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El uso de la big data en la educación: un largo camino por recorrer

26 febrero, 2020 by Tito Viale Deja un comentario

Todos nosotros, en el día a día, escuchamos hablar de datos, información y conocimientos. Incluso, solemos decir “pásame los datos…” o “pásame la información…”; sin detenernos a pensar si estamos hablando de lo mismo o si es que estamos hablando de conceptos diferentes. Según la Real Academia Española (RAE), la palabra dato viene del latín Datum, que significa lo que se da. Todo documento proporciona algo y a eso le llamamos dato. La información es la base del conocimiento y la RAE la define como la “explicación de una palabra”. Por otro lado, la RAE define como conocimiento la acción y efecto de entender, de saber.

En el mundo de la informática, los datos son la base de la información. Estos datos alimentan (input) un sistema, luego se procesan y se obtiene una salida (output) a la que llamamos información. Es con esta información que generamos conocimiento para la adecuada toma de decisiones. Si bien, en nuestros días, los datos los guardamos en medios electrónicos, magnéticos u ópticos, pero hace algunos miles de años atrás, eran guardados o transmitidos en piedra, papel, madera, etc.

Para aclarar la diferencia entre los tres conceptos veamos el siguiente ejemplo:

  • Dato: 10,5
  • Información: 10,5 es el promedio de fin de año en el curso de matemática de mi sección.
  • Conocimiento: si el promedio es 10,5 significa que, tal vez, el diseño de la asignatura no fue el adecuado con lo cual debemos revisarlo para lograr mejorar el desempeño de mis estudiantes.

En el mundo de la educación, cada vez es más importante el uso de los datos de nuestros estudiantes con la finalidad de conocerlos mejor y ofrecerles una experiencia de aprendizaje personalizada. Si bien, en un principio, nos contentábamos con conocer sus notas, sus asistencias a clases, los comentarios de sus profesores en relación con su desempeño académico, su composición familiar, etc.; actualmente, requerimos más y más datos de nuestros estudiantes. Ahora, adicionalmente, necesitamos conocer dónde vive nuestro estudiante, su pasatiempo preferido, sus actividades extraacadémicas, si es deportista, si es primera generación en la universidad, su historial académico en el colegio, su madurez para enfrentarse a situaciones nuevas, deseamos conocer, también, su inteligencia emocional, las respuestas de sus correos electrónicos y un largo etcétera.

Se ha ido haciendo cada vez más y más grande la cantidad de datos necesarios volviéndose inmanejables con la tecnología y herramientas convencionales. A toda esta enorme cantidad de datos se le conoce como Big Data; concepto popularizado por John Mashley (informático estadounidense) en el año 1990 cuando escribió un artículo titulado Big Data and the next Wave of Infrastress, en el cual señala que nuestra infraestructura informática, en ese entonces, no estaba preparada para soportar ni procesar la enorme cantidad de datos que crecía a grandes velocidades.

Big Data, o datos masivos, es un término que utilizamos para explicar el enorme volumen de datos que hoy en día se procesa. Estos datos pueden ser estructurados (en hojas de cálculo, por ejemplo), o no estructurados (textos, correos electrónicos, etc.). Esto lo hace complejo, pero, a decir de Cukier (2014), mientras más datos tengamos, mejor: “Big Data is better Data”.

Sin embargo, la data no es lo que importa sino lo que nosotros podamos hacer con esa data. Esa data, analizada a fondo, se convierte en un tesoro en forma de información confiable que puede marcar la diferencia en la educación.

Si contamos con una Big Data (o queremos hacernos de una) y deseamos procesarla, debemos proveernos de equipos informáticos de gran potencia que procesen con rapidez y eficacia millones y millones de datos a la vez. Esto nos permitirá encontrar correlaciones entre datos y detectar patrones y tendencias que nos servirán para una acertada toma de decisiones.

Estos patrones y tendencias se pueden encontrar de dos maneras. Una de estas maneras es crear el algoritmo que le diga a la máquina qué es lo que debe encontrar. La otra manera, es hacer uso del Machine Learning (“entrenamos” a la máquina haciendo uso de la inteligencia artificial), para que la máquina nos muestre todos los patrones que encuentre. En este último caso nos podemos dar con la sorpresa de recibir patrones que no nos hubiésemos imaginado que existían.

Estamos viviendo una etapa de transformación en la historia de la educación: la Inteligencia Artificial está llegando a las aulas. Pareciera un cuento de ciencia ficción, pero ya no lo es. El uso de grandes cantidades de datos (Big Data) para dirigir el aprendizaje de los alumnos ya está siendo parte de aplicaciones reales.

En el año 2013 en San Francisco (EEUU), Max Ventilla (informático, emprendedor, financista y uno de los creadores del Google+), funda los AltSchool, colegios en los cuales hace uso de toda la data que puede obtener en el salón de clases para mejorar la gestión del aprendizaje de los estudiantes. Este es un modelo de observación de los alumnos para personalizar la enseñanza. Este modelo contempla el seguimiento de todas las interacciones de los alumnos dentro de la escuela con un software que sigue y graba, tanto sus movimientos corporales como faciales, y las inflexiones de su voz apoyándose en el uso de cámaras y micrófonos.

