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El desafío de volver a lo esencial: un docente humano

23 marzo, 2022 by Tito Viale Deja un comentario

Todos queremos ser tratados humanamente

Hans Küng

La educación ha formado en los seres humanos, profesionales con herramientas que les han permitido desarrollar y potenciar su aspecto académico e intelectual. No dudo que en la educación primaria y secundaria los hayan formado, principalmente, en sólidos valores humanos, pero ¿(in)suficientemente sólidos?

A menudo, se observa que muchos docentes se preocupan por capacitarse y especializarse en aspectos académicos o técnicos propios del avance de la tecnología aplicada a la educación, en el diseño de las aulas virtuales, en los diseños instruccionales, en la elaboración de materiales académicos y en otros tantos temas. Esto no está mal; al contrario, está muy bien, pero nos olvidamos de capacitarnos en lo afectivo y emocional, necesarios para crear un equilibrio entre nuestra parte académica y nuestra parte humana.

Cuando en los medios de comunicación vemos noticias de corrupción, de actos de violencia, de presidentes que solo se preocupan de su propio bienestar y de la de su familia, de empresarios que pagan coimas, etc., seguramente, muchos de nosotros nos preguntamos, ¿por qué se dan estas situaciones? ¿Tiene la educación algo que ver con esto? Si así es, ¿en qué ha fallado el sistema educativo? ¿Nos olvidamos de la formación de la parte humana y de los valores? Es aquí cuando nos cuestionamos el rol de la formación en el Perú y en el mundo entero. Sabemos que la mayoría de los líderes del mundo ha pasado por escuelas y universidades de gran prestigio, pero vemos que esto no es suficiente.

Los actuales estudiantes universitarios, en el mediano o largo plazo, ocuparán posiciones estratégicas en la gestión de instituciones públicas o privadas, en movimientos sociales, partidos políticos, empresas o, quien sabe, liderando un país. Sabemos que el futuro del planeta está en manos de la educación. Parafraseando a Stewar Miller, podemos decir que los hombres y mujeres son hombres y mujeres antes que médicos, ingenieros, arquitectos o profesionales de cualquier otra área de especialización. La educación deberá hacer de ellos hombres y mujeres honestos, sensatos y capaces. Y con el tiempo, se transformarán en médicos, ingenieros y arquitectos, pero honestos, sensatos y capaces.

Un día (antes de la pandemia generada por Covid 19), caminaba por los pasillos de la universidad y escuché cómo un profesor (con tono amenazante) se dirigía a sus alumnos para recordarles que debían entregar el trabajo final del curso el viernes de esa semana. “El trabajo es para el viernes y deben entregarlo contra viento y marea. Sea como sea. El que no lo presente el día acordado, lamentablemente, jalará el curso y, ojo, que el trabajo no se recupera. Es decir, no hay otra fecha para entregarlo.”

¿No hay otra manera de decirlo? ¿No es esta una forma de agresión? ¿De agresión emocional? Más adelante, ¿no creen ustedes que estos estudiantes usarán la misma forma de agredir emocionalmente a los de su entorno? Por otro lado, ¿Qué buscamos con esto? ¿Queremos darle mayor importancia a la entrega del trabajo que al trabajo en sí?

Finalmente, las fechas de las evaluaciones, así como las de la entrega de los trabajos, deben estar declaradas, desde el primer día de clases, en el diseño instruccional del curso. Lo que deberíamos hacer es recordarles que revisen con frecuencia el diseño instruccional.

No podemos pensar en educar por medio de prácticas que agreden y generen situaciones de maltrato al estudiante. La conocida práctica “La letra con sangre entra” ha sido erradicada, pero la agresión emocional, ¿también? No solo se maltrata física sino emocionalmente. Por ejemplo, cuando amenazamos con una nota: “te voy a poner cero”, cuando le cerramos la puerta al estudiante por no llegar temprano, cuando ya terminó el tiempo destinado para la clase pero no dejo salir a ningún alumno porque no hemos terminado de desarrollar el tema, cuando no escuchamos justificaciones, o peor aún, sí las escuchamos pero no queremos entenderlas, cuando no se comprende que el ritmo de aprendizaje para cada estudiante es único, cuando manipulamos, cuando somos indiferentes o cuando nos reímos ante una respuesta equivocada del alumno. Todo esto, baja la autoestima del estudiante y reduce su seguridad y confianza personal. ¿Creen ustedes que un estudiante podrá desarrollarse con este tipo de maltratos?

