Diversos autores han analizado el rol de la educación en la economía digital del S.XXI durante esta pandemia. Algunos de ellos, como los profesores británicos Ewart Keep y Phillip Brown, en un artículo publicado recientemente, Rethinking the Race Between Education and Technology, coinciden en que las transformaciones tecnológicas del pasado condujeron a la generación de nuevos puestos de trabajo, nuevas profesiones y un mejor desarrollo económico; sin embargo, es necesario que, para garantizar este crecimiento en el futuro, la economía emergente debe ir acompañada de mejores oportunidades educativas que sean de calidad e inclusivas para todos.
Ambos autores predicen que la Inteligencia Artificial (IA) modificará profundamente la naturaleza del trabajo, lo cual significa que, en un país como el Perú, donde se invierte apenas el 0.08% del PBI a Investigación y Desarrollo (I+D), es una situación alarmante. La preocupación que intento trasladarles en este artículo no pasa solamente por el presupuesto exiguo que el Estado tiene destinado a esta área que impacta directamente a nuestro sector educativo, la preocupación mayor aquí es ver qué estamos haciendo hoy para asegurarnos de que los peruanos del futuro podrán encontrar empleo en un mercado laboral dominado por la IA.
Muchas industrias están encontrando en la IA una ventaja en la automatización de procesos y en el desarrollo de modelos predictivos que optimicen la toma de decisiones. La innovación tecnológica, por tanto, nos exige desde ahora el desarrollo de nuevas habilidades para la generación del empleo del mediano plazo. Así lo entendimos nosotros en la UPC, cuando fuimos fundados hace 26 años, nos anticipamos a nuestro tiempo e incorporamos en nuestro modelo educativo el aprendizaje basado en competencias, las cuales están alineadas a las expectativas, a las necesidades sociales y a las del mercado laboral. Estas competencias componen el perfil de nuestros graduados, es decir, son parte del ADN innovador de todo profesional UPCino.
Saber en qué habilidades necesarias tenemos que invertir, es vital para afrontar los retos tecnológicos y laborales que determinan el desarrollo económico de un país. En muchos colegios públicos y privados del interior del Perú, por ejemplo, no se cuenta con los recursos necesarios, ni los docentes capacitados para desarrollar programas de emprendimiento, innovación y desarrollo tecnológico con base en la demanda laboral del futuro.
Actualmente, en el Perú existen 46 Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica – CITE en la mayoría de regiones, que se dedican a promover la innovación e impulsar el uso de nuevas tecnologías entre los productores, empresas, asociaciones, cooperativas, etc. Este año, con motivo de la pandemia, a fin de impulsar la reactivación y el desarrollo de las mipymes de la región Ica, el Ministerio de la Producción invirtió cerca de S/ 36, 775 892.64, beneficiando a más de 1,000 empresas locales ligadas a la producción frutícola, de granos andinos, vitivinícola y hortalizas. Parte de este presupuesto también podría ser invertido en el fortalecimiento de programas de innovación en alianza con las universidades locales, y abrir nuevos CITEs en aquellas regiones donde aún no operan, y que, además, concentran una gran población estudiantil. Este es el caso de Áncash, el año pasado un grupo de estudiantes chimbotanos quedaron en el tercer puesto en la experiencia Shark Tank UPC que desarrollamos con Sony por primera vez en el Perú. Su proyecto de macroalgas, que consiste en convertir las algas marinas en abono para la agricultura, no tiene un acompañamiento técnico hasta el momento, justamente porque no existe un CITE en su región. Pienso que así existen muchos jóvenes en edad escolar con grandes ideas pero que se pierden por la falta de apoyo. ¿por qué no trabajar de la mano con las universidades, para crear o repotenciar los programas de innovación de los colegios locales? Contando con el presupuesto y la voluntad política para hacerlo, creo que aquí tenemos un abanico amplio de oportunidades de desarrollo.
Por otro lado, en otros países como el Reino Unido, el gobierno ha dispuesto de Essential Digital Skills Framework, una herramienta que define las habilidades necesarias para beneficiarse, participar y contribuir al mundo digital. El marco incluye cinco categorías de habilidades: comunicarse, colaborar y compartir en línea; manejar información y contenido de forma segura; compra, venta y gestión de transacciones; encontrar soluciones a problemas utilizando herramientas digitales; y ser seguro y legal en línea. El Gobierno peruano también podría crear su propia plataforma online y gratuita para fortalecer las habilidades digitales de los estudiantes, más aún, en estos tiempos de pandemia en los que miles de ellos llevan clases a distancia.
Si queremos desarrollar habilidades más avanzadas para que las personas mejoren su empleabilidad de cara al futuro, el reto fundamental sigue siendo la reforma del sistema educativo, como lo hemos venido sosteniendo en otros artículos. Tenemos que ser capaces de preparar a la fuerza laboral futura para aprovechar las nuevas oportunidades que surgen dentro de una economía tecnológicamente avanzada. En ese desafío, las instituciones educativas tenemos un rol importante, como también lo tienen el Estado, las empresas, y la ciudadanía.
*Artículo publicado en el portal: https://marisolsuarez.com/, 16 de octubre de 2020.