Por otro lado, otro camino que ofrece el uso de datos masivos (Big Data) en educación tiene una orientación muy distinta al caso anterior, pero comparte el componente de innovación que permiten los avances de la Inteligencia Artificial basada en algoritmos. Se trata del uso de grandes cantidades de datos para analizar el funcionamiento de un sistema educativo, detectar desigualdades y actuar para reducirlas. Así, por ejemplo, haciendo uso del Big Data y de la Inteligencia Artificial, el año 2016, diez investigadores chilenos resultaron ganadores del concurso “Nuevos debates, Datos para el desarrollo” organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El estudio se tituló: “Apoyando la formulación de políticas públicas y toma de decisiones en educación utilizando técnicas de análisis de datos masivos: el caso de Chile”.

En este estudio, Patricio Rodríguez (2016), uno de los flamantes investigadores, nos explica que lograron demostrar, usando los datos públicos de Chile, que se pueden generar evidencias que les permita tomar mejores decisiones en educación. Haciendo uso de una enorme cantidad de datos (Big Data) y de la Inteligencia Artificial, se hicieron visibles problemas previamente ocultos. En este caso, en particular, la heterogeneidad del país fue puesta en evidencia por la dimensión territorial, evidenciando relaciones con factores no educativos previamente ignorados en la toma de decisiones en educación.

Finalmente, otro ejemplo de uso de Big Data e Inteligencia Artificial en la educación es el de Analyticus. Miguel Molina, CEO de Analyticus, nos explica cómo se puede explotar la información que generan las empresas para tomar decisiones e identificar patrones en volúmenes importantes de datos. Para esto, dice Molina, debemos “entrenar” a la máquina para identificar patrones (Machine Learning). Miguel Molina, basándose en el uso de datos masivos y de la Inteligencia Artificial, ha creado un producto para predecir la deserción estudiantil universitaria.

A pesar de todas las ventajas que ofrece el procesar la data para la acertada toma de decisiones, sobre todo en la gestión del aprendizaje de nuestros estudiantes, Salvador Rojas (2018), pedagogo y asesor en innovación educativa, señala que existen riesgos en el uso del Big Data en educación. Uno de estos riesgos es la desigualdad de oportunidades para los estudiantes provenientes de familias con escaso poder adquisitivo para acceder a escuelas como las de Max Ventilla, por otro lado, la intromisión en la intimidad y privacidad de los mismos y, finalmente, la posibilidad de que la data recopilada caiga en manos de gente inescrupulosa.

El debate está abierto.

El mejor amigo del hombre: la inteligencia artificial

26 marzo, 2019 by Guillermo Quiroga Deja un comentario

En el año 1985, el Gran Maestro y para muchos uno de los mejores ajedrecistas de la historia, Garry Kasparov, venció sin problemas 32 a 0 en partidas simultáneas a una computadora. 11 años después en 1996 también venció de Deep Blue de IBM por 4 a 2. Sin embargo, sólo un año después, esa computadora mejorada con lo aprendido venció 3 ½ a 2 ½ al ajedrecista. Una máquina se impuso al hombre por primera vez.

Algunos años después en el 2011 Watson, un sistema de inteligencia artificial desarrollado por IBM, apareció en el programa televisivo Jeopardy, venciendo a sus contrincantes humanos, en un concurso de preguntas y respuestas todo desarrollado en lenguaje natural.

La inteligencia artificial llegó para quedarse en nuestras vidas. Hay una línea de pensamiento que no comparto que le teme al creciente poder de las máquinas autónomas y con capacidad de aprendizaje. Bajo el supuesto que reemplazará al humano en muchos trabajos generando desempleo, incertidumbre ante eventos que se descontrolen o a un mal uso deliberado.

Por ello, me preguntaba ante estas interrogantes cuál debe ser una respuesta adecuada y creo que una actitud de apertura, experimentación ética y optimismo es el mejor camino. Algunos expertos de IBM, les gusta hablar más de Inteligencia Aumentada en vez de artificial. El cambio de palabras no es menor por una sencilla razón. Al decir aumentada se quiere enfatizar que la inteligencia artificial es un medio puesto al servicio del hombre para desarrollar nuevas oportunidades de mejora. Es su socio y deberá convertirse en su mejor amigo. Porque con ella, llegará a donde no podía llegar, vencerá antiguas limitaciones y potenciará nuestro quehacer. Minimizando errores, mejorando la productividad, acertando en predicciones más finas.

Todo esto, ya está pasando en nuestro país y la prueba más fehaciente ha sido el presente Panel G de Gestión. Vemos como empresas locales están usando la inteligencia artificial para el desarrollo de sus negocios. Ellas han comentado de soluciones con un impacto impresionante.