Si el docente no se humaniza e incorpora los sentimientos en su práctica diaria, por más conocimientos de matemáticas, de ciencias, de idiomas o ciencias sociales que posea no impactará en sus estudiantes de manera favorable. Formará, simplemente, especialistas en determinadas materias.

Debemos volver a lo esencial. No olvidemos que, ante todo, somos seres humanos. Pareciera que hemos dejado de lado lo esencial y le estamos dando más importancia a la herramienta. Como recitaba César Vallejo en uno de sus poemas; “confianza en el ojo y no en el anteojo”. Debemos desterrar de nuestros procesos de educación todo aquello que denigre al estudiante. “La educación es sin duda el más humano y humanizador de todos los empeños” (Savater).

Sin embargo, hay historias que merecen contarse. El profesor Merino, gran amigo mío, me comentó en una oportunidad que a finales de la década de los 90, caminando por la universidad, vio un jovencito vestido con su uniforme escolar que había ido a la universidad acompañado de su papá para averiguar por los costos de la preparación preuniversitaria. El escolar (a quien llamaremos Paco), quería estudiar Física y como el profesor Merino conocía los costos le explicó al escolar y a su papá el monto a pagar. Cuando terminó, el papá de Paco le comentó que no le alcanzaba para pagar esos montos. Ante esto, el profesor Merino le dijo, entonces, que podía pagar por partes y que incluso podía seguir pagando luego que su hijo hubiese ingresado a la universidad. A pesar de esto, el padre de familia manifestó que tampoco podría pagarlo. En ese momento intervino Paco para decir que él era primer puesto de su colegio y que, por esa razón, la universidad a la cual postulaba le daría beca completa y que solo le faltaba cubrir los gastos de la preparación. Ante esto, mi amigo, el profesor Merino, le dijo que él podía regalarle unas separatas para que se prepare por su cuenta y pueda, así, postular a la universidad. El escolar aceptó de mucho agrado el obsequio y se retiró.

Luego de, aproximadamente, 14 años, el profesor Merino recibe la visita de Paco en su oficina. Paco ya no era un jovencito vestido con su uniforme escolar. Paco era un hombre hecho y derecho. Paco le contó al profesor Merino que había estudiado con las separatas que le regaló y que con eso ingresó a la universidad. Estaba de visita en Lima y no quería dejar de saludarlo y agradecerle. Paco, en ese entonces, era un eminente Físico que trabajaba en Francia en el acelerador de partículas más grande y de mayor energía del mundo.

Debemos vivir la afectividad en relación con nuestros alumnos. Pienso que aún no hemos comprendido el beneficio que esto representa para ellos y para nosotros mismos. Los docentes debemos consolidarnos como actores esenciales en la sociedad y como tales nuestra formación debe fundamentarse en el amor por el otro. Debemos entender a cada uno de nuestros estudiantes como un ser humano único e irrepetible. La afectividad no tiene por qué asustar y no debemos tener miedo de expresarla. Es un apoyo a las relaciones honestas y transparentes. Según Goleman y Gardner, lo emocional y afectivo contribuyen con la humanización del docente.

Todos nosotros recordamos a unos profesores más que a otros. Profesores que con su estilo marcaron nuestras vidas. ¿Qué hicieron? ¿Cómo lo hicieron? Sabemos que ellos, entre varios otros aspectos, integraron adecuadamente, en las proporciones debidas, lo humano y lo académico. ¿Qué tanto de humano? ¿Cuánto de académico?

Pero ¿cómo podemos ser docentes humanos? ¿qué es ser humano? Ser comprensivo, sensible a los infortunios ajenos, poseer sentimientos. Es importante que el docente, el docente humano, no juzgue sino comprenda. Que antes de castigar, desarrolle concertación. Que antes de amenazar, genere interlocución. Entre los aspectos humanos, debemos incorporar la ética, el equilibrio, la inteligencia emocional, la escucha inteligente (no escuchar desde arriba), disposición para el diálogo, poseer habilidades de comunicación, de colaboración y pensamiento crítico. Debemos ser sensibles, solidarios, respetuosos, comprometidos con el estudiante y su aprendizaje, y un largo etcétera.

No es necesaria una clase específica y dedicada a la alfabetización emocional. Lo que debemos mirar es cómo enseñamos los temas y saber cómo prepararnos para esta clase de enseñanza.

Educar, dejó hace rato de funcionar en forma simplista: preparo la clase, la dicto y la califico. Ahora, el compromiso es complejo: me preparo, reflexiono, interactúo, aprendo junto con mis alumnos, intercambio ideas, socializo, valoro sus trabajos, sus esfuerzos y lo que me dicen, los respeto (y me respetan), me comprometo con ellos, etc. Debemos educar con el corazón.

