunas ideas de tal suerte que sepamos apreciar y valorar su impacto transformador en la educación de postgrado.

Han existido tres fases muy marcadas en la evolución de esta modalidad en la enseñanza de maestrías y otros programas de alta implicancia. Al inicio, con los primeros programas y maestrías virtuales, se daba una especie de rechazo. Se enfrentaba el nuevo mundo educativo online versus el presencial tradicional. Siendo el primero poco conocido y catalogado de poco exigente y de baja calidad. A medida que el tiempo pasaba, la tecnología mejoraba, se consolidaron los programas virtuales. Es por esta razón que se dejó de discutir su calidad intrínseca, ante las evidencias de aprendizaje significativo de los alumnos de estos programas y se observó que podían coexistir con la enseñanza presencial tradicional. En esta fase, se les toleraba, pero siempre como algo inferior a lo presencial.

Hoy la visión moderna al respecto ha roto esta creencia. Pienso que se debe plantear una fusión, de tal forma que se pueda compatibilizar lo mejor del mundo virtual con lo presencial. Se debe combinar estas modalidades dentro de las diferentes estrategias de enseñanza. De un lado, para romper con limitaciones de tiempo y distancia, al mismo tiempo que se utilizan de forma muy creativa y con alto impacto la enseñanza virtual. El futuro en mi opinión será una armónica fusión que beneficie a todos los actores y partícipes de los procesos de aprendizaje.

En la actualidad es poco cuestionada la calidad de estos programas ofrecidos por instituciones de prestigio. Al contrario, se promueven activamente; no sólo por ser más costo-efectivos sino porque preparan a sus alumnos para ser ciudadanos del mundo digital y líderes de la transformación al desarrollar competencias como auto aprendizaje, capacidad de indagación, resolución de problemas etc.

Existe un paradigma relativo a que estos programas están más orientados a nativos digitales. Sin embargo, mi experiencia de casi una década dictando programas online es que el perfil es similar al de los cursos presenciales. He trabajado y trabajo con un grupo importante de millennials, que seguirá creciendo por obvias razones. Pero además también de la generación X y hasta algunos baby boomers. La edad no es lo relevante para estudiar bajo esta modalidad sino la flexibilidad y agilidad mental para el aprendizaje con que la persona enfrenta sus estudios.

*Artículo Publicado en la Revista G de Gestión. Febrero 2019.

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