La película Talentos Ocultos narra la historia de 3 mujeres afroamericanas trabajando en la NASA y que a pesar de todas las dificultades tienen un rol clave en la conquista de la luna por el hombre. Mención aparte para Dorothy Vaughan.  Era la líder de un grupo de más de 20 mujeres afroamericanas que como ella hacían cálculos manuales. Un día ve llegar una computadora IBM a las instalaciones. Rápidamente se dio cuenta que si ella y su grupo no hacía nada serían desplazadas. Por su cuenta aprendió Fortran, el lenguaje de programación de esa máquina y además les enseño a todas sus compañeras estos nuevos conocimientos. Obviamente, sólo ella y su grupo estaban listas y se encargaron de manejar esa primera computadora. Llegó a ser la primera mujer afroamericana en ser supervisora de los servicios de IBM en la NASA. Pero más importante aún ninguna mujer de su equipo se quedó sin trabajo, al contrario, se convirtieron todas en piezas fundamentales. Creo que este ejemplo brinda muchas pistas a la solución de posibles dilemas.

La inteligencia artificial ofrece la maravillosa oportunidad de cerrar importantes brechas en el Perú y contribuir decididamente a la formalización. Finalmente, reafirmo mi opinión que la tecnología por más sofisticada que sea es y será siempre un medio; y por lo tanto el ser humano responsable y ético deberá guiarla para hacer con ella un mundo mejor. 

*Artículo publicado en el Panel G Inteligencia Artificial de la Revista Gestión el 17 de agosto de 2018.

Principales aplicaciones de la Inteligencia Artificial (IA) en el Marketing Digital

15 junio, 2017 by Enfoque UPC Deja un comentario

Por: Aldo Finetti

Según el Instituto Nacional de Investigación Empresarial (NBRI), 2017 el 38 % de las empresas utilizaron tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) en el 2016 y el 62 % utilizarán tecnologías de AI hasta 2018.

Aquí 5 aplicaciones exclusivas para las campañas:

Aumentar la búsqueda personalizada: El primer punto de compromiso es siempre mantener al visitante interesado. Las campañas de marketing digital dirigen la información más relevante en sitios web, redes sociales, motores de búsqueda y anuncios de display. Todo se basa en los requisitos de la perspectiva del customer journey y el nicho del segmento.

Ampliar el diseño del sitio web: El 90 % de los clientes invariablemente visitan el sitio web oficial antes de tomar una decisión. Los sitios web dirigidos por IA están diseñados utilizando la gestión inteligente del movimiento del cursor, la visualización del contenido, la modificación de la paleta de colores y la elección de la tipografía. Basado en la facilidad de lectura y en el uso del dispositivo, el diseño automatizado del sitio web proporciona una interfaz de usuario perfecta para una mayor retención que permite transformar los leads en clientes con mayor facilidad.

Conducir la interacción entre dispositivos: No importa qué dispositivo esté usando el tablet, el teléfono inteligente, el escritorio o incluso los gadgets de IoT, los algoritmos de la IA extraen de forma perfecta los datos y proporcionan el mejor modelo de interacción con el cliente. La segmentación de clientes, cupones de visualización y anuncios, y correos electrónicos personalizados forman parte de este compromiso entre dispositivos basado en la IA.

Aumento del ROI en un 100% de la predicción exacta de la compra: Anticipar las necesidades del consumidor es el quid de cualquier negocio. Con la tecnología de IA, las campañas de marketing digital pueden personalizarse para cada perspectiva basándose en el análisis predictivo. Una predicción de compra refinada basada en ventas automatizadas y marketing selecciona pequeñas pero significativas sugerencias del comportamiento del consumidor para impulsar los ingresos.

Realizar una disección de la comunidad social sin prejuicios: Las emociones todavía gobiernan la psique del comprador. La IA en los medios sociales todavía debe tener un impacto considerable en las decisiones empresariales en términos de ofrecer resultados tangibles. Sin embargo, los chats de robot (mensajes chatbot) y los tweeters automáticos tienen una enorme influencia en el comportamiento social. Las campañas de marketing digital pueden automatizarse mediante la adquisición de análisis de sentimientos basados en el número de gustos, reacciones, acciones, recomendaciones hechas y revisiones realizadas. Y este tema hace ya un tiempo lo ve la automatización del marketing como parte de los servicios que las agencias dan.

Aparte de estas aplicaciones, la tecnología de IA también puede proporcionar una amplia protección de seguridad, detección de fraude y soluciones de mitigación de riesgos. Además, las campañas de orientación de anuncios basadas en las recomendaciones de los motores de búsqueda se pueden diseñar de manera que tengan un alcance máximo.

Podemos concluir que estas soluciones son parte de las herramientas que los Markdixders* (Marketeros diseñadores de experiencias digitales) tendrán que dominar y tener en cuenta a futuro, son parte de los Digital Trends donde es necesario poner el digital eye.

Si deseas escribir para el blog, manda un email a Yessica Centty al [email protected] y al [email protected]

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