REFERENCIAS

García-Umaña, A. y Córdoba, E. (2020). La era digital y la deshumanización a efectos de las TIC. REIDOCREA | ISSN: 2254-5883 | VOLUMEN 9. ARTÍCULO 2. PÁGINAS 11-20

https://pedagogiadelahumanizacion0.webnode.com.co/conferencia/pedagogia-de-la-humanizacion/

http://www.revistacoepesgto.mx/revistacoepes/la-persona-del-docente

La ciencia de los datos transformará las carreras universitarias en un futuro cercano

7 diciembre, 2021 by Leisly Gisselle Morales Gutiérrez Deja un comentario

En el documento The Future of Jobs Report (2020), se hace alusión a que la recesión mundial generada por la Covid-19, ha creado perspectivas muy inciertas para el mercado laboral y ha acelerado la llegada del futuro del trabajo, según dicho estudio se espera que el ritmo de la adopción de las tecnologías disruptivas como: el cloud computing, big data, ecommerce, encriptación, inteligencia artificial, entre otros, se incremente dentro de las empresas. En adición a ello, el mismo informe, resalta que el 43% de las empresas encuestadas indican que se encuentran listas para reducir su fuerza laboral debido a la introducción de nuevas tecnologías, el 41% planea tercerizar sus servicios con contratistas, y el 34% planea expandir su fuerza laboral debido a la integración de la tecnología.

Debemos recordar que dicho empuje se debe en gran parte a empresas tecnológicas estadounidenses aquellas las denominadas la GAFAM acrónimo que refiere a: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, líderes en tecnología, y que desde hace varios años vienen especializándose en distintos ámbitos del software y hardware (Statista, 2019). Por lo tanto, se puede decir, que son justo estás tecnologías disruptivas las que están fracturando los modelos de negocios tradicionales, y modificando las tareas y habilidades de los trabajadores al día de hoy, uno de estos ejemplos es el mencionado por PeruRetail (2021) indicando que la empresa Amazon fresh, es el primer supermercado automatizado que no cuenta con cajeros y además no se requiere formar colas.

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019), indica que se abrirán también nuevas oportunidades emergentes siendo una de ellas la “gig economy”, denominada la economía de trabajos esporádicos en plataformas, trayendo un nuevo estándar a las empresas, ya que los trabajadores en el futuro tendrán varios empleos a corto plazo o contratos con varios empleadores, en lugar de una relación laboral tradicional donde prima la seguridad y la estabilidad. La OIT ha encontrado que los trabajadores bajo esta modalidad ganan menos que un salario inferior al salario mínimo; por lo que mencionan, que la inseguridad que experimentarán estos trabajadores es preocupante, así como sus condiciones de trabajo.

 Por todo lo expuesto anteriormente, las universidades del futuro, deberán ser ágiles a fin de predecir y realizar modificaciones a sus propuestas educativas, ya que deberán adaptarse a los cambios disruptivos que experimentarán las diferentes industrias y por ende las nuevas demandas laborales. Las carreras deberán ser mucho más cortas, flexibles y personalizables, pues muchas de las carreras actuales que se están enseñando hoy en las universidades están siendo amenazadas con desaparecer o se están reduciendo.

Ya lo había mencionado Jhon Pugliano (2017) en su libro The Robots are coming: A Human`s Survival Guide to Profiting in the Age of Automation, cuando indica que actividades como las que realizan los abogados, médicos generales, contadores, arquitectos, policías, detectives, entre otros; cuyas tareas requieren menor nivel de especialización, son de tipo operativas y manuales, serán automatizados y por lo tanto, se verá una disminución en estos campos laborales. En alusión a ello, algo complementario sostiene Klaus Schwab (2016) indicando que por ejemplo un biólogo ahora deberá ser programador y saber de estadística si es que quiere explotar el potencial de la ciencia genómica, es decir, no bastará con tener una sola especialidad sino con varias y dependerá de cuáles son las necesidades del mercado laboral.

 Pues hoy contamos con un gran aliado para paliar estos problemas, y lo encontramos en el uso cada vez más del análisis de los datos, el empleo de la ciencia de los datos en la gestión de universitaria, permitirá obtener insights que permitan empoderar a los involucrados en el proceso educativo como: estudiantes, profesores, y administradores de los diversos servicios educativos, lo que conllevará a una mejor toma de decisiones. Actualmente las universidades cuentan con grandes volúmenes de información, dicha información sirve para que los responsables de los programas académicos por ejemplo se encarguen de definir estrategias a seguir en beneficio de los estudiantes universitarios. Pero que sucede hoy, ante los cambios inciertos y ante el entorno VUCA acrónimo que significa: volátil, incierto, complejo y ambiguo, por el que estamos pasando, lo más probable es que esto no sea suficiente. Las universidades no sólo deberán trabajar en retener, apoyar, medir el desempeño de los estudiantes, o atender temas administrativos relacionados a matriculas, notas u otros, sino que deberán de ir más allá, como brindar información sustancial a los principales tomadores de decisión que deben ser los mismos estudiantes, ya que son ellos los que desearán realizar cambios y modificaciones en el corto plazo en sus respectivas carreras, debido a que son ellos los más interesados en el desarrollo de su trayectoria académica, de esta forma se podrá generar valor para el estudiante, si se les puede dar mayor información sobre el mercado, las tendencias, los cambios en el entorno y las necesidades que requiere el mercado. Eso implica que la universidad como la conocemos cambie su rol y se vuelva mucho más proactiva con la finalidad de adelantarse a los cambios constantes del entorno en el que nos encontramos y todo de la mano con la información que se puedan generar.

En suma, si bien el futuro no será fácil de predecir, la ciencia de los datos nos puede apoyar para hacer prospectiva e imaginar el futuro cercano. La pandemia nos obligó a realizar cambios radicales en tecnologías, metodologías, y formatos para educar en el hoy, dependerá de cada universidad adaptar, aprender, reaprender, implementar y seguir elevando el nivel tecnológico en toda la organización, de tal manera que vaya de la mano con la obtención de información que permita generar mayor valor a todos los stakeholders, pero sobre todo a los estudiantes.

Por lo tanto, tendremos que transformar una “idea vieja” en que las universidades son los dueños de los datos, y por ello, tendrán que compartir mucho más la información que están produciendo con los propios estudiantes para su propio bien. Si las propias instituciones educativas no logran hacerlo vendrán los competidores potenciales ejemplo la GAFAM, que provienen de otras industrias para quebrar este modelo de negocio tradicional y apropiarse de esta, pues son estos los que dominan las tecnologías, las tendencias del futuro y entienden muy bien de las preferencias de los consumidores. ¿Estaremos dispuestos a realizar los cambios necesarios que nos permitan ser más competitivos en esta industria que está siendo transformada por la cuarta revolución industrial?

Referencias

Jhon, P (2017). The Robots are coming: A Human`s Survival Guide to Profiting in the Age of Automation. Editorial: Ulysses Press.

Klaus, S (2016). La cuarta revolución industrial. Editorial: Foro Económico Mundial.

Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2019). El futuro del trabajo. Obtenido de: https://www.ilo.org/100/es/story/future/

Perú Retail (2019). Amazon abre su tienda automatizada más grande de Estados Unidos. Obtenido de: https://www.peru-retail.com/amazon-fresh-abre-su-tienda-automatizada-mas-grande-de-estados-unidos/

Statista (2019). GAFAM: Gigantes tecnológicos de EEUU (Google, Apple, Facebook, Amazon, y Microsoft).Obtenido de: https://www.statista.com/chart/20285/market-capitalization-of-google-apple-facebook-amazon-and-microsoft/

World Economic Forum (2020). The Future of Jobs Report. Obtenido de: https://es.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2020

WE RUN UPC: Conociendo el marketing social

21 octubre, 2021 by Sandra Vanessa Ramírez Checnes Deja un comentario

El sábado 16 de octubre vi a uno de mis mejores amigos corriendo en el WE RUN UPC (y transmitiéndolo por la red social Instagram). Él estaba feliz trotando por el malecón de Miraflores. No solo lo hacía por salud, sino que tenía un motivo más importante: corría para que más niños tuvieran acceso a una mejor educación. Se había convertido en participante de una campaña de marketing social.

¿Y qué es ese tipo de marketing? Antes de conocer más, recordemos que WE RUN UPC es la primera carrera virtual que organiza la institución educativa para toda la comunidad universitaria con el objetivo de recolectar fondos para colaborar con “De tambo a tambo”, uno de los principales programas de MAB, el cual mejora el acceso a la educación integral y tecnología de niños, niñas y adolescentes en los tambos, a través de plataformas fijas del MIDIS en comunidades rurales dispersas en nuestro país. Las Plataformas de Acción para la Inclusión Social (PAIS) son implementadas y promovidas por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) y tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de la población en condición de pobreza y pobreza extrema.

Primero veamos el spot y luego comentaremos lo que implica el marketing social.

YouTube video

El concepto de marketing social no es nuevo, es usado desde julio de 1971. Según Philip Kotler, padre del marketing contemporáneo, este tipo de marketing comprende los esfuerzos por cambiar el comportamiento público por otro que la sociedad estime deseable. Por ejemplo, la mayoría de las personas considera el abuso de alcohol, de las drogas, tirar basura, ser indiferente ante enfermedades graves, entre otros, como un comportamiento individual y socialmente indeseable. Es por ello que las campañas de marketing social se centrarán en mejorar la salud, la educación, cuidar el medio ambiente, etc.

Este tipo de marketing tiene dos características específicas: es un proceso continuo y está centrado en el destinatario (persona que recibe el mensaje). Ya que un cambio solo es factible si las personas que formamos la sociedad contribuimos a que se realice. Tomemos como ejemplo a WE RUN UPC. En el caso del video de difusión, se le habla directamente a la comunidad de la universidad para hacer énfasis en lo importante que es que la mayoría de niños, niñas y adolescentes accedan a una educación de calidad. La campaña utiliza distintas herramientas de comunicación (redes sociales, emailing, web, etc.), pero siempre con el mismo objetivo: vincularse emocionalmente con el público para que recuerde el valor de la educación.

En el marketing social se utilizan las mismas herramientas que en el marketing tradicional, ya que la investigación es vital para crear el producto social, que es como se denomina a la idea, práctica o el uso de un determinado elemento que servirá para influenciar al público y lograr el tan ansiado cambio. Cabe señalar que, en este tipo de marketing, la comunicación tiene un carácter táctico, ya que solo a través de ella se logrará que las personas consuman mi producto. En este caso, el consumo del producto se concretará en el momento en que las personas donen directamente o participen en alguna de las categorías de la carrera.

La campaña está complementada por pequeños videos que invitan a los UPCinos y UPCcinas a unirse bajo un mismo propósito: transformar nuestro país a través de la educación.  Siendo consistente con el marketing social, la campaña continúa comunicándose directamente al destinatario diciéndole que done su tiempo y sobre todo que logre trascender a través de su participación en esta carrera.

¿Conoces otras campañas de marketing social que se realicen en nuestro país o en el exterior?

La Realidad Virtual (RV) en el futuro de la educación

7 abril, 2021 by Marisol Suárez Deja un comentario

Una de las principales tendencias que mostramos en mi blog a inicios de este año era el fortalecimiento de la experiencia de aprendizaje a través de herramientas tecnológicas como la Realidad Virtual (RV), la cual crea entornos que simulan la realidad, y producen una interacción inmersiva con los usuarios. Las empresas la utilizan con éxito en sus estrategias de prospección, activaciones, capacitaciones, etc. pues, tiene un componente lúdico que lo hace bastante atractivo y entretenido para los usuarios.

Posiblemente, una de las mejores aplicaciones de realidad virtual es utilizarla para probar un producto. En el rubro de autos, Volvo Test Drive, por ejemplo, incluye paisajes de 360 grados, lo que permite a los potenciales clientes asociar los términos “aventura” y “Volvo” como posicionamiento en sus mentes.

Cuando hablamos del desarrollo de las EdTech, las perspectivas de utilizar la Realidad Virtual en la educación son enormes y las predicciones de los expertos también son bastante optimistas. Es más, podemos asegurar que la pandemia ha acelerado significativamente el desarrollo y la adaptación de tecnologías en el proceso educativo. Un informe publicado en noviembre por la consultora IDC estimó que el gasto en realidad virtual durante 2020 alcanzaría los US$18.800 millones, un 78% más que en 2019.          

La RV tiene una gran capacidad de estimular los trabajos y las experiencias de aprendizaje en un entorno educativo. El año pasado, cuando el Gobierno decretó el estado de emergencia, y muchas universidades se vieron forzadas a adaptar sus cursos a un formato virtual, nosotros, que ya veníamos desarrollando la transformación digital desde hace diez años, aprovechamos la oportunidad para ejecutar la Realidad Virtual en nuestros cursos. Por ejemplo, en la carrera de Arquitectura, los alumnos, desde la comodidad de sus casas, participaron en visitas guiadas a museos y al Centro Histórico de Lima, gracias a la aplicación de RV en dichos programas. En otras carreras como Medicina e Ingeniería, se utiliza para el entrenamiento de los estudiantes en cirugías, diseño y construcción de edificaciones.

Imagínense que un estudiante de medicina, en medio del confinamiento, tuviera que llevar cursos prácticos sobre procedimientos quirúrgicos. Si el Gobierno tomara alguna medida de fuerza mayor que impidiera la presencialidad de los cursos prácticos, los estudiantes de la UPC no atrasarían su plan de estudios, gracias a estas herramientas tecnológicas. Al simular diversas situaciones en entornos controlados, los estudiantes tienen una oportunidad única de acumular “horas de vuelo” en perfeccionar sus habilidades profesionales de cara al futuro. La RV resuelve estos problemas ofreciendo a los estudiantes la oportunidad de equilibrar la teoría y la práctica de una manera segura y de bajo costo. En el siguiente video podrán ver cómo un país como Corea del Sur aplica la RV en el sector educativo: Clic aquí

Las emociones juegan un papel importante en el proceso de aprendizaje. Generalmente, nosotros aprendemos más cuando nos encontramos con situaciones que nos impactan y generan una impronta positiva en nuestro cerebro. La RV tiene esa capacidad de hacer foco en los pequeños detalles que ocasionan recuerdos y emociones positivas asociadas al estudio. Es una herramienta muy interesante para capturar la atención de una generación millennial que, prácticamente, usa las herramientas tecnológicas como una extensión de sí mismos.

Por el lado docente, estas tecnologías permiten la creación de aulas virtuales, de esta manera los profesores pueden proyectar sus clases a estos espacios. Por ejemplo, las conferencias de los principales profesores de Harvard y Yale pueden estar disponibles para cualquier estudiante que tenga gafas de RV y la app correspondiente en su teléfono móvil. Además, la capacidad de rentabilizar un curso de capacitación dentro de la RV es muy interesante para el modelo de generación de ingresos de las universidades.

Como hemos visto, las oportunidades para usarla en la educación no se limitan a algunos cursos o aplicaciones. Si realmente tenemos un espíritu innovador y mucha curiosidad por explorar diferentes alternativas, veremos la manera de aplicar la RV a cualquier área que sea de nuestro interés. El reto será tener la cultura de innovación adecuada que facilite la creación de estos entornos virtuales, desarrollar cursos de calidad con RV, invertir en el equipo necesario y realizar los cambios necesarios en el plan de estudios. Les aseguro que valdrá la pena intentarlo, y los estudiantes lo recordarán por el resto de sus vidas.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 30 de marzo de 2021.

¿Es (in)útil la bibliografía tal como la conocemos actualmente?

3 marzo, 2021 by Tito Viale Deja un comentario

En un artículo anterior (https://enfoque.upc.edu.pe/2021/02/01/un-hallazgo-relevante-que-variables-son-las-que-mas-se-relacionan-con-los-resultados-de-las-encuestas-academicas/), relacionamos algunas de las variables de la encuesta académica con el fin de conocer qué aspectos tienen mayor relación con el resultado final del profesor.

En este artículo, analizaremos la variable o constructo que tiene menos relación con el resultado final del profesor y propondremos algunos modelos e ideas que podrían mejorar su relación con el resultado de la encuesta académica.

Una verdad que no podemos ignorar es que todo ha cambiado y que ahora más que nunca debemos tener presente que “en educación, nada está terminado”. ¿Cuándo terminará la pandemia y volveremos a reunirnos presencialmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Volverá todo a ser como en el 2019? ¿Estaremos capacitados y tendremos las competencias necesarias para los nuevos retos que se vienen? Tenemos muchas preguntas y, tal vez, debido a la incertidumbre en la cual vivimos, ninguna respuesta. Lo que podría ocurrir es que la nueva normalidad implique cambios en el sistema de enseñanza aprendizaje. Es por esto que debemos aprovechar lo aprendido en este último año y motivar en nuestros alumnos nuevas destrezas y habilidades.

Para el rediseño de los cursos, en la etapa de planificación, debemos tener en cuenta los resultados finales, no solo en lo que se refiere a las notas de los alumnos o porcentajes de aprobados de nuestra sección, sino también a los resultados de la encuesta académica; así como los comentarios de los alumnos, los intercambios de ideas en las reuniones con los delegados, las opiniones de los profesores, etc.

¿Qué hemos encontrado en esta oportunidad? Que existen algunas variables que aportan más a un mejor resultado en la encuesta académica y otras que claramente se relacionan fuertemente con el resultado de la encuesta académica y otras no. ¿Qué debemos hacer entonces? Detectar cuáles son las mejoras posibles que hagan que todas las variables tengan una mejor relación con el resultado de la encuesta del profesor.

¿Qué evidencia tenemos? En el Gráfico N° 1, se evidencia que la variable “La bibliografía me sirvió en el curso” es la que menos promedio tiene en la Encuesta Académica (en el gráfico solo mostramos las dos variables con mayor promedio y las dos con menor promedio; las variables expresadas como preguntas son bastante más).

Gráfico N° 1. Ciclo académico 2020-2. Promedio de diversas variables de la encuesta académica. (Fuente propia)

En el Gráfico N° 2, se muestra las dos variables que tienen una mayor relación con el Promedio Docente y las dos que tienen menos relación.

Gráfico N° 2. Ciclo académico 2020-2. Relaciones entre diversas variables y Promedio Docente (Fuente propia)

Queda claro entonces que, bajo cualquier análisis, el constructo “La bibliografía me sirvió en el curso” necesita nuestra atención al momento de planificar el curso. Creemos que, así como aquí hemos analizado un curso de matemática de una universidad limeña, este punto debe estarse repitiendo también en los otros cursos y por ello es necesario su análisis y propuesta de soluciones.

¿Por qué se están dando estos resultados? Es difícil saberlo, pero creemos que tiene relación con 2 temas interesantes:

  • Los alumnos están cambiando su sistema de aprendizaje, valorando las actividades para comprender, aprender, aplicar, ser motivados, etc., (ver Gráfico N° 2) y los libros “tradicionales” han cambiado mucho en su forma (exquisitos gráficos, cuidadosa tipografía, cuidado en contenido teórico referido a la carrera hacia donde vaya orientado el libro, etc.) pero no incluyen, en su gran mayoría actividades que permitan que el alumno aprenda, ni lecturas muy motivadoras,  o relaciones con sus carreras o con la realidad del país y de su entorno.
  • Los alumnos valoran mucho (ver Gráfico N° 1) el dominio del profesor en el curso y el ambiente que crean durante la sesión de clase, esto conlleva a que prefieran revisar el documento de la clase (PPT) o la grabación antes que revisar la bibliografía que más bien tiende a complicarlos.

La bibliografía que tanto valorábamos los estudiantes que ya pasamos los 50s (o incluso menos…) ahora resultan documentos que los alumnos no los encuentran atractivos ni necesarios de revisar pues su profesor lo explicó mucho mejor, lo entendieron y tienen el clima de aprendizaje adecuado para preguntar, pedir más ejemplos, pedir que repita algún tema, valoran el clima y dominio del profesor.

¿Qué hacer? Nos parece que debemos revisar qué entendemos como bibliografía para un curso universitario y qué posibilidades tenemos dentro de nuestras casas de estudios para poder técnicamente usar estos recursos. La RAE indica que bibliografía es la “Relación o catálogo de libros o escritos referentes a una materia determinada”. Más adelante, la misma RAE, en otra definición señala que estos escritos pueden proceder de “diversos soportes”, por lo que entonces no debemos solo entender como bibliografía a los libros de las editoriales acaso podamos a partir de ahora verlos como bibliografía complementaria. O tal vez, sea mejor llamarlos recursos de aprendizaje. Concluyendo, sabemos que nuestros alumnos valoran mucho el contacto y la forma en la que enseñamos de manera síncrona, pero ¿seremos capaces de crear materiales de cada sesión o unidad del curso, que además de la teoría, ejercicios resueltos y propuestos, incluya motivaciones y actividades que le permitan organizar su autoaprendizaje y su fase de transferencia? ¿Seremos capaces de hacerlo no solo como un libro tradicional pasado a PDF a todo color, sino que además tenga vínculos a actividades que se puedan desarrollar personalmente o en equipos de manera asíncrona y que se depositen en algún repositorio donde incluso se puedan mostrar luego, que vincule con las grabaciones de clase y que incluso permitan compartir con el profesor asincrónicamente algún tema que no está claro en la bibliografía? ¿Podremos usar otras plataformas multimedia sabiendo que nuestros alumnos se sienten cómodos en esos medios y actualmente tenemos herramientas que antes solo las tenían los profesionales de la edición o de tecnología? ¿Podremos trabajar en equipo para hacer estos nuevos documentos incluyendo a ex alumnos y especialistas en la materia?

El profesor ya no es el que únicamente dicta, tampoco el que orienta el trabajo, el profesor debe desarrollar otras competencias acordes con nuestro tiempo. Nuestros alumnos creen en nosotros.

Artículo escrito por:
Héctor Viale, Director de la Oficina de Prospección Académica de la UPC.
Armando Novoa, Profesor a tiempo completo del Departamento de Ciencias – Campus San Miguel.

El poder de la IA en el sistema de educación peruano

28 octubre, 2020 by Marisol Suárez Deja un comentario

Si nos ponemos a analizar la gran parte de los cambios educativos del siglo XXI han estado marcados por cambios tecnológicos en el mundo del trabajo y la vida social. En este contexto en que las universidades hemos migrado nuestras clases a un formato virtual, es importante resaltar e impulsar la utilidad de las nuevas tecnologías de IA para reducir las barreras de acceso, automatizar la gestión, y optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje digital.

En los últimos treinta años, los intentos por integrar tecnologías digitales en la gestión del aprendizaje han sido objeto de políticas públicas en muchos países, pero el ritmo de adopción ha sido mucho más lento de lo esperado, debido a factores determinantes como el presupuesto que el Gobierno asigna actualmente a la Innovación y Desarrollo (I+D), centrado en el 0.08% del PBI. En otras partes del mundo se están realizando inversiones de gran envergadura para liderar la innovación en IA, al mismo tiempo que se invierte en desarrollar profesionales con habilidades digitales, capaces de adaptarse al cambio radical que enfrentamos cada cierto tiempo. China, por ejemplo, lanzó en 2016 un plan para convertirse en un polo de desarrollo de IA y ordenó a las agencias a cargo de la educación en los gobiernos locales invertir el 8% de su presupuesto en la digitalización de las escuelas según UNESCO.

En otros países desarrollados, la IA ha adquirido una relevancia cada vez mayor en las agendas de investigación, innovación empresarial y desarrollo educativo. La IA ha demostrado su aporte especialmente en la personalización del aprendizaje y al análisis de datos a nivel de los sistemas educativos. Algunas de ellas van desde la corrección automática de pruebas de selección múltiple, hasta la verificación de asistencia de los estudiantes, entre otras. Una aplicación muy útil de la IA son los chatbots adaptativos en la que los estudiantes pueden absolver sus inquietudes, hacer reclamos o dar seguimiento a procedimientos administrativos, como por ejemplo el trámite para solicitar un proceso de recategorización. El uso de estos chatbots ha sido implementado principalmente en instituciones de educación superior para ayudar a los estudiantes a planificar sus cursos. Esto ha generado una disminución del tiempo requerido para realizar dichas tareas, así como un aumento en la tasa de retención del estudiantado según el World Economic Forum. En nuestro caso, creamos nuestro chatbot Alma UPC, a través de esta personificación del sistema, logramos una experiencia más familiar y cercana utilizando un lenguaje natural en la comunicación con los estudiantes.

Otra de las fortalezas de la IA aplicadas a la gestión educativa son los modelos predictivos. Por ejemplo, en el Perú, la UPC fue la primera universidad en implementar un algoritmo de IA alimentado por una base de datos histórica con más de 60 mil alumnos, que nos permitía conocer, de acuerdo a un comportamiento predictivo, cuáles serían las dificultades académicas de los alumnos en cada ciclo. De esta manera nos asegurábamos de darles la ayuda y el acompañamiento necesario en las áreas que requerían reforzamiento, logrando reducir considerablemente el porcentaje de deserción estudiantil.

Pienso que el Estado podría replicar este modelo predictivo, creando una gran base de datos educativos acumulados a nivel de Perú. Esta base podría ser alimentada por cada UGEL y Dirección Educativa Regional, favoreciendo de una forma ágil a las decisiones de política educativa nacional e igualmente optimizando la gestión pedagógica de los administradores locales y docentes. Para esto es crucial que el Estado desarrolle e incorpore nuevos algoritmos de IA capaces de identificar patrones y predecir escenarios que apoyen estos procesos de toma de decisiones. En Latinoamérica se destaca el ejemplo de Uruguay, país que posee uno de los sistemas educativos mejor digitalizados de la región. En 2016, allí se dio inicio a un proyecto apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dirigido a sentar las bases de un sistema nacional de analítica del aprendizaje que permita monitorear y procesar los datos educativos disponibles en el país. Esto con el objeto de adaptar las prácticas de enseñanza y así mejorar los desempeños escolares y disminuir la deserción.

Si realmente queremos transformar el sistema educativo, debemos ser capaces de visualizar el futuro de la educación y anticiparnos hoy con los indicios y evidencias de otros sistemas educativos en el mundo que están impactando positivamente en el desarrollo de la sociedad como Finlandia, Nueva Zelanda o Australia. Esta transformación está centrada básicamente en una mayor personalización del aprendizaje gracias a sistemas adaptativos como la IA.

*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 22 de octubre de 2020.

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